La familia de José Joaquín.
La Casa del Miedo se corresponde con una vieja casa abandonada desde hace bastantes años, situada en una encrucijada de caminos, distantes de la población a poco mas de 2 kms. Y muy próxima a la pedania del Marco y a la raya fronteriza con Portugal. Sobre esta vieja vivienda, los medios de comunicación, prensa, radio y TV, han escrito y emitido sus programaciones desde hace varios años y, últimamente, con bastante más frecuencia. Este lugar es pues un foco de atención interesante para los amantes de los temas de misterios por resolver. Sea como fuere, el caso es que los antiguos habitantes de la vivienda en su dia decidieron abandonarla y, desde entonces, nadie ha osado habitarla. Por que, según las leyendas que se cuentan sobre ella, los hechos no solo han ocurrido en el interior, si no que incluso vecinos del pueblo que frecuentemente pasaban por sus inmediaciones han sido sorprendidos por los llamados espíritus que velozmente salían de la casa y los agredían. Dicen que, incluso las caballerías que cruzaban frente a la vivienda, en determinados casos, se ponían nerviosas y era imposible dominarlas.
Hace poco tiempo y, gracias a este medio de comunicaciones como es interné, hemos mantenido contacto con un miembro de la familia que allí vivió en los ultimos años, la de José Joaquín de la Piedad Becerra, el cual nos narra los recuerdos que guarda de aquel lugar.
En apenas pocos metros cuadrados vivían sus padres, Enrique y María junto a sus seis hermanos, Antonio, Victoria, Dámaso, Micaela, Enrique y Manuel, los cuales aparecen en la fotografía insertada. Su padre era conocido como " O Ferrador da Casa do Medo".
No sabe el motivo de el porqué recalaron en estos parajes, pues sus padres no eran de esta zona, Enrique era de Herrera del Duque y María de Santa Marta de los Barros. En aquellos años los herradores eran necesarios por la cantidad de bestias que habia y trabajo no le faltó para criar a la prole de hijos que tuvieron. El padre fue un hombre que hizo de todo en la vida. Nació en 1905 y tambien lo movilizaron para ir a la Guerra, donde trabajó de cocinero. Depues aprendió el oficio de zapatero y, por último, herrador. María fue su segunda mujer y en total, entre ambas esposas, tuvo veintidos hijos.
José Joaquín nació en esta casa donde recuerda que ocurrían cosas muy raras pero que su familia no le daba importancia y se lo tomaban con gracia. Con sus hermanos jugaba a todos los juegos e incluso recuerda los otros niños de o Marco, los Peres, los Pinaos, el señor Farfalla o o sinhor Nicolao. Era un familia humilde, sin agua corriente ni cuarto de baño, ni luz eléctrica ni aparatos de radio ni tv., hasta que con trece años, la familia emigró a Badajoz, donde actualmente reside.
Como estas historias hay otras muchas que guardan relación con esta casa, ya famosa en las paginas de revistas de la Región extremeña y, a esto último me quiero referir. Que es una lastima el estado ruinoso que presenta la vivienda sin que nadie se ocupe de reparar los desperfectos que ocasionalmente se van produciendo como consecuencia del paso de tiempo. Igual cuando pasen algunos años se haya derrumbado y solo quede el recuerdo de lo que allí hubo, como ha ocurrido con el Puente romano, que un día se derrumbó el arco central y de los pilares, las piedras, una a una se van cayendo y la corriente se las lleva, asi que ya solo nos queda de él, el recuerdo y las fotografías. Para entonces ya no vendrán periodistas ni técnicos de televisión y el pueblo haya perdido una de sus leyendas. Lo mismo algo se puede hacer y adecentarla un poco. Igual no tiene ni dueño y es cuestión de verlo y estudiar la forma de recuperarla. A La Codosera que es un pueblo turísticos y que sus habitantes apuestan por fomentarlo, no le vendría mal incorporarla en una de sus rutas. Estoy seguro que visitantes no le faltarían.
Hoy hemos hablado con Manuela Matador Rivero y nos manifiesta que la casa es de su propiedad, asi que nos alegramos de que por lo menos tenga dueños conocidos. La casa forma parte de un terreno que llega hasta el arroyo Abrilongo y procede de la herencia de su abuelo, Manuel Rivero Péres, conocido como, Manuel el de los Barrancones", a su madre y posteriormente a Manuela. Sus deseos son rehabilitarla y, dado la difusión y el interés que ha desperctado en los medios de comunicación, pues darle un caracter especial, por lo que piensa ponerse en contacto con las autoridades para ver que ayudas puede conseguir. Nuestra enhorabuena Manuela.
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