La primera ermita.
La Codosera es un pueblo fronterizo, un
lugar donde predomina el mestizaje de dos culturas, la española y la
portuguesa, haciendo de este lugar un
enclave singular, una puerta abierta a la amistad entre dos pueblos hermanos , muy acogedor, donde el
viajero cuando llega no se siente forastero.
Paisaje del pueblo.
Pero esta población rayana
también es conocida, dentro y fuera de nuestras fronteras, por su carácter
religioso y por la cantidad de ermitas asentadas en el término municipal. Desaparecidas, la de San Pedro, San Sebastián y Ntra. Sra.de los Remedios y
abiertas al culto, Chandavila, Ntra.Sra.de la Luz, San Miguel, Ntra.Sra. del
Carmen, San Isidro y Ntra.Sra. de la Piedad, ésta última como Iglesia matriz. Esta
procedencia al culto religioso ya se manifestaba en la época romana, pues
hay historiadores que sitúan aquí el poblado llamado Ad Septem Ara (Siete
Altares).
Os puedo adelantar que, a
pesar de los antecedentes de los que hablamos, la población desde siempre no
se ha destacado por vivir la fe intensamente. Aquí la religión se practica
como en cualquier otro pueblo extremeño.
Cruz en Chandavila.
Los hechos que os expongo mas
adelante, se localizan en la España de la posguerra, en los años cuarenta
donde había familias de derechas y otras, republicanas, muchas de ellas caracterizadas porque habían perdido a
sus seres queridos en la contienda, en algunos casos penoso, si la falta había sido del padre, encargado de llevar el sustento a casa. Era la España del
racionamiento, del salva conducto, de las alpargatas y de las sopas en las
tres comidas. Eran tiempos difíciles para todos, pero para los pobres,
tiempos de hambre y miseria.
Marcelina
La protagonista de la
historia de hoy, Marcelina, era una niña donde en su casa apenas había de
nada, pero que reía y jugaba con sus amigas en la calle, como todas las de su edad, huérfana de padre por haber sido fusilado acusado de
haber sido republicano e hijo del alcalde del pueblo cuando entraron las fuerzas
nacionales. Como todas sus amigas, iba a la escuela, a la de doña Josefa y, a pesar de su corta edad, ayudando en casa en las tareas domésticas. Además, cuando su madre la
mandaba, junto con su prima, iban al Marco, un caserío situado en la misma raya
portuguesa y allí, al igual que hacían muchos niños hijos de madres viudas, compraban artículos de contrabando, de los que en España escaseaban o su precio era más alto y, procurando que la pareja de
los carabineros no las detuvieran, regresaban al pueblo con los encargos hechos, con los cuales, su madre, después de venderlos de estraperlo, ganaba lo suficiente para mantener su casa.
En este mundo de carencias
vivía nuestra protagonista, alejada del mundo religioso, ella y su
familia de ideas opuestas a la religión. Quizás muchos lectores conozcan la historia, pero para los que no la
tengan completa, espero que saquen sus consecuencias, valoren los
acontecimientos y disfruten con una historia que, en su tiempo, hizo cambiar
el pensar y el sentir de este pueblo.
¿Qué ocurrió en La Codosera?,
por el Fr.Antonio Corredor García
.
Saludo. Bienvenidas sean, gentes de
La Codosera
y de más allá de este bendito lugar
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Un importante, singular y trascendental acontecimiento tuvo lugar en La Codosera,
en Mayo de 1945, al terminar precisamente la segunda guerra mundial.
Eran las tres de la tarde del día 27 de Mayo de 1.945, cuando la niña
Marcelina Barroso Expósito en compañía de su prima Agustina González (ambas
de La Codosera), iban andando hacia el caserío próximo del "Marco",
a cumplimentar un encargo de su madre.
Antiguo camino del Marco
Había recorrido unos tres kilómetros, cuando, al cruzar el paraje denominado
Chandavila, reparó en un oscuro bulto que se divisaba sobre un castaño,
distante unos sesenta metros
a la derecha del camino.No hizo caso. Pero a la vuelta venía pensando si persistiría aún el extraño
objeto. Si, estaba allí Y, como empujada por una fuerza interior, se acercó a
verlo.
Grande fue su asombro al distinguir claramente, envuelta en rayos luminosos,
a la Santísima Virgen de los Dolores, elevada hacia la mitad del tronco del
castaño, de perfil, mirando para el pueblo, aureolada de luceros brillantes,
con manto negro, recabado de estrellas, manos juntas y rostro bellísimo, en
el cual se reflejaba mortal y divina tristeza.
Vista aérea de la población en 1974
Desaparecida la visión, la niña, llevada de su natural impulso, echó a correr
hasta el pueblo, juntamente con su prima, aunque ésta nada había visto. Al
llegar a casa, pretendió guardar silencio, pero, no pudiéndolo tener callado,
contó a su madre todo lo ocurrido, extendiéndose muy pronto la voz por el
vecindario.
Gran expectación se levantó en el pueblo, ante este hecho, que sin embargo
lejos de olvidarse, se volvió a repetir.
El día 4 de Junio, por la mañana, a los nueve días de la primera aparición,
se le presenta de nuevo a Marcelinita, en Chandavila, la Santísima Virgen, y
le dice que vuelva por la tarde, que tiene que hacer un sacrificio en
presencia de todos los concurrentes.
Ella obedeció, y ante más de un millar de personas, españolas y portuguesas,
efectuó esa tarde una marcha estática, que llamó poderosamente la
atención.
Estando la niña a unos sesenta metros del castaño, muy pronto se le
manifiesta, en el azul del cielo, nuestra Señora de los Dolores, que, poco a
poco, fue descendiendo hasta colocarse delante del árbol, como la vio la vez
primera.
Invitó a la niña a que anduviera de rodillas el trecho que Ella la separaba.
Mas, como pusiera algún reparo, la animó la Madre del Dolor, diciéndole:
"No temas. No te pasará nada. Yo iré poniendo delante de ti una alfombra
de juncos y yerbas para que no te hagas daño".
Desde el regato, la niña comenzó a andar de rodillas por entre las dos filas
que le abrían los espectadores. Su madre, la señora Agustina, que estaba
presente se desmayó. Permaneció unos diez minutos arrodillada junto al árbol.
Entretanto, ve que se entreabre el castaño y aparece detrás de él, adornada
de lámparas preciosas, una hermosa iglesia.
En el altar se halla la Virgen María. Esta le indica que moje sus dedos en la
pila del agua bendita y se santigüe, gesto que contemplan todos los
circunstantes. Después la Aparición baja del retablo y le pregunta que si
quería irse con ella. Al contestarle: "Sí, Señora, ahora mismo", la
Santísima Virgen se sonríe, la abraza y la besa en la frente, sintiendo la
niña sobre su cara el roce del manto de la Madre de Dios. Además, le expresa
su deseo de que en el mismo lugar se levante en su honor una capilla.
Al volver del éxtasis, Marcelina, se fue a hablar con sus amigas, como si
nada hubiera acontecido. Las rodillas de Marcelina no tenían señal ni rasguño
alguno, después de haber caminado los sesenta metros, pese a que muchos jóvenes
(e incluso el párroco de La Codosera, Juan Antonio Galán y Galán), lo
intentaron y tuvieron que desistir de su empeño, por los cortes y heridas
recibidas
.
Marcelina, tuvo más encuentros con la Virgen, en otras ocasiones acompañada
de más personas, entre las que se encontraba su maestra, doña Josefa Martín.
Estuvo en un colegio de religiosas de Villafranca de Los Barros (Badajoz)
para posteriormente ingresar como religiosa, en la Congregación de Hermanitas
de la Cruz, el 2 de Agosto de 1.875, en Sevilla, dedicándose al cuidado de
enfermos, huérfanos, pobres y ancianos, tomando como nombre Sor María de la
Misericordia de la Cruz..
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¿QUIEN FUE AFRA BRIGIDO BLANCO?
Afra Brígido Blanco, nació el 21 de Enero de 1.928 y a sus diecisiete años,
el 30 de Mayo (festividad del Corpus), a las tres de la tarde (a la misma
hora de la aparición de la Virgen a Marcelina), determinó ir con sus amigas a
Chandavila.
Nada más llegar le pareció ver, entre unas nubes, algo que simulaba una
capilla y muy clara la forma exacta de una cruz.
Comienzo de las obras del Santuario.
Al día siguiente, fue a la misma hora, a dicho lugar, donde ya se encontraban
reunidas muchas personas. Se sentó frente al castaño de las apariciones, y
vio salir de entre las nubes un objeto oscuro, que al irse acercando, dejó
perfilada la imagen de la Virgen Dolorosa, de perfil, con el rostro vuelto
hacia la derecha. A causa de la fuerte impresión, Afra, se desmayó y al
volver en sí, decide volver a casa con sus amigas.
A los pocos días fallece su abuela paterna, Afra, se viste de luto y apenas
sale a la calle. Pero ante la insistencia de sus amigas, la convencen para
que vuelva a Chandavila, a lo cual accede con el permiso de su madre, la
señora Cipriana.
Era el 17 de Junio, y sentada en uno de los castaños de enfrente, vuelve a
ver la aparición de forma idéntica a la vez anterior. Entra en éxtasis y
comienza a andar de rodillas por el regato. La Virgen le pide que se levante,
y entonces sigue andando hasta el castaño. Al llegar allí se arrodilla, y
entabla una conversación con la Virgen.
La Virgen le dice que siempre estará a su lado, le comunicó un secreto, le
predijo grandes sufrimientos y al final le manda darle un beso a Marcelinita
(que estaba allí presente), y diciéndole que se persigne, cosa que ejecutó al
instante.
Primera capilla, en cuyo interior se aloja el tronco del castaño.
En otras apariciones posteriores, La Virgen le pidió el rezo del Santo
Rosario y la construcción de una ermita en aquel lugar, así como un
sacrificio: que cantara en la misa solemne del día 4 de Septiembre, deseo que
se cumplió, por indicación espontánea del señor Cura Párroco de La
Codosera.
Afra y otras amigas, entre ellas Marcelina, estuvieron en Villar del Rey
desde el domingo, día 21 de Julio, hasta el 24, víspera de Santiago, y el
mismo domingo visitaron la ermita de Nuestra señora de la Encarnación o de la
Rivera, Patrona de la localidad, y fueron allí todos los días, mañana y
tarde, para dar gracias por un favor recibido.
En una de sus visitas (lunes, día 22) y cuando estaban realizando el Vía
Crucis, Afra, entró en éxtasis en la XI estación, delante de un cuadro de la
Santísima Trinidad, colocado al lado de la Epístola, casi en el centro de la
ermita, y vio el calvario de Nuestro Señor Jesucristo y su crucifixión,
sintiendo un dolor muy agudo en las palmas de las manos.
A raíz de este hecho, le salen a Afra, primero unas llagas en las manos, con
incisión en el centro, en forma de clavo, después otra llaga en el costado,
que chorreaba sangre, produciéndole un dolor insoportable, y finalmente las
llagas de los pies. Las llagas de manos y pies con el tiempo fueron
agrandándose y terminaron por pasar de parte a parte, apareciéndole la
incisión por el dorso. La sangre brotaba principalmente los viernes. Afra fue
sometida a exámenes médicos y a curas por parte de un practicante, sin
conseguir que las heridas cerraran. También es digno de destacar el olor que
despedía, un olor perfumado y agradable.
Ha vivido y trabajado en un hospital, en Madrid, dedicándose a obras de
caridad, hasta su muerte el 23 de Agosto del 2008, a la edad de 80 años, tras
una larga y penosa enfermedad.
Para La Codosera, estos acontecimientos, han sido inmejorables. No solo en la
conversión de las almas, sino también, en la construcción de una capillita,
que cubre y encierra el castaño donde se manifestaba la Virgen, y una iglesia
de mayores proporciones, presidida por una imagen de Nuestra Señora de los
Dolores, tal y como la describieron los videntes, por el devoto y mariano
artista, don Genaro Lázaro Gumiel, que la regaló al Santuario, (cuya
construcción empezó el 27 de Mayo de 1.947).
A pesar de todo, la curia diocesana de Badajoz no se ha pronunciado aún de
forma oficial sobre estos hechos, aunque permitió la construcción del
Santuario.
Todos los años, el 27 de mayo tiene lugar una peregrinación,
festivo-religiosa, a la que concurren numerosas gentes de toda la región y
Portugal.
(Folleto: ¿Qué ocurrió en La Codosera? (Segunda Edición) Autor: Fray
Antonio Corredor García
"Cofradía de Nuestra Señora de los Dolores de Chandavila"
OTROS DATOS DE INTERÉS:
A pesar de que las apariciones en Chandavila comenzaron a
"oficializarse" en 1945, ya setenta y cinco años antes se había
producido una posible aparición. En aquella época, junio de 1870, una niña
dijo ver a la Virgen en "Valleseco". Con tal motivo, los vecinos
del pueblo acudieron al lugar, muy cerca de donde ahora se levanta el
Santuario de Chandavila, y el párroco de entonces, Don Agustín Rubio Mero,
nacido en el pueblo, ofició una misa de campaña en el lugar de la presunta
aparición.
El sacerdote que, en junio de 1870, dijo la misa de campaña en
"Valleseco", cerca de Chandavila, con motivo de una posible
aparición
de la Virgen: Agustín Rubio Mero nacido en La Codosera, hijo de Pedro Rubio González,
nacido en 1812, y de Polonia Mero Valderas, nacida en 1817. Ambos naturales
de La Codosera. Estudió en el Seminario Conciliar de San Atón de Badajoz,
donde fue ordenado Sacerdote.
En este mismo Seminario habían estudiado dos tíos de su padre, Manuel Álvaro
y Pedro Domingo Rubio Brígido, también naturales de La Codosera y ambos
canónigos de la Catedral de Badajoz. El primero de ellos fue nombrado,
en 1834, Rector del Seminario de Badajoz. Agustín Rubio Mero fue párroco de
la Codosera y Villar del Rey, donde falleció el 25 de febrero de 1908.
Luis Alonso Rubio Muñoz
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