miércoles, 29 de mayo de 2013

FOTOGRAFÍAS DE AYER.

Se celebró la conferencia tal como estaba previsto y el público asistió encantando para oir hablar de los hechos que ocurrieron en La Codosera en 1945.
 
 
 
 
Mucho publico y buen ambiente, al que asistieron el alcalde de La Codosera y diputado provincial, don Manuel Vilés, don Antonio, párroco del mismo pueblo y don Francisco Barroso, canónigo de la S.I. Catedral, entre otros, algunos vecinos del pueblo, otros paisanos pero residentes en Badajoz que, con el resto de asistentes, llenaron la sede de la Económica, donde se celebró el acto.
 
 
 
Por mi parte darle las gracias a todos por su asistencia a un acto tan importante para mantener viva nuestras tradiciones y fomentarlas más allá de nuestras fronteras. Esa fue mi intención y supongo que también la de los organizadores del acto, la Sociedad Cultural Extremeño-Alentejana.
 
 

El acto de ayer estaba divido en dos partes. Una primera dar a conocer como y cuando ocurrieron las apariciones de la Virgen de los Dolores en Chandavila, y otra, para presentar mi libro en esta capital, La Codosera. Un pueblo con Raíces y Costumbres Rayas",
 
 
 
Gran expectación había por escuchar las explicaciones de los hechos ocurridos en Chandavila, toda vez que, desde que se escribieron las crónicas del periódico Informaciones de aquellos días y la publicación de un par de libritos publicados en la misma fecha, poco o nada se ha vuelto a escribir sobre Chandavila. Por ello son muchas las dudas que los badajocenses tenían sobre esta bonita historia, una vez que han transcurrido sesenta y ocho años.
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El señor alcalde, Manolo Vilés para los conocidos, tuvo la gentileza de hacer mi presentación y el secretario de la Sociedad Alentejana fue el encargado de abrir el acto, dando la bienvenida a los asistentes.

Me gustaría conocer vuestras opiniones sobre este tema, por lo que espero vuestros comentarios que iremos publicando según se reciban. De nuevo, muchas gracias a todos.


 
 








jueves, 16 de mayo de 2013

¿Que pasó en La Codosera?




APARICIONES DE LA VIRGEN EN CHANDAVILA AÑO 1945






La primera ermita.


                              La Codosera es un pueblo fronterizo, un lugar donde predomina el mestizaje de dos culturas, la española y la portuguesa,  haciendo de este lugar un enclave singular, una puerta abierta a la amistad entre dos pueblos hermanos , muy acogedor, donde el viajero cuando llega no se siente forastero.



                                       Paisaje del pueblo.



                             Pero esta población  rayana también es conocida, dentro y fuera de nuestras fronteras, por su carácter religioso y por la cantidad de ermitas asentadas en el término municipal. Desaparecidas, la de San Pedro, San Sebastián y Ntra. Sra.de los Remedios y abiertas al culto, Chandavila, Ntra.Sra.de la Luz, San Miguel, Ntra.Sra. del Carmen, San Isidro y Ntra.Sra. de la Piedad, ésta última como Iglesia matriz. Esta procedencia al culto religioso ya se manifestaba en la época romana, pues hay historiadores que sitúan aquí el poblado llamado Ad Septem Ara (Siete Altares).
Os puedo adelantar que, a pesar de los antecedentes de los que hablamos, la población desde siempre no se ha destacado por vivir la fe intensamente. Aquí la religión se practica como en cualquier otro pueblo extremeño.

Cruz en Chandavila.
Los hechos que os expongo mas adelante, se localizan en la España de la posguerra, en los años cuarenta donde había familias de derechas y otras, republicanas, muchas de ellas caracterizadas porque  habían perdido a  sus seres queridos  en la contienda, en algunos casos penoso, si la falta había sido del padre, encargado de llevar el sustento a casa. Era la España del racionamiento, del salva conducto, de las alpargatas y de las sopas en las tres comidas. Eran tiempos difíciles para todos, pero para los pobres, tiempos de  hambre y miseria.


Marcelina
                                             La protagonista de la historia de hoy, Marcelina, era una niña donde en su casa apenas había de nada, pero que reía y jugaba con sus amigas en la calle, como todas las de su edad,  huérfana de padre por haber sido fusilado acusado de haber sido republicano e hijo del alcalde del pueblo cuando entraron las fuerzas nacionales. Como todas sus amigas, iba a la escuela, a la de doña Josefa y, a pesar de su corta edad, ayudando en casa en las tareas domésticas. Además, cuando su madre la mandaba, junto con su prima, iban al Marco,  un caserío situado en la misma raya portuguesa y allí, al igual que hacían muchos niños hijos de madres viudas, compraban artículos de contrabando, de los que en España escaseaban o su precio era más alto y, procurando que la pareja de los carabineros no las detuvieran, regresaban al pueblo con los encargos hechos, con los cuales, su madre, después de venderlos de estraperlo, ganaba lo suficiente para mantener su casa.



                           En este mundo de carencias vivía nuestra protagonista, alejada del mundo religioso, ella y  su familia de ideas opuestas a la religión. Quizás muchos lectores conozcan la historia, pero para los que no la tengan completa, espero que saquen sus consecuencias, valoren los acontecimientos y disfruten con una historia que, en su tiempo, hizo cambiar el pensar y el sentir de este pueblo.  




¿Qué ocurrió en La Codosera?, por el Fr.Antonio Corredor García

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Saludo. Bienvenidas sean, gentes de
La Codosera
y de más allá de este bendito lugar

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Un importante, singular y trascendental acontecimiento tuvo lugar en La Codosera, en Mayo de 1945, al terminar precisamente la segunda guerra mundial.

Eran las tres de la tarde del día 27 de Mayo de 1.945, cuando la niña Marcelina Barroso Expósito en compañía de su prima Agustina González (ambas de La Codosera), iban andando hacia el caserío próximo del "Marco", a cumplimentar un encargo de su madre.
 






Antiguo camino del Marco







                               Había recorrido unos tres kilómetros, cuando, al cruzar el paraje denominado Chandavila, reparó en un oscuro bulto que se divisaba sobre un castaño, distante unos sesenta metros


a la derecha del camino.No hizo caso. Pero a la vuelta venía pensando si persistiría aún el extraño objeto. Si, estaba allí Y, como empujada por una fuerza interior, se acercó a verlo.
                                        Grande fue su asombro al distinguir claramente, envuelta en rayos luminosos, a la Santísima Virgen de los Dolores, elevada hacia la mitad del tronco del castaño, de perfil, mirando para el pueblo, aureolada de luceros brillantes, con manto negro, recabado de estrellas, manos juntas y rostro bellísimo, en el cual se reflejaba mortal y divina tristeza.


 

Vista aérea de la población en 1974

Desaparecida la visión, la niña, llevada de su natural impulso, echó a correr hasta el pueblo, juntamente con su prima, aunque ésta nada había visto. Al llegar a casa, pretendió guardar silencio, pero, no pudiéndolo tener callado, contó a su madre todo lo ocurrido, extendiéndose muy pronto la voz por el vecindario.

Gran expectación se levantó en el pueblo, ante este hecho, que sin embargo lejos de olvidarse, se volvió a repetir.



Primer altar.

                                         El día 4 de Junio, por la mañana, a los nueve días de la primera aparición, se le presenta de nuevo a Marcelinita, en Chandavila, la Santísima Virgen, y le dice que vuelva por la tarde, que tiene que hacer un sacrificio en presencia de todos los concurrentes.

Ella obedeció, y ante más de un millar de personas, españolas y portuguesas, efectuó esa tarde una marcha estática, que llamó poderosamente la atención.


                              Estando la niña a unos sesenta metros del castaño, muy pronto se le manifiesta, en el azul del cielo, nuestra Señora de los Dolores, que, poco a poco, fue descendiendo hasta colocarse delante del árbol, como la vio la vez primera.

Invitó a la niña a que anduviera de rodillas el trecho que Ella la separaba. Mas, como pusiera algún reparo, la animó la Madre del Dolor, diciéndole: "No temas. No te pasará nada. Yo iré poniendo delante de ti una alfombra de juncos y yerbas para que no te hagas daño".




                           Desde el regato, la niña comenzó a andar de rodillas por entre las dos filas que le abrían los espectadores. Su madre, la señora Agustina, que estaba presente se desmayó. Permaneció unos diez minutos arrodillada junto al árbol. Entretanto, ve que se entreabre el castaño y aparece detrás de él, adornada de lámparas preciosas, una hermosa iglesia.


 En el altar se halla la Virgen María. Esta le indica que moje sus dedos en la pila del agua bendita y se santigüe, gesto que contemplan todos los circunstantes. Después la Aparición baja del retablo y le pregunta que si quería irse con ella. Al contestarle: "Sí, Señora, ahora mismo", la Santísima Virgen se sonríe, la abraza y la besa en la frente, sintiendo la niña sobre su cara el roce del manto de la Madre de Dios. Además, le expresa su deseo de que en el mismo lugar se levante en su honor una capilla.



Al volver del éxtasis, Marcelina, se fue a hablar con sus amigas, como si nada hubiera acontecido. Las rodillas de Marcelina no tenían señal ni rasguño alguno, después de haber caminado los sesenta metros, pese a que muchos jóvenes (e incluso el párroco de La Codosera, Juan Antonio Galán y Galán), lo intentaron y tuvieron que desistir de su empeño, por los cortes y heridas recibidas



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Marcelina, tuvo más encuentros con la Virgen, en otras ocasiones acompañada de más personas, entre las que se encontraba su maestra, doña Josefa Martín. Estuvo en un colegio de religiosas de Villafranca de Los Barros (Badajoz) para posteriormente ingresar como religiosa, en la Congregación de Hermanitas de la Cruz, el 2 de Agosto de 1.875, en Sevilla, dedicándose al cuidado de enfermos, huérfanos, pobres y ancianos, tomando como nombre Sor María de la Misericordia de la Cruz..

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Afra.

 ¿QUIEN FUE  AFRA BRIGIDO BLANCO?
Afra Brígido Blanco, nació el 21 de Enero de 1.928 y a sus diecisiete años, el 30 de Mayo (festividad del Corpus), a las tres de la tarde (a la misma hora de la aparición de la Virgen a Marcelina), determinó ir con sus amigas a Chandavila.

Nada más llegar le pareció ver, entre unas nubes, algo que simulaba una capilla y muy clara la forma exacta de una cruz.
 









Comienzo de las obras del Santuario.

Al día siguiente, fue a la misma hora, a dicho lugar, donde ya se encontraban reunidas muchas personas. Se sentó frente al castaño de las apariciones, y vio salir de entre las nubes un objeto oscuro, que al irse acercando, dejó perfilada la imagen de la Virgen Dolorosa, de perfil, con el rostro vuelto hacia la derecha. A causa de la fuerte impresión, Afra, se desmayó y al volver en sí, decide volver a casa con sus amigas.


A los pocos días fallece su abuela paterna, Afra, se viste de luto y apenas sale a la calle. Pero ante la insistencia de sus amigas, la convencen para que vuelva a Chandavila, a lo cual accede con el permiso de su madre, la señora Cipriana.

Era el 17 de Junio, y sentada en uno de los castaños de enfrente, vuelve a ver la aparición de forma idéntica a la vez anterior. Entra en éxtasis y comienza a andar de rodillas por el regato. La Virgen le pide que se levante, y entonces sigue andando hasta el castaño. Al llegar allí se arrodilla, y entabla una conversación con la Virgen.

La Virgen le dice que siempre estará a su lado, le comunicó un secreto, le predijo grandes sufrimientos y al final le manda darle un beso a Marcelinita (que estaba allí presente), y diciéndole que se persigne, cosa que ejecutó al instante.

Primera capilla, en cuyo interior se aloja el tronco del castaño.

En otras apariciones posteriores, La Virgen le pidió el rezo del Santo Rosario y la construcción de una ermita en aquel lugar, así como un sacrificio: que cantara en la misa solemne del día 4 de Septiembre, deseo que se cumplió, por indicación espontánea del señor Cura Párroco de La Codosera.

Afra y otras amigas, entre ellas Marcelina, estuvieron en Villar del Rey desde el domingo, día 21 de Julio, hasta el 24, víspera de Santiago, y el mismo domingo visitaron la ermita de Nuestra señora de la Encarnación o de la Rivera, Patrona de la localidad, y fueron allí todos los días, mañana y tarde, para dar gracias por un favor recibido.

En una de sus visitas (lunes, día 22) y cuando estaban realizando el Vía Crucis, Afra, entró en éxtasis en la XI estación, delante de un cuadro de la Santísima Trinidad, colocado al lado de la Epístola, casi en el centro de la ermita, y vio el calvario de Nuestro Señor Jesucristo y su crucifixión, sintiendo un dolor muy agudo en las palmas de las manos.

A raíz de este hecho, le salen a Afra, primero unas llagas en las manos, con incisión en el centro, en forma de clavo, después otra llaga en el costado, que chorreaba sangre, produciéndole un dolor insoportable, y finalmente las llagas de los pies. Las llagas de manos y pies con el tiempo fueron agrandándose y terminaron por pasar de parte a parte, apareciéndole la incisión por el dorso. La sangre brotaba principalmente los viernes. Afra fue sometida a exámenes médicos y a curas por parte de un practicante, sin conseguir que las heridas cerraran. También es digno de destacar el olor que despedía, un olor perfumado y agradable.

Ha vivido y trabajado en un hospital, en Madrid, dedicándose a obras de caridad, hasta su muerte el 23 de Agosto del 2008, a la edad de 80 años, tras una larga y penosa enfermedad.

Para La Codosera, estos acontecimientos, han sido inmejorables. No solo en la conversión de las almas, sino también, en la construcción de una capillita, que cubre y encierra el castaño donde se manifestaba la Virgen, y una iglesia de mayores proporciones, presidida por una imagen de Nuestra Señora de los Dolores, tal y como la describieron los videntes, por el devoto y mariano artista, don Genaro Lázaro Gumiel, que la regaló al Santuario, (cuya construcción empezó el 27 de Mayo de 1.947).

A pesar de todo, la curia diocesana de Badajoz no se ha pronunciado aún de forma oficial sobre estos hechos, aunque permitió la construcción del Santuario.

Todos los años, el 27 de mayo tiene lugar una peregrinación, festivo-religiosa, a la que concurren numerosas gentes de toda la región y Portugal.





(Folleto: ¿Qué ocurrió en La Codosera? (Segunda Edición) Autor: Fray Antonio Corredor García
"Cofradía de Nuestra Señora de los Dolores de Chandavila"





OTROS DATOS DE INTERÉS:


A pesar de que las apariciones en Chandavila comenzaron a "oficializarse" en 1945, ya setenta y cinco años antes se había producido una posible aparición. En aquella época, junio de 1870, una niña dijo ver a la Virgen en "Valleseco". Con tal motivo, los vecinos del pueblo acudieron al lugar, muy cerca de donde ahora se levanta el Santuario de Chandavila, y el párroco de entonces, Don Agustín Rubio Mero, nacido en el pueblo, ofició una misa de campaña en el lugar de la presunta aparición.




El sacerdote que, en junio de 1870, dijo la misa de campaña en
"Valleseco", cerca de Chandavila, con motivo de una posible aparición
de la Virgen: 
 Agustín Rubio Mero nacido en La Codosera, hijo de Pedro Rubio González, nacido en 1812, y de Polonia Mero Valderas, nacida en 1817. Ambos naturales de La Codosera. Estudió en el Seminario Conciliar de San Atón de Badajoz, donde fue ordenado Sacerdote.
 




En este mismo Seminario habían estudiado dos tíos de su padre, Manuel Álvaro y Pedro Domingo Rubio Brígido, también naturales de La Codosera y ambos canónigos de la Catedral de Badajoz. El primero de ellos fue nombrado,
en 1834, Rector del Seminario de Badajoz. Agustín Rubio Mero fue párroco de la Codosera y Villar del Rey, donde falleció el 25 de febrero de 1908.

Luis Alonso Rubio Muñoz

viernes, 10 de mayo de 2013

Semana Santa 2013


La Semana Santa de este año ha sido un poco especial debido a las condiciones meteorológicas que hemos tenido, donde ha habido de todo un poco, días buenos y otros no tanto.

Lo bueno que nos ha pasado es que emigrantes y forasteros han venido a pasar estos días con nosotros, lo que es de agradecer

El plato fuerte de estas vacaciones son las procesiones a las que asisten la mayoría de nuestros visitantes, amigos, familiares y conocidos, junto con los vecinos del pueblo. Cada procesión se vive con fe, juntos con los se quedaron con los que vinieron, y en cada una de ellas se eleva una petición al Santo, "que vengamos otro vez el año que viene".


El Jueves Santo lució el sol y hubo procesión, pero el Viernes tan pronto llovía como no, por lo que los organizadores dudaban una y otra vez que hacer, si sacar los Santos o dejarlos dentro. Las ganas de las gentes por ver desfilando las imágenes por las calles era tanta, que este año se hizo algo que nunca antes  se había hecho, desafiando a la meteorología, sacar los pasos procesionales a la plaza de la Iglesia sin recorrer las calles. Y así fue. Y el público que asistió, que llenaba los alrededores de la plaza, quedó satisfecho de ver a sus Santos antes de partir a sus lugares de destino.


Imagen del Santo Entierro. Don Antonio el Párroco preside junto a los fieles como van sacando los pasos desde la Iglesia al exterior.


 
Por un lateral de la Parroquia traen la imagen del Crucificado en posición vertical, tarea que tienen que realizar en una nave adyacente al templo, debido a que, por su altura, es imposible salir por las puertas de la iglesia. Esta imagen es un regalo al pueblo del escultor Jenaro Lázaro Gumiel.  



 
 
Como se puede apreciar, el público permanece expectante a los actos que se están realizando en la plaza, donde las imágenes se van posicionando, todas juntas, sin salir del recinto. 
 
 
 
 
 
 
El paso de la Virgen de los Dolores es algo fuera de lo común. La Codosera es el pueblo de la Virgen, aquí se apareció en el año 1945 y los vecinos están muy satisfechos de tenerla aquí con todos ellos, siendo el único lugar dentro del mundo cristiano, donde la Virgen se aparece bajo la advocación dolorosa. 
 
 
 
 
El Santo Entierro antiguamente era el paso que procesionaba el Sábado Santo, cerando de esta forma la Semana Santa. En la actualidad las procesiones terminan todas el Viernes.
 

 
Una imagen muy característica en las procesiones es ver en los desfiles a cantidad de jóvenes y señoras que visten trajes negros con mantilla española. En la imagen vemos a don Antonio hablando con Ramón Vélez, la persona que se encarga de dirigir a los costaleros.
 
 
 
 
 
Bueno, en esta imagen vemos como los asistentes dialogan unos y permacen atentos los otros. La persona que habla con don Antonio es uno de los maestros, don Nicolas Castaño, una persona que participa muy activamente en cuantos actos se celebran.

 
 
 

El Cristo vuelve a entrar otra vez en la Plaza una vez que lo han posicionado inclinado en su pedestal, lo suficiente para que quepa por la puerta principal.





Se viven momentos de emoción presenciando las difíciles maniobras que han de hacer los costaleros para entrar las imágenes en el templo.





Siempre los entran de espalda, para que los asistentes no dejen de ver su cara mientras les dicen adiós. 

Al final ya era de noche y tuvieron que encenderle las velas. Una imagen preciosa de despedida mientras el público las aplaudían.