LA CODOSERA y Sor Ma. De la
Misericordia. (Marcelina)
Han pasado
los años. Para ochenta vamos y, a veces, el pueblo olvida el nombre de algunos
o algunas de sus hijos o hijas mas universales. Decir Sor Maria de la
Misericordia y hacer una encuesta, creo que pocos serían los que dirían conocerla, pues asi es como se
llama, desde hace alrededor de sesenta años, aquella niña, hija del pueblo, elegida por la Santísima Virgen para lanzar un
mensaje de “Paz y Perdón”, junto a un castaño de lo que sigue siendo el precioso paraje de
Chandavila.
La Codosera
es un pueblo precioso y singular, por el espectacular paisaje natural, enclavado
entre dos sistemas montañosos importante como son, la Sierra de San Pedro y la de San Mamede, esta última declarada Parque Natural Serra de Sao Mamede, ambos al borde de los acuíferos de la cuenca del Rio
Gévora, uno a la derecha y el otro a la izquierda. Pero quizás, donde la naturaleza
se vistió de gala, fue en el enclave de Chandavila y allí, a partir de un 27 de
mayo del año 1945, el mundo vibró de emoción con las Apariciones de la Virgen María a
Marcelina.
A esta niña, a Marcelina, que entonces contaba con diez años de edad, el pueblo dejó de verla por su deseo expresado de ingresar como religiosa en la Congregación de Hermanitas de la Cruz, en un pueblo de la provincia de Sevilla, donde al dia de hoy, allí continúa entregada a la vida contemplativa y para asistir a los mas necesitados, dedicándose a cuidado de enfermos, huérfanos, pobres y ancianos.
Son muchas las calles del pueblo nominadas que uno cuando, al leer sus nombres, nada le dicen, pues sus personajes nunca han tenido ni tienen nada que ver ni con nuestra historia ni con nada que se le parezca. Por ejemplo, la calle Teniente Corchado, la antigua callejina de los Nogales. De este militar solo se le conoce por haber estado aquí destinado, como cientos de civiles lo fueron, y porque mandó construirse una casa, al final de esta calleja, con una reja a la salida del patio donde mandó que el herrero grabara su nombre. Nada mas. Pues ahí tiene su calle. Ya si miramos para la del General Navarro, ya ni os digo.
Y fijaros que de Marcelina, hoy Sor María de la Misericordia, todo el mundo se interesa por ella y cada día mas aún, después de lo que la Santa Sede y el Papa Francisco han dicho de una manera cierta y positiva de los milagros de Chandavila, como nunca antes la Iglesia Católica lo habían reconocido con otras apariciones acaecidas en España. Por eso, y solo por eso, bueno sería que la corporación municipal se plantease cambiarle el nombre de alguna de sus céntricas calles y con letras de oro escribir en la nueva placa el nombre de la hija mas querida y recordada de nuestro pueblo. CALLE, de SOR MARIA DE LA MISERICORDIA.