domingo, 27 de mayo de 2018

LA CODOSERA y el embrollo del Castillo.





Componentes y conferenciantes de las charlas. 

LA CODOSERA “AVANZA” podía ser otro título del presente trabajo desarrollado, puesto que ayer, sábado 26 de mayo, fue un día de gran actividad en el pueblo. Desde por la mañana había actos para todos los públicos. En Chandavila, a las 11.30 horas se celebró, entre otros cultos y dentro de la Semana de Espiritualidad por la conmemoración de las apariciones de la Virgen en este paraje, la Misa de los Enfermos, a la que, como cada año, además de los fieles, asistieron cantidad de enfermos venidos desde distintos lugares de la región e incluso procedentes de Portugal, muchos de ellos asistidos por sus enfermeras o cuidadores. Otro de los actos interesantes programados para el día de ayer y para los amantes de la música, fue la exposición de acordeones, donde se expusieron algunos instrumentos procedentes de acordeonistas españoles y otros venidos desde Portugal. Interesante el acto programado para las 4 de la tarde, consistente en un recorrido por el Casco Antiguo, con paradas en los lugares más emblemáticos donde, el grupo de teatro Codotea, protagonizó algunas de sus actuaciones. Pero, por lo que a mi se refiere, os quiero hablar de la charla que se celebró en la Casa de la Cultura programada para las 11 de la mañana y a la que asistió bastante público, no mucho, pero si, unas cuantas de filas de butacas estaban llenas. 


Previamente, el alcalde Joaquín Tejeró realizó la presentación del acto y comentó algunas de las líneas que, sobre el casco antiguo, el ayuntamiento desea poner en marcha. Posteriormente tomó la palabra Juan José Mª Telo realizando un estudio muy documentado sobre los monumentos locales que se encuentran dentro del perímetro callejero del citado casco antiguo, así como también aportando soluciones muy beneficiosas para una futura mejora de su uniformidad paisajística.



El siguiente turno sobre “El Castillo y el final de la Fundación Gumiel” me tocaba desarrollarlo, por lo que he creído interesante que, dado que muchos de vosotros por no encontraros viviendo en el pueblo, no pudisteis asistir y, como guardo en el ordenador el guion de los asuntos mas importantes tratado, lo mejor es que os lo inserte y así podáis conocer y opinar sobre algo tan importante como es el Castillo y la Fundación Gumiel, con todo lo que en la actualidad se conoce.


Sobre la historia de esta fortaleza, queda aun mucha materia por descubrir, y esto es debido a que las fuentes históricas no se encuentran en España, sino que, algunas radican en Portugal y, por ello,  ha sido allí, donde hemos querido dirigirnos para tratar de encontrarlas. Al final tuvimos suerte de lo hallado en 

el Archivo Nacional de la Torre de Tombo ( Arquivo Nacional da Torre do Tombo),


Vista del conjunto de la "Torre do Tombo.

donde se guardan los documentos provenientes de la cancillería real portuguesa a partir del año 1378. Está situado en Lisboa.


            El hallazgo del primer “!1er. Foral do Marvao”, fue primordial para aclarar dudas. Según éste, los límites de su reino en el frente árabe y en esta zona llegarían hasta Asumar, Campo Maior, Ouguela, Carrión, crestas de la Sierra de San Pedro y desde ahí seguían en linea recta hasta su confluencia con el rio Tajo. La conquista a los musulmanes está fechada en el año 1160-62 por el primer rey de Portugal, Afonso Henrique. Por esto, es casi seguro que su construcción es atribuible a los Caballeros Templarios, por ser ellos a los que el rey portugués, después de conquistadas estas tierras, les encomendó su administración y protección y, cuyas primeras actividades fueron las de construir castillos e iglesias fortalezas. 

Año 1945. El castillo con el torreón sin el Santo. 

Lo que si tenemos seguro es que el castillo siempre ha estado en primera línea de fuego y situado en una encrucijada de caminos, cuando no había fronteras, el trayecto más corto entre Madrid y Lisboa,  por donde, a través del tiempo, han pasado ejércitos de diferentes nacionalidades.

                En la actualidad, el Castillo, semi derruido, es propiedad privada, una fundación benéfica, con sede en un pueblo de la Comunidad de Madrid, la Fundación Gumiel Obra Social. Por este motivo y, como dispongo de tiempo libre, al estar jubilado, no hace mucho, en uno de los viajes que hice a Madrid, decidí hacerles una visita, toda vez que a los responsables de la Fundación aquí en el pueblo nadie los conoce. Vamos, ni se les conoce ni se han mantenido conversaciones con ellos, así que pensaba visitarlos por cortesía.

Residencia El Retorno. Lo que queda. 





                Así que una mañana, acompañado por mi hermano y su mujer, nos desplazamos hasta el pueblo de Alalpardo, donde en las afueras del municipio a unos 9 kms, encontramos el letrero de la residencia “El Retorno”, propiedad de la Fundación y a su vez el lugar donde tienen ubicada su razón social. 

                Adentrados en el camino que conduce a la residencia, una arboleda nos impedía visualizarla, hasta que llegamos a un claro donde ante nosotros surgía la estructura de un edificio de ladrillo visto en un total abandono, según las fotografías que os muestro a 
Esta residencia fue abierta en el año 1977, así que, hasta fecha de hoy han pasado 41 años.


                Todo comenzó en los años de posguerra, cuando el Castillo del que hablamos era considerado un terreno donde había olivos, piedras y murallas rotas a las que ningún vecino le prestaba la más mínima atención. La propiedad de la finca estaba formada por varios huertos, olivares muy antiguos y de diferentes propietarios situados en una colina, en cuyas laderas los chavales jugábamos a moros y cristianos, además de utilizar sus pendientes como resbaladeros, resultando un juego muy divertido.



                Y ocurrió que en el pueblo se produjo un fenómeno religioso muy famoso, que hizo que hasta aquí llegaran devotos procedentes de distintos lugares de España y Portugal. Era el año 1945. Uno de estos devotos de la Virgen María, se llamaba Jenaro Lázaro Gumiel, un joven escultor imaginero, residente y con taller en Madrid, que desde el primer momento se ofreció para realizar la imagen de la Virgen Dolorosa, tal como según las niñas, a las que se le apareció en varias ocasiones, así la vieron.



                En el lugar de las apariciones, Chandavila, con mucho esfuerzo,  primero se  una capillita pero, ante el auge de devotos que con frecuencia llegaban al lugar, pronto se pensó en construir un santuario.

                Las obras comenzaron a buen ritmo cuyo importe fue costeado por los fieles, aunque, el joven escultor no abandonaba el lugar y cada vez que faltaba dinero para continuar con las obras, allí estaba él para pagar de su bolsillos las cantidades necesarias. Chandavila tenía un mecenas importante. Don Jenaro, como era conocido por los vecinos. Cada vez que venía, se alojaba en una fonda del pueblo, la de Manuel Bado, aunque por poco tiempo, toda vez que puso sus ojos en las ruinas del Castillo donde, después de comprarlo, en su interior, realizó las obras necesarias para trasladar allí su taller madrileño. Mientras que, en el Santuario, para complacer su deseo, se construyó una cripta donde, a su muerte, fuese enterrado junto a su Virgen, como él la llamaba. Además, la corporación municipal, en el año 1952 le nombró hijo adoptivo y, él, en compensación y como regalo, restauró uno de los torreones y en la cima colocó una colosal imagen de un Corazón de Jesús, con los brazos abiertos.




                Todo iba sobre ruedas hasta que recaló por aquí uno de sus amigos personales, Victorio Mirón Ovejero, un sacerdote salesiano, secularizado, que, dicen había sido su confesor, ganándose, durante las largas temporadas que aquí pasaba, la confianza del joven escultor.






                Don Jenaro pensaba en la muerte. En Chandavila ya tenía su sepultura dentro del Santuario y por eso un dia 3 de febrero del año 1977, decidió hacer una Fundación, después de haber encargado al arquitecto los planos para la construcción de un centro de artes populares donde poder estudiar los niños de La Codosera, y quiso que fuese su amigo Victorio el que velase por la construcción de las obras programadas, en caso de que, por cualquier causa, llegase su muerte. Por esto también hizo testamento nombrándolo heredero universal con la condición expresado, de acuerdo con su conciencia,



Jenaro Lázaro Gumiel.

                Esto ocurría el 3 de marzo, con tan mala suerte, que seis meses mas tarde, el escultor falleció y, dos años después, el 12 de febrero de 1979, don Victor presentaba en la delegación del Gobierno de Badajoz, las modificaciones realizadas en los estatutos de la Fundación, cambiando el uso a “Asistencia en establecimientos residenciales para personas con discapacidad intelectual, enfermedad mental y drogodependencia”, y dos centros donde atenderlos, uno en La Codosera y el otro en Alalpardo (Madrid). De aquel que ante notario se comprometía bajo su conciencia a construirlo en La Codosera, nunca más se supo, sin embargo, el de Madrid si que se construyó y la residencia El Retorno abría sus puertas al público el 31 de Enero de 1979 acogiéndose a los subvenciones que el Ministerio de Asuntos Sociales le aportaba, unos 500.000 euros por año.






Una vez narrados estos hechos, entendemos que ya tenemos un concepto claro de lo ocurrido y aquí estamos, pero con novedades.






Efectivamente, en estos años pasados en España también han sucedido acontecimientos y de todos es conocido que hemos pasado una crisis importante, pues bien, a la Residencia El Retorno, hace cinco años, en el 2013 la crisis también les llegó. La Fundación vivía principalmente de las subvenciones que el Ministerio de Asuntos Sociales les aportaba, cantidades importantes para mantener a los 15 o 20 ancianos recogidos y algún que otro indigente, entre 400. Y 500.000 éuros por año, que finalmente les han sido retiradas. En bancarrota total y sin atender los compromisos contraídos, entendemos que se han visto obligados a dar por extinguida la Fundación. Y es cierto, aquí pueden analizar el certificado del Ministerio de Justicia certificando que la Fundación Gumiel ya no existe.

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¿Qué hacer entonces?: Este caso está regulado por ley. Cuando una Fundación se extingue, como es este caso, los flecos que de la misma queden resultante, serán sus herederos aquellas personas o entidades cuyos nombres el Fundador haya nombrado en el documento de Constitucion de la fundación como beneficiarios. Por tanto, la duda no existe. Don Jenaro, ante notario, quedó escrito bien claro, que su patrimonio serviría para construir un centro de formación para niños en el pueblo de La Codosera. Por tanto, es el ayuntamiento de La Codosera, y me consta que el alcalde ha retomado este asunto y se encuentra muy interesado en recuperar el Castillo, quien, en contacto con los servicios jurídicos de la Diputación Provincial de Badajoz, es el valedor de solicitar en justicia lo que proceda. Y ahí estamos. El castillo, ahora mismo es tierra de nadie, porque sus propietarios no existen y ese tema hay que solucionarlo y nadie mejor que el pueblo para luchar por recuperar algo tan importante y querido como es nuestro principal monumento. Parece algo imposible, pero, tal como están las cosas, puede que el final esté cerca y que nos llegue la hora en la cual el pueblo pueda disfrutar de unas instalaciones históricas donde desarrollar actividades culturales para el disfrute de los que aquí estamos y de las generaciones que nos precedan. Y nada más, darnos las gracias a todos nuevamente por vuestra presencia y espero no haberles cansado con mis palabras. 

Saludos cordiales y buenas tardes”.



Aqui os dejo dos enlaces del reportaje que publico el periódico EL PAIS en el año 2012.

Posted on June 21, 2012 by cext

A las afueras de Madrid se encuentra “El Retorno” una residencia que acoge temporalmente a emigrantes retornados y niños de la guerra sin recursos, en el municipio madrileño de Alalpardo. Y que por falta de financiación están a la espera de ser desalojados, pero el problema principal, es que nadie sabe a dónde irán.




Ni la directora del centro, ni el Ministerio de Empleo y Seguridad Social, encargado de gestionar el acceso a la residencia y su traspaso luego a centros de la comunidad de la que son originarios. La situación es crítica, ya que los recursos se han agotado y no pueden pagar ni a la empresa que gestiona el catering del centro, según las palabras de Consuelo Gala, directora de El Retorno y vicepresidenta de la Fundación Gumiel, a la que pertenece el centro.
19 mayores que esperan un nuevo hogar, ya que con la subvención de este año del Ministerio de Empleo y Seguridad Social, la Fundación no podrá hacer frente a los gastos. El centro necesita unos 440.000 euros y el ministerio les facilita 250.000. La Fundación se sostiene con esta ayuda, que se integra dentro del presupuesto de la Dirección General de Migraciones.
Los requisitos para entrar en el retorno eran superar los 65, ser español, valerse por si mismo y no tener recursos. Lo bueno del centro es la independencia que daba a sus mayores, ya que situado a unos 12 minutos de Alalpardo, al noreste de la región, les da plena libertad de movimiento: Uno de ellos asiste cada semana a las clases del programa para mayores de la Universidad Autónoma de Madrid; otras se acerca a Algete para comprar algunos caprichos con el dinero que les sobra de la pensión, una vez pagada la cuota del centro.
Esperemos que la situación se solucione lo antes posible y que los mayores encuentren el hogar que merecen, desde CEXT les dejamos el video que hicimos hace unos años en la residencia “El Retorno”:


Es interesante estudiar las imágenes de los dos videos, para hacernos una idea de las instalaciones tan estupendas  que la Fundación Gumiel tenía en Madrid y verle las caras por primera vez,  a los directores del centro:


http://www.youtube.com/watch?v=5WkWEuRNvZ4&feature=relmfu