Imagen retrospectiva de turistas celebrando La Fiesta del Aleluya.
LA CODOSERA y el Robo del Aleluya.
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Sucedió hace once años. La Codosera hasta ese momento era un
pueblo pacífico, con su rutina, sus piscinas naturales, sus bailes en el Hogar
de Mayores, los Mayos en primavera, su motocrós, sus partidos de futbol en el
campo de El Potril, sus famosas ferias de Agosto, sus romería de Lavarse o
Chandavila, sus famosas rutas de caminantes, sus fiestas de los Castañales, la
Matanza o los Carnavales o la de los Contrabandistas, o las de las Setas-
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Pues bien. Todas estas celebraciones son comunes en la
mayoría de los pueblos de nuestra región. Sin embargo, hay otra de la que hasta
ahora hemos presumido los codoseranos por su singularidad, La Fiesta del
Aleluya.
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Sus orígenes los desconocemos. Los más viejos del lugar la
recuerdan que ha existido desde siempre y sin duda fue la iglesia católica
quien la bautizó con el famoso nombre del Aleluya.
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Es una fiesta ruidosa por cuanto que consiste en sonar los
cencerros coincidiendo con el canto del mismo nombre durante la Vigilia Pascual.
Además, dado su arraigo en la población, el horario de celebración en la
madrugada del –domingo de Resurrección, a través de los tiempos, no se había
modificado, a cuyos actos eran bastantes los fieles asistentes.
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Por lo que conocemos, durante la última centuria, a los
numerosos párrocos que han ido desfilando por aquí en gran número, a unos si y
a otros no, les agradaba. El pueblo es
soberano y es el que contribuyo al sostenimiento de la parroquia y ninguno se
atrevió a contradecirlos.
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Uno de ellos, don José Martín, sevillano y ya fallecido, en
plena pos- guerra y en posesión del mayor poder político de nuestra historia,
al igual que prohibía los brazos desnudos de la mujer en actos litúrgico, que
las parejas de novios se cogiesen del brazo o de la mano al salir a la calle o
exigir a la mujer usar el velo dentro del templo, obligó a que los campanillos
durante la liturgia, se quedasen en la explanada de la plaza. Bueno, a ello
contribuyó la policía municipal y la guardia civil. Al chaval o mozo que osase
sonar un campanillo fuera del templo, lo metían en la cárcel. Mano dura.
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Pasó el tiempo y llegó la Democracia a la vez que la iglesia
católica iba perdiendo poder político. La censura ejercida por los curas desapareció
y, a partir de entonces, se pudieron leer libros prohibidos, ver el pecho
desnudo de una mujer en el cine o la televisión o escuchar las canciones con la
letra completa de sus compositores. Las recomendaciones de los curas dejaron de
ser necesarias para aprobar los estudios o encontrar un puesto de trabajo.
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En La Codosera las puertas del templo parroquial también se
abrieron para que entrase el aire fresco y los pequeños pudieron entrar durante
unos minutos sonando sus campanillos, por una y salir por la otra con la felicidad
reflejada en sus rostros. La libertad y la recuperación de nuestras tradiciones
brotaba con fuerza dentro de la sociedad de las nuevas generaciones.
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Con el tema religioso, en La Codosera hay para contar
historias y historias de todo tipo. Por aquí pasaron los Templarios donde
mandaron construir el templo parroquial y grabar sus señas de identidad en las
piedras de los nervios que sujetan la cúpula del presbiterio. Fue en siglo XII,
cuando los expulsaron de Francia y el rey de Portugal, Afonso Henrique los
acogió para que administrasen los territorios que los portugueses iban
reconquistando en sus batallas con los árabes. La Codosera siempre fue portuguesa
hasta el Tratado de Alcañices y así queda reflejado en el Primer Foral de
Marvao cuyo mapa lo podéis ver en mis comentarios anteriores. Así pues,
llegaron los Templarios y anteriormente fueron los romanos con el famoso
poblado de Ad Setem Ara, (Los Siete Altares). Pero mucho antes, miles de años
antes, en La Lamparona los primeros pobladores se asentaron en lo más alto,
seguramente para poder estudiar las estrellas, que aquí, por la noche, brillan
con más fuerza. A la izquierda del poblado de la Edad del Hierro, cuyas
piedras colocadas en círculo alrededor de la montaña, así lo reflejan. La
ermita de la Lapa, muy próxima al poblado, también guarda connotaciones
religiosas paganas, donde posteriormente siempre, el lugar, ha estado habitado
por un fraile. En la actualidad, sobre los favores de la Virgen, no os comento
todo lo sucedido en el pueblo, al ser conocida la historia contada por nuestras
madres.
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Quiere ello decir que nuestro pueblo, en los temas exotéricos
es rico en sucesos ocurridos y que han sido contados de viva voz. Sobre el Aleluya, si que conocemos que fueron los primeros pastores en la época del Cristianismo los que desposeyeron a sus
animales de los cencerros para con ellos, hacerlos sonar en el momento de la
resurrección de Jesús. De ahí su nombre religioso. Los campanillos no se tocan
a las ocho de la tarde como pretendía que lo hicieran, Antonio, una provocación
que fue la causante de la división de una parte de la población con los tres
curas. El error y el enfado de la gente, es que, si no le gustaba el ruido, lo
podían haber dicho. No cambiar el horario por narices como así se lo hizo saber
el alcalde de entonces, Manolo Víles. Que esto era una tradición del pueblo, en
la cual participan niños pequeños y mayores, amas de casa y abuelos, junto a
jóvenes de todas las edades y que no era justo su proceder. Pues no, no hubo
forma. El pueblo aquí día de final de la Semana Santa, estaba que trinaba. Se
convocó una reunión en la plaza de la Fuente, cuyas fotografías de la
muchedumbre se pueden ver en las fotografías, y se acordó que para manifestar
su descontó iban a ir a la iglesia y entrar sonando los campanillos. Eso fue lo
que realmente lo que sucedió, tal como se puede comprar por las imágenes que la
televisó y los particulares gravaron dentro de la iglesia. Pues no veas el
cabreo del cura. Aunque con la boca cerrada, no dijo nada y espero UN AÑO, al año
siguiente se despachó. Dicen que la venganza se sirve en plato frio. Y es cierto. Tuvo un
año para pensarlo y prepararlo, calculando que el pueblo ya no tendría memoria de lo ocurrido. y se inventó la trama. Se olvidó que desde que el personal, mayores y grandes, aquella tarde entraron en la iglesia hasta que salieron a la calle, las cámaras de Canal Sur y los móviles de los particulares filmaron las imagines y que los insultos que, al año siguiente publicaron para justificarse, no son ciertos. No hay ni una sola prueba, ni una sola denuncia de robo, que lo confirmen, Pero consiguió su propósito y le supo a gloria. A viva voz y por la calle, lo
pregonaba como un acto heroico, “y que mientras el estuviese de cura, los
campanillos no entraban más”. La opinión de los vecinos, desde entonces se
dividió” .Se olvidó que vino al pueblo para ser el cura de de todos, una tarea que
a partir de entonces no le fue muy agradable. Las caras ya no le sonreían y los
bancos de la iglesia se notaron más vacíos. La colaboración de la parroquia con
el pueblo se notó y los actos y representaciones religiosas languidecieron.
Terminó pidiendo el traslado. Después
llegó el padre Domingo. Un sacerdote muy preparado. Joven y creyéndose que esto
era pan comido. Las primeras declaraciones que hizo fueron nefastas, diciendo que, “con el no
contaran”, y que la Vigilia Pascual en la madrugada, tampoco. Pues nosotros
tampoco contamos con el, dijeron los jóvenes. Hubo procesiones que iban cuatro.
De pena Duró solo unos meses. Y ahora llega el padre Ángel. Madre mía. Un
espectáculo!. Esto es como el cuento de Antoñita la fantástica. Cuando le
preguntamos Antonio el Saludaó, presidente de la Asociación de los Aleluyeros, y yo, si podíamos hablar con el del tema, muy
sonriente y por teléfono se alegró mucho. Nos dijo que de acuerdo, que
quedásemos para tomarnos unas cañas en los bares, en la Pastelería o por ahí. Se conoce que
quería que el resto de vecinos nos viesen juntos, entiendo que no existían
problemas a resolver No padre. La pastelería no es el lugar. ---Ah bueno, nos
contestó. ---Entonces en mi despacho nos vemos. Así quedamos.
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Os lo voy a contar la entrevista completa, pero otro día. Si os puedo decir
que habló poco pero al final de la conversación, no paraba, no parecía el mismo. Se puso
rojo, se enfureció y hasta me gritó, dando por bueno que no iba a contradecir a sus antecesores. Mas o menos como lo que en la actualidad está pasando con las Leyes del si es si, que por no dar el brazo a torcer a los pederastas les han rebajado la pena de cárcel. Si uno ha hecho una cosa mal, de sabios es corregir, sea cura o ministra. Y todo porque le dije que el pueblo se iba
a enterar de lo que habíamos hablado. Solo eso. Madre mía! . Bueno otro día os
lo cuento porque fue larga la historia. Lo que quedó claro es que vivimos en un
estado de derecho y que la libertad de expresión ya no es como antaño, cuando
los curas censuraban cada letra que se escribía en un medio público u obligaban
al cámara de cine a poner la mano y ocultar la imagen, entre las protestas del
público, cuando los actores en la pantalla se besaban en los labios. Seguiremos.
-Los pueblos de Extremadura que aparecen dentro del círculo de estrellas, fueron portugueses, antes que españoles.
Soy la mujer de Antonio enhorabuena lo escrito es la pura verdad
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