lunes, 20 de octubre de 2014

Los Puentes del Gévora.

LOS PUENTES DEL GÉVORA


 

                       Hace muchos años que el hombre,  para cruzar a la otra orilla, cuando el caudal lo permitía, utilizaba las piedras que encontraba no lejos del lugar. 

 


Pasarelas en el tramo de La Codosera

    Los habitantes de este lugar, desde tiempos remotos, han utilizado el caudal de sus rios como aporte principal de su medio de vida. La agricultura, ganaderia, industrias y para su uso personal contaron desde siempre con el beneficio necesario de sus aguas.  

    La mayoria de los vecinos de este lugar, buscaron su asentamiento en casitas aisladas junto a la tierra productiva y alejadas del casco urbano. 

    Aprendieron a badear los rios y a utilizar pontones para atravesar desde una orilla a la otra. 

    








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Puente de Carrión de construcción reciente. 
      


            Gracias a sus manantiales que se prodigan por doquier, está enclavado en un espacio natural de gran belleza con abundante vegetación gracias al soporte generoso que aportan las aguas que, desde aquí, van formando la cuenca del río Gévora y sus afluentes en su recorrido  por las tierras de este rincón extremeño de la Raya. 



El Gévora al entrar en España bajo un manto de alisos. 

                           El rio Gévora puede presumir de ser el más famoso de los afluentes que recibe el Guadiana en la provincia de Badajoz. Lo es por muchos motivos, pero principalmente por ser un río con historia y por eso su nombre  en letras doradas figura escrito, junto al resto de batalladas  ganadas por Napoleón,  en las paredes del Arco del Triunfo de París, porque fue en las inmediaciones de su desembocadura en Badajoz, el 19 de febrero de 1811,  donde se libró una cruenta batalla por las tropas napoleónicas contra el ejército hispano-portugués  por la conquista de la ciudad, una batalla corta que duró varios dias y que al final fueron los franceses  quienes ganaron la posición, ocupando la plaza, donde permanecieron hasta el año siguiente. 

Río Gévora. Puente de Cantillana.

                       La fama de este rio viene de atrás y sobre el mismo y su valle pusieron sus ojos  reyes castellanos y portugueses, utilizándolo por tanto como moneda de cambio a la hora de delimitar la frontera hispano portuguesa, donde ambos monarcas negociaron contra prestaciones para poner fin a las guerras entre ambos reinos. Entre otros territorios pactados, La Codosera y el valle del Gévora, siendo portugueses pasaron a ser castellanos en compensación de otras tierras, como Olivenza, Ouguela y Campo Maior, que pasaron a ser portuguesas.


La Codosera formando parte del reino de Portugal

 Mas adelante, durante la dominación musulmana, el guerrero árabe Ib Marwan utilizó el corredor del Gévora para llegar  hasta Marvao donde construyó su fortaleza roquera, desde donde comenzó a dominar parte de estas tierras, quedanto el camino explícito para  posteriormente conquistas, como ocurrió cuando,  siguiendo el curso del rio, llegó hasta su desembocadura en el Cerro de la Muela, donde fundó Batalayús,  lo que es hoy  la ciudad de Badajoz.




Piedras en el lecho del río utilizadas para alcanzar la otra orilla "al salto"



Y pasaron los años y las aguas del rio siguieron corriendo y regando  las tierras fértiles de este valle. y sucedió que, allá por el siglo XVIII, según consta en el Interrogatorio de la Real Audiencia, precisamente el dia 8 de abril de 1791,  realizó una visita a La Codosera el enviado de S.M el Rey Carlos  IV, llamado don Juan Antonio de Ynguanzo, del Consejo del Rey, oidor de la Audiencia de Cáceres. Este señor no solo visitó este pueblo, si no que hizo un recorrido  por  cada uno de los distintos municipios que componían la entonces provincia de Extremadura. 


La Codosera en el año 1933. 

               La encuesta tenía por objecto adquirir un mejor conocimiento del territorio sobre el que se habrían de aplicarse las reformas económicas, sociales y administrativas, promoviendo el desarrollo agrícola, favoreciendo las comunicaciones, aumentando la población y por último arrancando a la provincia del atraso en que se hallaba. Aunque la realidad fue diferente, el monarca lo que deseaba era conocer de primera mano la situación en la que se encontraba la economía del territorio, sin duda para aumentar los impuestos a los súbditos y seguir con las guerras abiertas en los diferentes frentes de su vasto imperio.




Puente de ocio en el tramo de La Codosera


                     La reunión tuvo lugar en el Ayuntamiento en presencia  del señor alcalde, Francisco Durán,  el regidor Julián Mero, el procurador sindico general Andrés Barones el señor Cura y algunos señores mas, mientras su ayudante iba anotando la cantidad de ganado ovino, caprino o lanar propiedad de los vecinos, sin ni siquiera olvidar las aves de corral ni las fanegas de castañas, trigo avena o cebada que cada cosecha les proporcionaban las tierras de su propiedad. 

  


La Codosera y, al fondo, la arboleda del Gévora




Puente de madera sobre el Gévora

Sobre  los ríos escribió:" ... en quanto a los caminos reales y de atrabesio no se notan pasos peligrosos, sino el peligro que supone los ríos que no tienen puentes como Jebora para ir a Badajoz, Villar del Rey y otros pueblo, por cuya razon an sucedido varias desgrazias y no seria muy costosa la construczion de ellos por la avundancia de piedra y cal y sitios muy proporcionado para hacerlos."

 

El puente Viejo en La Codosera. 




El puente Galindo

Y pasó el tiempo y también los años, incluso siglos transcurrieron, y de los puentes ni se acordaron de construirlos. Ni los construyeron ni evitaron que los que estaban en uso, debido a la falta de mantenimiento, se derrumbaran, como fue el caso del Puente de Galindo, que unía a este caserio con los de Valdescargar y Benavente. El puente se cayó parcialmente  y sus consecuencias fueron que,  las aldeas mencionadas quedaron casi despobladas. 


 "En la CARTOGRAFÍA MILITAR DE ESPAÑA, HOJA 9-29 (727), escala 1:50.000, ALBURQUERQUE, del año 1959, se recoge, en la cuadrícula 42-43, 65-66, aguas abajo del molino del Suizo, un puente sobre el río Gévora que unía los caseríos de  Valdescargás y Benavente, situados en la margen derecha, con Galindo, en la margen izquierda. Aguas abajo se encontraba el molino de Las Lobas y el lavadero del mineral de las minas de antimonio.

Sin embargo, el MAPA TOPOGRÁFICO NACIONAL DE ESPAÑA, HOJA 727-III, (17-58), escala 1:25.000, año 1998, LA CODOSERA, recoge la existencia de ambos molinos, pero no el puente ni el lavadero de la mina de San Antón, sin duda alguna, los técnicos debieron entender que, por su estado ruinoso, no era necesario mencionarlo."


          En su recorrido, existen pequeños embalses desde donde parten las acequias para el riego. 



                Los consejos del enviado de Rey tuvieron eco muchos años después,  en tiempos de la II República, cuando ya habían pasado 152 años de la propuesta sobre lo que se debería construir. Y fue, en 1933 cuando por fin se construyo un Puente Nuevo, aguas abajo y cerca del Viejo, en la carretera que une a la población con la vecina San Vicente de Alcántara.



Excursionistas ante un puente de madera. 



Los cinco primeros. El alcalde, el cura, el farmacéutico ,el sindicalista y el municipal. 



Este periodo, principio de los años treinta, fue de gran actividad política en España y por supuesto en el pueblo. En la fotografía que les muestro aparecen las fuerzas vivas de entonces, jóvenes junto a personas de más edad, todos posaron para el fotógrafo en un ambiente de amistad y cordialidad. Don Victorianos Barragán y Landa,  Leocadio Barroso, Luis Ochoa, Damián Camacho, José Vélez, Mateo, el municipal Tito Bolo, o Agustín Costo, solo son algunos de  los que reconozco.  


Paraje del Puente


Hasta entonces los vecinos ya estaban acostumbrados a valerse por sus propios medios y atravesar ríos y riberas unas veces utilizando badenes y otras construyendo rudimentarios  pontones de palos, que hacían de puentes, y  de los que actualmente todavia quedan algunos que siguen dando servicio, como los que mostramos en la fotografía adjunta. 

 

 

 Puente improvisado. 

 

Y pasaron más años, algunos muy tristes,  en una España que se destrozaba gerreando por ideales políticos, y donde el principal objetivo de las familias, durante décadas, consistía en lograr nutrirse con  las tres comidas díarias. Nuevamente el tema de los puentes quedó aparcado, mientras  carros y carretas cruzaban badenes, recorrían caminos y cruzaban los rios por pasos improvisados, temiendo en cada invierno encontrarse con la barrera de las aguas por las crecidas de los rios.  



El puente nuevo de Carrión

Dificil situación para los habitantes de cortijos y caserios, cada vez que esto ocurria, al quedarse incomunicados con el casco urbano y carentes de artículos de primera necesidad sin contar los sanitarios que, no pocas veces, ocasionaron verdaderos problemas humanos. 

 

Tormenta en La Codosera


Y así llegamos a los años sesenta, un cambio sustancial en nuestro pais, por cuando el dinero comenzó a fluir y la economía despegó de forma masiva. El turismo, la industria, la construción, la emigración,  todos a una, lograron cambiar la piel de este pais. Y las máquinas de obras pública llegaron al pueblo, donde se quedaron por mucho tiempo, el necesario para hacer un montón de carreteras con sus puentes correspondientes. El Marco, La Tojera y la Rabaza, los tres caserios más importantes situados en la misma frontera con Portugal, vieron como los caminos de tierra mal compactada y tortuosos que les unián con el centro urbano, se transformaron en vias bien asfaltadas de primera orden.  Se  hicieron  carreteras y además tres puentes, el del Codosero, el Gevorete en La Junta y el del Puerto de Marbanejo sobre el Gévora. La carretera con San Vicente de Alcantara  se construyó de nuevo trazado y junto a ella otro puente sustituyendo, aguas abajo, al construido  durante la II República.
























Primer puente en Carrión


La historia de los puentes quedaría incompleta si no incluimos lo importante que, para el desarrollo de la población y su entorno, ha sido y lo sigue siendo,  el puente de Carrión. El puente primitivo era pequeño y sobre el cruzaron los primeros automóviles. Despues llegaron los autobuses cargados de peregrinos camino de Chandavila, y lo hicieron con toda normalidad. Todo esto transcurría cuando cesaban las lluvias,  en los meses de  primavera y en verano, cuando  la escasa corriente del río no creaba dificultades. Al progreso de la época tambien se sumó la creación de  la linea regular de viajeros que unía diariamente a la población con Badajoz.  La Estellesa, que así se llamaba la empresa, pasaba cada dia, ida y vuelta, por encima del diminuto puente a las horas establecida. Hasta que llegó el invierno con sus avenidas cada vez que llovía con fuerza, y los viajeros, mas de una vez,  tuvieron que esperar en tierra esperando que la crecida del río Gévora bajase. Y el pueblo inquieto y alborotado  se preocupaba cada vez que esto ocurría, mientras que las autoridades prometían hacer un nuevo puente pero que nunca llegaba.





 Como ya teníamos prensa regional, como el Diario Hoy,  La Codosera, era noticia cada vez que llegaba el invierno, dando lugar a que la construcción de un puente sólido era cuestión de tiempo y de recursos. La obra se hizo pero icompleta, no se eliminaron las curvas peligrosas antes de llegar, un ancho insuficiente, y con limitación de tonelaje. Con estas desventajas, construir un nuevo puente, en los tiempos actuales, era necesario, puesto que La Codosera es un pueblo con recursos naturales, y con una situación privilegiada por cercania y como paso hacia el país vecinos.



Inauguración del asfaltado de la nueva carretera, en el año 1961  sobre el  Puente de Carrión


              Sobre el puente nuevo, en el año 1961 se inauguraba el asfaltado de la carreera y para ello se desplazaron las autoridades que aparecen en esta imagen obra del fotógrafo Luis Alvarez Pulido. Cortando la cinta, el gobernador civil de la provincia, don Francisco Santolalla de la Calle, el presidente de la diputación, don Adolfo Diaz Ambrona, el subjefe provincial,  don Alvaro del Solar, el párroco de Santa María, don Hipólito Contador y el alcalde de Alburquerque,  don Angel Pasalodos junto al comisario Jefe provincial, el gobernador militar de la Zona y otros. Sin embargo, y hay que decirlo, ni el alcalde de La Codosera ni nadie del pueblo, cuyos vecinos iban a ser los principales beneficiarios de dichas obras, no aparece entre las autoridades mencionada. Estas cosas ocurrían. Al fondo, a la izquierda, puede verse la fachada de la caseta del puesto de frontera de la Guardia Civil. 

El río Gévora a su paso por Carrión

Por ello nos congratulamos que, a pesar de la crisis,  la construcción de un nuevo puente en este lugar es ya una realidad. En la aguas de azud, en el denominado "Charco de la Virgen", los pilares de un moderno puente emergen dando paso a un nuevo tramo de carretera, eliminando curvas y barreras de cualquier tipo, con un mensaje esperanzador de progreso y bienestar para una zona singular, paso obligado para españoles y portugueses que comprueban que la eliminación de barreras no solo se firman en los despachos si no que son realidad. 



Las autoridades pronciales y de ambos municipios, La Codosera y Alburquerque, cortan la cinta inaugurando el nuevo puente de Carrión 




Crecida del río









miércoles, 8 de octubre de 2014

LA CODOSERA. Callejero.

CALLEJERO DE LA CODOSERA.-



El pueblo visto desde la Sierra del Lugar.


Como en otros muchos municipios de Extremadura, hace años que en La Codosera los hombres cuando alcanzaban la edad de trabajar salían en cuadrillas a buscarse la vida. La aceituna, los regadios, la siega..., eran faenas familiares, que una vez terminada la temporada, regresaban al pueblo.


La Siega.

 Pero es a partir de los años sesenta del siglo pasado cuando se inició el fenómeno de la emigración  hacia diferentes regiones del país e incluso a países europeos,  de una parte muy importante de la población.  Este fenómeno migratorio trajo consigo la merma del censo municipal, tal como nos señalan los últimos datos conocidos, habiéndose quedado en  la actualidad rondando los 2.300 habitantes, muy lejos de los más de 4.000 que llego a tener en la década de la que hablamos. Aunque sucede que, durante las vacaciones de verano, cuando regresan de vacaciones con sus familias a su casa del pueblo, volvemos a tener los 4. o 5.000 habitantes otra vez. 

Nido de cigüeñas en la torre del Reloj.

Esta nueva situación cambió la vida del pueblo en muchos aspectos. El emigrante asentado en su nuevo destino, lugar donde había encontrado un puesto de trabajo, decidió ofertar en venta su casa del pueblo para tener opción y dar la entrada en la compra de un piso nuevo en la gran ciudad y con ello dejar de pagar la renta, desde que llegó a su nuevo destino. 

Excursionistas en La Codosera

 Muchos de los que no emigraron, los que aquí se quedaron, pequeños propietarios de parcelas con sus casas situadas en la campiña o en las zonas de regadíos próximas a la frontera portuguesa, recibieron con agrado las oferta, sacadas a la venta por las familias que marcharon que no dudaron en adquirirlas y, junto con sus enseres, se trasladaron a vivir al casco urbano. Cambió la vecindad y también la forma de hablar de los nuevos vecinos. En las  calles comenzó a escucharse con frecuencia el acento diferenciado del idioma portugués, ya que los nuevos propietarios que llegaron, aunque españoles, ésta era su lengua materna, mas fácil para comunicarse entre ellos.

Mujeres con cántaros en la plaza de la Fuente

Y pasaron años, y los codoseranos que marcharon, trabajaron duro para sacar adelante a su familia allá en sus nuevos destinos, donde nada era fácil. Con este trasiego de trabajadores, dentro y fuera de la península,  la economía española crecía por día, había nacido el llamado "Milagro Español". Los coches comenzaron a circular y las máquinas de obras públicas no paraban de hacer puentes y carreteras. Atrás quedaron los polvorientos caminos vecinales que unían a la población con el resto del país. Casi todo el mundo se sacó el carnet de conducir y se compró el auto para,  entre otras cosas, venir a su pueblo a descansar, pasar unos días en la feria y saludar a familiares y amigos.




Años sesenta. La familia de Joao Pérez Semedo. Isabel su madre, su padre Rosalino Vaz Semedo, su padrino, Juan Pérez,  sus tias, Agustina, Mariquina y Amelia, Su hermano y sus primos José Antonio y Pablo. 


 Y descubrieron que este mundo era diferente. El pueblo tiraba mucho y sus raíces aquí estaban. Y se volvieron al tajo, a la fábrica, al taller, a la empresa, llevando en  su mente  el proyecto de su vida, construirse una casa en su pueblo para venir en cuantas ocasiones les fuera posible. Visitaron al director de la Caja de Ahorros, sacaron sus ahorrillos de la cartilla, se compraron el solar y hablaron con el albañil. Dicho y hecho, al año siguiente la casita ya construida lista para amueblarla.


Ambiente veraniego en una noche de feria

Y el pueblo creció. Tanto que, de las 14 calles que había cuando marcharon hoy son un centenar las que llevan rótulos propios. Y así se configuró este trozo de tierra rayano y portugués de nacimiento, entre otros motivos,  gracias a las aportaciones de los hijos del pueblo que han invertido aquí el dinero ganado con su esfuerzo en tierras lejanas.

El cacharrero y su ayudante

Las primeras calles las conocimos empedradas con gorrones, como aquí se les denominan, rollos rodados recogidos en el lecho de los ríos.



Calle Alta, empedrada con gorrones.


 En la actualidad, la mayoria están perfectamente asfaltadas y además con acerados de baldosas de cerámica. 

Plaza de España reformada

En cuanto a sus nombres primitivos, en unas permanecen y en el resto, por diversos motivos, se lo han cambiado,  como por ejemplo, Lutero por Otero,  Cantarrana, por Gral.Primo de Rivera, Los Nogales por Teniente Corchado o Arrabal por General Navarro.

Atardacer 

A pesar que, en La Codosera, el tema religioso es importante, por las apariciones de la Virgen en el 1945, solamente cinco llevan nombres de Santos, Santa María, San Pedro, San Miguel, Ntra.Sra.de Guadalupe. Ntra.Sra.de la Luz y la Virgen de Chandavila.


Plaza de Ntra.Sra.de Guadalupe

Políticos parece ser que abundan. Figuran, Adolfo Suáres, Tierno Galván,  y el que fuera  alcalde del pueblo, José  Márquez  Píriz.


Invierno en la Carretera, Ramon y Cajal.

En el tema del Nuevo Mundo,  se han tenido en cuenta a los conquistadores extremeños, Hernán Cortés, Francisco Pizarro, Vasco Núñez, Hernando de Soto y Pedro de Valdivia.

Plaza de la Fuente reformada

Militares, figuran el general Primo de Rivera, coetaneo de Alfonso XII, como Dictador,  el General Navarro, por sus azañas en las campañas de Africa, Gerardo Gómez, muerto en Cáceres durante un borbadeo de los republicanos, Teniente Corchado, teniente de la guardia civil durante varios años en el pueblo.  y Agustín G. del Solar. coronel del ejercito español en el bando de los llamados nacionales. 

Antigua calle Arrabal, hoy General Navarro.

Personalidades,  dos de ellas relacionados con el pueblo y tres muy conocidos, Josefa Martín Cotano, gran maestra de escuela,  que enseñó a leer y a escribir a tres generaciones de mujeres codoseranas,  Juán Antonio Galán y Galán párroco que coincidió como párroco durante las apariciones de la Virgen en Chandavila,  el Doctor Fleming, inventor de la penicilina, el nóbel Ramón y Cajal y el amigo de los niños, Felix Rodriguez de la Fuente.

Calle Pedro de Valdivia.

Escritores. Miguel de Cervantes, Jacinto Benavente, Gabriel García Márquez, Rafael Alberti y el extremeño Luis Chamizo.

Calle Ntra.Sra.de Chandavila.

Pintores. Tres clásicos y uno, hijo adoptivo del pueblo. Goya, Velazquez, Picasso y Genaro Lázaro Gumiel.


Plaza del Ejido.

Accidentes geográficos. Fuente, Otero, Lancheras, Alta, Río Gévora, Río Gevorete, Sierra de la Calera, Sierra de Pan de Trigo, Sierra del Lugar y Sierra Matasiete.

Avenida de Portugal

Relacionadas con Portugal. Av. de Portugal y Av. de Caldas da Rainha.

Calle de la Fuente

En otro apartado y ya para terminar la nómina, tenemos, la Plaza de España, el Potril, la calle Ventosa, la Viña, Rica, Cementerio, los Molinos, Las Huertas, la Estrella, Quinta del Café, Calvario, Libertad, la Encina, la Jara y el Rosal.

Piscinas Naturales.

De todas las que hemos señalados, tres están dedicadas a hijos del pueblo, José  Márquez Píriz, Gerardo Gómez y Agustín Gómez del Solar. El primero fue el primer alcalde instaurada la democracia en España, Gerardo Gómez un teniente de regulares que murió en Cáceres durante la Guerra Civil en un bombardeo de la aviación republicana, y Agustín Gómez, coronel del ejército, amigo de hacer favores a cuentos paisanos le solicitaron su ayuda durante su servicio militar.

Paisaje de la Raya.

Como veis hay nombres rotulados en las calles para todos los gustos. Aunque faltan algunos nombres. Atendiendo a la historia del pueblo, a su pasado y para que no se olviden a los profesionales,  personas trabajadoras, dignas de destacar por su esfuerzo en sacar adelante a sus familias y contribuir económicamente a que el pueblo durante años haya tenido una posición destacada y conocida en su entorno, yo propondría las siguientes:

Panorámica desde el Castillo.

Calle del Mochilero. Este pueblo vivió del contrabando durante varias décadas y muchas familias pudieron cenar gracias a ello.

El edificio de la parroquia, donde confluyen elementos arquitectónicos diferentes, consecuencia de las guerras habidas con Portugal. 

Calle de las Lavanderas. Mujeres de todas las edades cargadas con cestos a la cabeza iban cada día a lavar la ropa en las aguas de los ríos cercanos, con cuyo trabajo se ganaron la vida.

Niños en la Carreta 

Calle de los Carreteros. Los carros fueron fundamentales para la economía del pueblo, aquí o en Madrid, donde también está la calle Carretas.

La familia Perera

Calle del Navegón.- Carpinteros que hubo en pueblo de un oficio hoy perdido, la construcción de carruajes, carros y carretas.

La pared de una fragua.

Calle de la Fragua.- Esta industria fue fundamental y necesaria para la economía del pueblo. En la fragua se herraban las bestias y se reparaban los aperos para la agricultura y la ganadería.

La bigornia

Calle de los Comerciantes.- En La Codosera si algo es importante es el comercio, comprar y vender es un arte que nuestros antepasados practicaron como ningunos.

La unión entre dos plazas

Calle del Lagar.- Molinos y Lagares estaban situados a lo largo del curso de los ríos que cruzan el suelo codoserano. Una industria que contribuyó al bienestar de los ciudadanos de la época.

Modernismo en la plaza de la Fuente

Y por último, un homenaje a la piedra de pizarra, materia prima con la cual durante siglos se construyeron las viviendas de esta tierra. El subsuelo de esta tierra es rico en pizarras y las pedreras, aunque hoy apenas se utilizan  aún se dejan ver por los alrededores. Por ello,  bueno es que el último nombre lo pidamos para la calle La Pedrera. Una palabra muy popular en Barcelona por la obra de arte que Gaudí construyó sobre un solar del cual, al igual que se hacía en el pueblo, se sacaban las piedras. 



Paredes de pizarras con elementos sobresalientes utilizados como escaleras.