sábado, 25 de marzo de 2023

LA CODOSERA. ¿Por qué repican los campanillos?


 






LA CODOSERA.  ¿Por qué repican los campanillos?

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        Los vecinos del pueblo bien lo saben. Lo hicieron nuestros ancestros y no se recuerda ningún año que dejaran de sonar. Lo protagonizaron la gente mayor, los jóvenes y niños, tal como podemos observar en el “Aleluya” que ilustran el relato, pues es la festividad religiosa, junto con la Misa del Gallo que se celebran de madrugada, a partir de los inicios del Domingo de Pascua.  

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        Los más viejos del lugar la recuerdan en su infancia, cuando los trabajadores del campo, dueños de sus rebaños, desposeían de los campanillos al ganado y corrían con ellos adosados a sus cuerpos hasta llegar a la plaza del casco urbano para unirse al resto  de vecinos, llegados de todas partes del entorno por caminos y veredas en un silencio sepulcral hasta llegar a las puertas de la iglesia donde, en el interior del templo, el celebrante anunciaba al Mundo la Resurrección de Cristo.

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        En los últimos cien años, hasta donde la memoria alcanza, los curas locales no dominaron el fervor tan alegre del vecindario, de ahí que pasada la Guerra Civil Española, cuando Franco les dio carta blanca y poder de censurar la moral y la ética, la Vigilia nunca dejó de celebrarse, pero los campanillos por la noche quedaron prohibidos. Con la muerte de Franco llego la libertad de culto y de todo y en España los curas perdieron el poder de censurar. Los jóvenes recuperaron la tradición de tocarlos a la vez que las campanas de la iglesia tañían en en el Gloria por la buena nueva de Cristo Resucitado. Un par de minutos era suficiente, después se organizaba un cortejo de todos ellos recorriendo calles, locales públicos y alguna que otra casa particular que sus moradores autorizaban hasta que cansados, regresaban a sus domicilios.

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        Sucedió que el pueblo vivía feliz y tranquilo en comunión con el párroco de turno y todos contentos durante años. Las procesiones en Semana Santa, gracias a las aportaciones de los vecinos, mejoraron sus pasos y las imágenes, una vez restauradas, iluminaron de belleza las calles del pueblo en su recorrido.

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        Todo era de una normalidad absoluta. La iglesia llena de fieles. El pueblo contento por la cantidad de turistas que llegaban para presenciar los desfiles procesionales era asombroso y la fiesta del Aleluya se enriquecía con nuevas imágenes anunciando el Encuentro entra María y Jesús. Todo esto orquestado y dirigido por el párroco correspondiente.

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        Pues ná, como decía aquella, ya verás como viene alguno por ahí y lo estropea todo. Así fue. Al viejo cura, como no podían con él, lo trasladaron y trajeron a uno recién salido del seminario que a este si, la instrucción la realizaba sin equivocarse, como decimos por aquí.

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        El título de la famosa película, “Con ella llegó el escándalo”, pues igual. “Con él llego la Provocación”. La espoleta para que el follón comenzase. ¡Con lo tranquilo que estábamos! Pues guerra que te crio.

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Y sucedió que se puso en movimiento la trama que cogió al pueblo desprevenido. Lo hicieron en silencio sin consultar con nadie para conseguir sus objetivos, como decía Franco. En caso era llegar hasta el final.

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        A pesar que, para justificarse alegaron que: “cuando cambia la reforma del Concilio Vaticano II, se suprime la Misa del Sábado Santo de Gloria y pasa a ser éste un día de reflexión y reposo hasta la media noche en que se celebre la Vigilia Pascual. No hay Misa por la mañana, por tanto, y no hay Aleluya”. ¿Está claro? No está.  Asi pues. En su afán de sacar las cosas de quicio aseguran algo que no es cierto. El Aleluya, en la Vigilia de Pascua, siempre se ha celebrado en la madrugada del Domingo, nunca en sábado. Ellos lo denuncian como algo obligado a cambiar. Y claro, por eso la cambian, la única vez en la vida del pueblo, a las ocho de la tarde del sábado de Gloria, para después pasar lo que pasó. Comenzaba la maquinaria mental a funcionar.

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        El alcalde de turno, el anterior,  y todo el pueblo detrás, quisieron informarse que, por favor, que a que era debido este cambio. Le dijeron que la tradición del Aleluya es de madrugada. Pues nada, con el pico cerrado esperando que su plan diera resultado. Este era el comienzo. Y efectivamente. El pueblo estaba que trinaba con el cura. Después de reunirse y tratar de buscar alguna solución para no perder esta tradición,  lo único que hicieron es coger los campanillos e ir a la iglesia en orden y con devoción a las ocho, como lo venían haciendo siempre. El cura abrió bien las puertas para que entraran, cuantos más mejor, diría. En las imágenes se puede la película integra que todos entran con respeto y educación, ni tirando bombas ni con las bolsas del botellón en la mano ni rompiendo los bancos del templo, como denunciaron. ¡Madre mía, lo que hay que aguantar! Al año siguiente ya no hubo Vigilia Pascual. La prueban la habían superado. Como sabían que el pueblo estaba enfadado, unos días después organizaron la visita pastoral en la pequeñísima ermita de la Luz. del señor obispo, García Aracil. Un recinto lo más pequeño que encontraron, pues sabían ambos que los fieles no acudirán a saludarlo. El ciclo estaba cerrado. Ya tenían al Obispo de su parte.

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        Faltaba justificarse para poder pasearse tranquilos por las calles del pueblo, y comenzó a funcionar el guion de una película de terror, poniendo al pueblo verde, de los campanilleros dijeron y escribieron, que eran lo peor de lo peor, no malos si no, peor todavía. Lean algunos de los insultos; Como que, “ahora los niños no van al Aleluya porque es de madrugada". “Que la muchedumbre a la media noche, con su grito aleluyero querían despertar a Cristo para que se levantase del sepulcro”. “Que son los que ni en los entierros pisan la Parroquia”, “Que no creen en la Resurrección ni en el Dios que lo fundo”, “Que son los que antaño les robaban a la pobre gente que los dejaba entrar en sus casas para destrozárselas”, Y que, lo peor de todo, que al pobre cura le han robado el ordenador” Y que, a medida que comenzaron los actos vandálicos, entre los que pasaban por las casas, rompiendo macetas, robando dulces o la chacina, la buena gente que se alegraban por el paso del Aleluya, decidieron no abrir jamás sus puertas”. Pero si, lo que hacían era impedir la celebración de la Vigilia Pascual a golpe de cencerros, petardos y silbidos amparados por la masa incontrolada.”. El colmo de los insultos hacia los campanilleros, que tal como observamos en las imágenes de los videos que circulan,  son la mayoría de vecinos del pueblo. En la actualidad rara es la persona que no lleva consigo el teléfono móvil con su cámara de fotos incorporada, pues no existe ni una sola imagen circulando del mal comportamiento del vecindario.  Mas grave es cuando siguen comparando la actitud de los campanilleros como una acción demoníaca”. Esto ya es de locura. ¿Si un juez le hubiese preguntado al autor de la denuncia ante las autoridades eclesiásticas, “Usted ha sido testigo de tales horrores dentro del templo? “. La respuesta cierta hubiese sido NO. Hubiese dicho que eran bulos que circulaban por el pueblo. Contradicciones, y más contradicciones. Sin embargo, lo escribe como si la verbena valenciana que narra, en vez de celebrarse en las Fallas la sitúa en la parroquia. Increíbles tales afirmaciones.

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        Todos estos tristes y lamentables sucesos, tienen un principio y son precisamene los curas de aquí, los que estaban y los que se han marchado sin detenerse a dialogar,  los responsables. El que mueve ficha y provoca, es culpable de lo que posteriormente suceda en la vida y más a sabiendas que en un pueblo hay gente preparada para dialogar y otros que no lo son tanto. Todo esto eran conocedores de ello. Las nefastas consecuencias son estas,  que en un año llevamos tres párrocos. Se marchó el padre Domingo y ha llegado el padre Ángel.

 

        Y pasó el tiempo a la espera de conocer si en este año habría Aleluya o no. Y el cura callado. Como si el mal rollo en el pueblo no existiese. Así que hace unos dias, junto con el presidente de la asociación del Aleluya, nos acercamos a saludarlo y naturalmente, a preguntarle cómo estaba el tema del Aleluya de esta Semana Santa. Nos pareció una persona muy cercana, muy simpático, de sonrisa fácil y proponiéndoos irnos a tomar unas cañas en algún bar de los del pueblo. Le dijimos que no era el lugar. Accedió que fuese en su despacho. Después de escucharnos casi en silencio, como aquel que el tema no va con él, nos respondió sin complejos que con él no contásemos. ---Yo voy a seguir en la misma línea de mis antecesores-, nos dijo. Omitió el tercer antecesor, que fue el más implicado en abrir las puertas de la iglesia a todos e incorporar la procesión del Resucitado comprando nuevas imágenes y creando sendas cofradías, todo un éxito. De Diego no, este como si los años que estuvo de párroco en el pueblo no existiesen. Los borró. Se refería a los otros. –Yo no les voy a hacer ese feo a mis compañeros-, nos dijo. Se refería a los dos últimos. Al otro cura, no. ---Pues a la gente no les va a gustar--, le respondimos.. Entre otras cosas le advertimos sobre que, el Aleluya es una fiesta religiosa donde la iglesia es parte de la misma. –La gente del pueblo no me importan, a mi lo que me interesa es dedicarme a mi Ministerio- nos respondió. A su Ministerio y a fastidiar al vecindario, digo yo. Y lo va a ver en los próximos días cuando salude a muchos de sus parroquianos con su sonrisa fácil y no sea capaz de mirarles a los ojos. Eso va a ser duro para él. Ellos les han hecho llegar al Arzobispo los cuatro folios del que hemos extraído algunas calumnias que este pueblo no perdona. Ni a éste ni ningún otro. Lo que aquí se escribe sobre el vecindario es un delito, inculcar este odio públicamente está penado por Ley, y lo que debería hacer el Padre Ángel, es pedir perdón a los fieles en nombre de esos compañeros, los responsables de haber creado este malestar entre el vecindario. Esto no es lo que nos enseña la religión, estas no son las palabras que la Virgen de Chandavila pidió, PAZ Y PERDON. No, lo que estamos viendo en La Codosera es a un pueblo dividido, herido en su interior y soportando con una humildad tremenda palabras muy duras que han trascendido fronteras y que van a ser muy difíciles de remediar. La Semana Santa son nuestras fiestas de primavera, vendrán nuestros familiares, muchos turistas y preguntaran porque las puertas de la Iglesia, de las que los que organizaron este desaguisado se hartaban de decir que eran de todos, se cierran en determinados actos. Seremos los malos de la película, como intenta justifica con su actitud el padre Ángel. Pues no. No lo somos, y usted lo sabe, lo que le pasa es que el orgullo es mucho y eso ofende. Por lo visto el PERDON no forma parte de su Ministerio.

       

domingo, 12 de marzo de 2023

LA CODOSERA y el Robo del Aleluya.

 

     Imagen retrospectiva de turistas celebrando La Fiesta del Aleluya. 



LA CODOSERA y el Robo del Aleluya.

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        Sucedió hace once años. La Codosera hasta ese momento era un pueblo pacífico, con su rutina, sus piscinas naturales, sus bailes en el Hogar de Mayores, los Mayos en primavera, su motocrós, sus partidos de futbol en el campo de El Potril, sus famosas ferias de Agosto, sus romería de Lavarse o Chandavila, sus famosas rutas de caminantes, sus fiestas de los Castañales, la Matanza o los Carnavales o la de los Contrabandistas, o las de las Setas-

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        Pues bien. Todas estas celebraciones son comunes en la mayoría de los pueblos de nuestra región. Sin embargo, hay otra de la que hasta ahora hemos presumido los codoseranos por su singularidad, La Fiesta del Aleluya.

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        Sus orígenes los desconocemos. Los más viejos del lugar la recuerdan que ha existido desde siempre y sin duda fue la iglesia católica quien la bautizó con el famoso nombre del Aleluya.

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        Es una fiesta ruidosa por cuanto que consiste en sonar los cencerros coincidiendo con el canto del mismo nombre durante la Vigilia Pascual. Además, dado su arraigo en la población, el horario de celebración en la madrugada del –domingo de Resurrección, a través de los tiempos, no se había modificado, a cuyos actos eran bastantes los fieles asistentes.

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        Por lo que conocemos, durante la última centuria, a los numerosos párrocos que han ido desfilando por aquí en gran número, a unos si y a otros no,  les agradaba. El pueblo es soberano y es el que contribuyo al sostenimiento de la parroquia y ninguno se atrevió a contradecirlos.

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        Uno de ellos, don José Martín, sevillano y ya fallecido, en plena pos- guerra y en posesión del mayor poder político de nuestra historia, al igual que prohibía los brazos desnudos de la mujer en actos litúrgico, que las parejas de novios se cogiesen del brazo o de la mano al salir a la calle o exigir a la mujer usar el velo dentro del templo, obligó a que los campanillos durante la liturgia, se quedasen en la explanada de la plaza. Bueno, a ello contribuyó la policía municipal y la guardia civil. Al chaval o mozo que osase sonar un campanillo fuera del templo, lo metían en la cárcel. Mano dura.

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        Pasó el tiempo y llegó la Democracia a la vez que la iglesia católica iba perdiendo poder político. La censura ejercida por los curas desapareció y, a partir de entonces, se pudieron leer libros prohibidos, ver el pecho desnudo de una mujer en el cine o la televisión o escuchar las canciones con la letra completa de sus compositores. Las recomendaciones de los curas dejaron de ser necesarias para aprobar los estudios o encontrar un puesto de trabajo.

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        En La Codosera las puertas del templo parroquial también se abrieron para que entrase el aire fresco y los pequeños pudieron entrar durante unos minutos sonando sus campanillos, por una y salir por la otra con la felicidad reflejada en sus rostros. La libertad y la recuperación de nuestras tradiciones brotaba con fuerza dentro de la sociedad de las nuevas generaciones.

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        Con el tema religioso, en La Codosera hay para contar historias y historias de todo tipo. Por aquí pasaron los Templarios donde mandaron construir el templo parroquial y grabar sus señas de identidad en las piedras de los nervios que sujetan la cúpula del presbiterio. Fue en siglo XII, cuando los expulsaron de Francia y el rey de Portugal, Afonso Henrique los acogió para que administrasen los territorios que los portugueses iban reconquistando en sus batallas con los árabes. La Codosera siempre fue portuguesa hasta el Tratado de Alcañices y así queda reflejado en el Primer Foral de Marvao cuyo mapa lo podéis ver en mis comentarios anteriores. Así pues, llegaron los Templarios y anteriormente fueron los romanos con el famoso poblado de Ad Setem Ara, (Los Siete Altares). Pero mucho antes, miles de años antes, en La Lamparona los primeros pobladores se asentaron en lo más alto, seguramente para poder estudiar las estrellas, que aquí, por la noche, brillan con más fuerza. A la izquierda del poblado de la Edad del Hierro, cuyas piedras colocadas en círculo alrededor de la montaña, así lo reflejan. La ermita de la Lapa, muy próxima al poblado, también guarda connotaciones religiosas paganas, donde posteriormente siempre, el lugar, ha estado habitado por un fraile. En la actualidad, sobre los favores de la Virgen, no os comento todo lo sucedido en el pueblo, al ser conocida la historia contada por nuestras madres.

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        Quiere ello decir que nuestro pueblo, en los temas exotéricos es rico en sucesos ocurridos y que han sido contados de viva voz. Sobre el Aleluya, si que conocemos que fueron los primeros pastores en la época del Cristianismo los que desposeyeron a sus animales de los cencerros para con ellos, hacerlos sonar en el momento de la resurrección de Jesús. De ahí su nombre religioso. Los campanillos no se tocan a las ocho de la tarde como pretendía que lo hicieran, Antonio, una provocación que fue la causante de la división de una parte de la población con los tres curas. El error y el enfado de la gente, es que, si no le gustaba el ruido, lo podían haber dicho. No cambiar el horario por narices como así se lo hizo saber el alcalde de entonces, Manolo Víles. Que esto era una tradición del pueblo, en la cual participan niños pequeños y mayores, amas de casa y abuelos, junto a jóvenes de todas las edades y que no era justo su proceder. Pues no, no hubo forma. El pueblo aquí día de final de la Semana Santa, estaba que trinaba. Se convocó una reunión en la plaza de la Fuente, cuyas fotografías de la muchedumbre se pueden ver en las fotografías, y se acordó que para manifestar su descontó iban a ir a la iglesia y entrar sonando los campanillos. Eso fue lo que realmente lo que sucedió, tal como se puede comprar por las imágenes que la televisó y los particulares gravaron dentro de la iglesia. Pues no veas el cabreo del cura. Aunque con la boca cerrada, no dijo nada y espero UN AÑO,  al año siguiente se despachó. Dicen que la venganza se sirve en plato frio. Y es cierto. Tuvo un año para pensarlo y prepararlo, calculando que el pueblo ya no tendría memoria de lo ocurrido. y se inventó la trama. Se olvidó que desde que el personal, mayores y grandes, aquella tarde entraron en la iglesia hasta que salieron a la calle, las cámaras de Canal Sur y los móviles de los particulares filmaron las imagines y que los insultos que, al año siguiente publicaron para justificarse, no son ciertos. No hay ni una sola prueba, ni una sola denuncia de robo, que lo confirmen,  Pero consiguió su propósito y le supo a gloria. A viva voz y por la calle, lo pregonaba como un acto heroico, “y que mientras el estuviese de cura, los campanillos no entraban más”. La opinión de los vecinos, desde entonces se dividió” .Se olvidó que vino al pueblo para ser el cura de de todos, una tarea que a partir de entonces no le fue muy agradable. Las caras ya no le sonreían y los bancos de la iglesia se notaron más vacíos. La colaboración de la parroquia con el pueblo se notó y los actos y representaciones religiosas languidecieron. Terminó pidiendo el traslado.  Después llegó el padre Domingo. Un sacerdote muy preparado. Joven y creyéndose que esto era pan comido. Las primeras declaraciones que hizo fueron nefastas, diciendo que, “con el no contaran”, y que la Vigilia Pascual en la madrugada, tampoco. Pues nosotros tampoco contamos con el, dijeron los jóvenes. Hubo procesiones que iban cuatro. De pena Duró solo unos meses. Y ahora llega el padre Ángel. Madre mía. Un espectáculo!. Esto es como el cuento de Antoñita la fantástica. Cuando le preguntamos Antonio el Saludaó, presidente de la Asociación de los Aleluyeros,  y yo, si podíamos hablar con el del tema, muy sonriente y por teléfono se alegró mucho. Nos dijo que de acuerdo, que quedásemos para tomarnos unas cañas en los bares, en la Pastelería o por ahí. Se conoce que quería que el resto de vecinos nos viesen juntos, entiendo que no existían problemas a resolver No padre. La pastelería no es el lugar. ---Ah bueno, nos contestó. ---Entonces en mi despacho nos vemos. Así quedamos.

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        Os lo voy a contar  la entrevista completa, pero otro día. Si os puedo decir que habló poco pero al final de la conversación, no paraba,  no parecía el mismo. Se puso rojo, se enfureció y hasta me gritó, dando por bueno que no iba a contradecir a sus antecesores. Mas o menos como lo que en la actualidad está pasando con las Leyes del si es si, que por no dar el brazo a torcer a los pederastas les han rebajado la pena de cárcel. Si uno ha hecho una cosa mal, de sabios es corregir, sea cura o ministra.  Y todo porque le dije que el pueblo se iba a enterar de lo que habíamos hablado. Solo eso. Madre mía! . Bueno otro día os lo cuento porque fue larga la historia. Lo que quedó claro es que vivimos en un estado de derecho y que la libertad de expresión ya no es como antaño, cuando los curas censuraban cada letra que se escribía en un medio público u obligaban al cámara de cine a poner la mano y ocultar la imagen, entre las protestas del público, cuando los actores en la pantalla se besaban en los labios. Seguiremos.

           

          -Los pueblos de Extremadura que aparecen dentro del círculo de estrellas, fueron portugueses, antes que españoles. 



jueves, 9 de marzo de 2023

LA CODOSERA y la revista parroquial, que no falte.

 LA CODOSERA y la revista parroquial.

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Como cada año llega a nuestros hogares la esperada Revista parroquial de Semana Santa. A mi con la que está cayendo, lo que mas me gusta es la última pagina. Es estupenda y retrata a la perfección el momento que esta viviendo una parte del pueblo con los tres curas que llevamos. Que Cruz!.
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La vida es muy dura y pueden ser múltiples las circunstancias que, cuando menos lo esperas, pueda darte un desagradable sorpresa, pero lo que es inaudito e increíble es que, tres personas, que no son ni del pueblo, se planten aquí y anulen una de las tradiciones mas antiguas que sus habitantes tienen, y que utilicen para justificarse, tachándonos de mala gente y de ladrones. Eso es inadmisible. Lo que tiene que hacer este, ya que no quiere ni piensa pedir perdón por tan graves ofensas, es seguir la senda de los otros dos, ya que dice que va a hacer los mismo que la pareja anterior, Pues que se marche cuanto antes con su expresión risueña,, que aquí, la gente llana del pueblo no los quiere, ni a los que se fueron ni a el que acaba de venir con la lección aprendida, con una carga de orgullo, una actitud increíble en un servidor de Dios,


miércoles, 1 de marzo de 2023

LA CODOSERA y el pueblo de los TRES CURAS.

 

La plaza de la Iglesia abarrotada de vecinos protestando. 

LA CODOSERA lleva TRES CURAS EN MENOS DE UN AÑO. Batiendo récord.

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        Ya es difícil. Pero es cierto, llevamos tres y el problema continua. Ya tenemos el Puente Internacional mas pequeño del Mundo. El Santuario de Chandavila, el segundo más visitado dentro de la región extremeña, pues a partir de ahora, tenemos el "Pueblo de los TRES CURAS EN UN AÑO"

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        Sr. Arzobispo, por favor, se lo pedimos, envíenos un cura dialogante, que no venga con la lección aprendida, que escuche al pueblo, en el cual desee vivir en paz y concordia, y que no le ponga palos a la rueda para que el carro no circule. El último que hemos recibido hace ná de tiempo, viene con el NO es NO.

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        La Codosera es un pueblo religioso, tenemos a la Santísima Virgen de Chandavila y al Sagrado Corazón de Jesús y nos sentimos muy orgullosos de expresar en nuestros monumentos nuestra religiosidad.

        Somos un pueblo de gente trabajadora, humildes y serviciales. Colaboramos con la iglesia  en todas sus necesidades. Recientemente se ha remodelado totalmente el templo parroquial con las aportaciones de los vecinos.

       Chandavila es nuestro orgullo, todo ello gracias al sacrificio de nuestros antepasados que sacaron con sus manos la piedra de la tierra para levantar los muros del santuario.

         Y somos un pueblo que sabe sufrir. Vivir en esta tierra tan dura cada día y sacarle un jornal, solo los hombres y mujeres de aquí, saben hacerlo desde hace cientos de años.

        Como cualquier ser humano nos duele que nos insulten y nos calumnien, que nos pongan de ladrones y de mala gente y menos que vengan lanzados por miembros de la comunidad religiosa.

        En estos temas la Ley española es muy clara, una actitud que la mayor parte del vecindario ha soportado y sufrido durante once años que llevamos. Nunca se han ejercido acciones legales contra este ultraje, tal como dice el texto de la citada Ley.

Qué es el delito de incitación al odio?

Como concepto, se persigue la conducta de alguien que promueva, ya sea de manera directa o indirecta, el odio, hostilidad, discriminación o violencia contra un grupo, una parte de dicho grupo o contra una persona determinada.

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        El pueblo solamente desea volver a la normalidad, olvidar los dimes y los diretes y no estar señalado por una parte de quienes les interesa recalcar lo mala que es la gente de este pueblo. Queremos a los representantes de la iglesia que vengan en son de paz.                  Deseamos recuperar nuestras tradiciones, ya que con ello no tendremos que explicarles a las futuras generaciones cosas que no son ciertas. Y creemos que celebrar la Vigilia Pascual en la madrugada del Domingo de Resurrección, lo que el pueblo llano conoce como “El Aleluya”, no es algo imposible, siempre que guardemos nuestro orgullo y seamos todos humildes.