PASARON LOS MAYOS
Los componentes de "Andariegos Coseranos" se quisieron retratar con los premiados.
Por esta calle los quintos bajaban cantando.
Quizás sea mayo uno de los meses mas bonitos del año. Es el mes de
las romerias, de las que en cada pueblo hay unas cuantas, y también el mes de “los mayos”, esos muñecos de trapos que
hemos visto colocados en los rincones de nuestras calles, ya no con carácter
profano, como lo hicieron aquellos primeros romanos que, en honor a sus dioses,
los ofrecían en señal de agradecimiento por la germinación de los campos.
Antiguo Ayuntamiento. Hoy reformado
Los “mayos” de ahora, los peleles de trapo
con la cara pintada, son de carácter lúdico festivo, reivindicativos de aquello
que falta por hacer o divertidos, recordando profesiones u oficios, hoy ya casi olvidados.
Como cada año, los vecinos colocan a sus muñecos en diferentes rincones
de calles y plazas, normalmente situados cerca del lugar donde viven. Este año, tal como les muestro en esta
fotografía, el primer premio, el Ayuntamiento se lo ha concedido al grupo
instalado en las escaleras que unen la dos plazas, la de la Iglesia, con la que
fue hace años sede del antiguo Ayuntamiento. Un
bonito lugar, dentro del casco urbano, muy apropiado para la representación del
mensaje que han querido transmitir con la ambientación recreada del tema,
“los Quintos”. Efectivamente, hablar de los quintos hoy día es recordar el
pasado y situarnos casi treinta años atrás, que fue cuando dejó de ser obligatorio hacer el servicio militar. Por este motivo, existe toda una generación de jóvenes actualmente que,
si no se lo cuentan, no saben ni quienes fueron los quintos, un grupo de jóvenes, nacidos todos el mismo año, que durante generaciones fueron llamados obligatóriamente para ingresar en el ejército con el objeto de servir a la Patria en acuartelamientos, dentro de la Península o en plazas africanas, incluidas la Islas Canarias. Hace algunas décadas, la mayoría de ellos, era la primera vez que salían del pueblo, por eso, ese día, las madres y las novias lloraban. Además, ser "quinto" de otro igual que él, imprimía carácter y, entre ellos existía una amistad casi familiar que duraría durante el resto de su vida.
También es muy significativo el lugar porque aquí, junto a estas
escaleras, que anteriormente fueron escalerones, por donde más de dos chiquillos y personas mayores salieron rodando por la falta de soportes o agarraderas, toda vez que era el lugar que
elegían los familiares, amigos y conocidos, para ver desfilar a los mozos, una
vez que salían del ayuntamiento tallados y enfilaban la calle abajo buscando un lugar
perdido y solitario donde divertirse.
La banda de música del pueblo
La representación de este año está muy bien conseguida
porque, además de los muñecos, han colocado los elementos necesarios para
la fiesta que en cada quinta no podían faltar. El solfista o acordeonista, que
comenzaba a tocar y a entonar las coplas y cánticos que los mozos
protagonizaban nada mas dejar de besar a todas las madres y novias que los
esperaban una vez tallados por el médico oficial del pueblo:
-“Madre ya se van los quintos
ya se llevan a mi
hermano,
ya no tengo quien me compre
los pañuelos de la
mano”
Mientras que unos a otros se contestaban:
"Que te j..., te jod....,
que te tienes que ir,
que tu madre no tiene
para librarte a ti. "
Lo de librarte se refiere a la cantidad de dinero que las familias con recursos económicos suficientes pagaban a las arcas del Estado para que sus hijos no fuesen a la mili y por tanto, tampoco a la guerra.
Mientras que unos a otros se contestaban:
"Que te j..., te jod....,
que te tienes que ir,
que tu madre no tiene
para librarte a ti. "
Lo de librarte se refiere a la cantidad de dinero que las familias con recursos económicos suficientes pagaban a las arcas del Estado para que sus hijos no fuesen a la mili y por tanto, tampoco a la guerra.
Estos dos paisanos venían de celebrara un bautizo en la iglesia y tambien se retrataron con los premiados.
Otro accesorios que aparece en el suelo, es el garrafón del vino, pero vino peleón, del que se bebía como el agua, sin vaso, si acaso
utilizando la escupidera o bacinilla, que también aparece en el suelo, a la derecha.
Los quintos del 61, En este año cumplen 75. Era un dia de calor por que las chaquetas se las quitaron. Poco lujo se observa, solo uno tiene gafas de sol, hoy todos las lucirian.
El caldero también está incorporado. Aquel día era su fiesta y no había tregua para volver a casa y comer. La comida la
organizaban en el campo, y para ello contrataban los servicios de una señora mayor, una cocinera de prestigio reconocido, que les preparase la caldereta del chivo, que previamente habían
comprado a uno de los carniceros del pueblo.
En el pueblo siempre ha habido buenos carniceros
Y como el día iba a ser como el de este año, de excesivo
calor, el sombrero o gorra no podía faltar, por eso iban a la lonja, una de las
del pueblo, y compraban el correspondiente sombrero de paja, eso en los últimos
años, pero en la época de nuestros abuelos no era necesario, ya que todo
hombre, cuando llegaba a la mayoría de edad, como era el caso de los quintos,
que se tallaban cumplidos los veintiuno, los padres le compraban el
correspondiente sombrero de fieltro, que ya le acompañaría para siempre,
incluso, hasta el día que fallecían, se lo entraban en la caja.
El pueblo.