viernes, 12 de diciembre de 2014

LA CODOSERA Y SU ESTRELLA DE 5 PUNTAS. .





LA CODOSERA y su estrella de cinco puntas.



La parroquia.

Fervor y devoción. Semana Santa 2014

Al contemplar la fotografía de la fachada principal de la iglesia matriz de La Codosera, encontramos elementos diferentes a los existentes en  otros templos de la región. 


La Codosera.


                                               No hay duda que la hermosa espadaña que soporta sus dos campanas de bronce resulta de una gran belleza, una labor importante que hubieron de realizar los técnicos del siglo XVII, cuando, derruida la torre aledaña en su costado derecho consecuencia de la Guerra de Restauración portuguesa, hubieron de acoplar el campanario a su fachada principal, olvidándose de la torre, sin duda, ante el temor que en cualquier otro momento, y en lo sucesivo, caso de ser reconstruida, los defensores de la población volvieran a utilizarla como elemento defensivo y el enemigo  derruirla de nuevo.

El edificio en la Guerra con Portugal año 1642

La Codosera (Codiçeira) 1642

                                    De aquella Guerra con Portugal, los portugueses nos legaron un documento de lo más valioso que entendemos para conocer como fue el pueblo en su época, un gravado donde se aprecian la formación de sus calles, el Castillo, la Torre del Reloj del Ayuntamiento, la plaza de la Fuente, sus murallas defensivas, las diferentes puertas Puertas , la de Alburquerque, de los Olivares y de Arronches, las ermitas, de San Pedro, San Sebastían y La Luz,  y sin duda lo mejor de todo, el diseño de tal como fue en esta fecha el templo parroquial, de claro estilo portugués y templario,  tal como observamos en esta otra fotografía, por su parecido,  con el de la población vecina de Marvao.   

Iglesia de Marvao

                                   No es casual que tal como observamos en la fotografía que les muestro de la Iglesia de Marvao, existe una similitud muy parecida de la fachada este templo, tal como fue en su día,  con la iglesia de esta población portuguesa.



Río Abrilongo, frontera con Portugal.

                                         Los restos de la torre que aún quedan en los laterales de la iglesia codoserana son señas de identidad similares a los portugueses. 

Los campanilleros en la iglesia el Domingo de Resurrección.

 Y no es casualidad porque, como ya hemos comentado en otros trabajos, La Codosera antes que española fue portuguesa, integrada en el Concelho de Marvao.

Caballero Templario

En los primeros momentos vividos en la Península Ibérica en lucha contra los musulmanes por arrojarlos fuera del territorio, además, los portugueses obtuvieron su independencia del reino castellano-leonés y, anteriormente, lo que fue el Condado Portucalense se convirtió en Reyno soberano. El primer rey de Portugal fue Afonso Henriques, quién ayudado por los Caballeros Templarios, lograron arrebatar al famoso caudillo árabe, Ibn Marwán, la sede de sus dominios de su castillo roquero, situado  en la cabecera de valle del Gévora, Marvao, el corredor fluvial que el moro utilizó para llegar hasta el Cerro de la Muela, en la desembocadura  con el Guadiana,  donde fundó la ciudad de Badajoz.

Marvao

                                    A partir de este momento, Marvao, pasó a ocupar un lugar de importante relevancia dentro de la administración militar y política de la extensa región al sur del Tajo y es por ello que Afonso Henriques, en agradecimiento por su ayuda,  le hizo entrega de estas tierras para que las gestionaran, a los monjes-caballeros del Templo, que a forma de diferenciarse de los guerreros de su época, utilizaban como distintivo manto blanco con una cruz color roja dibujada en el centro.



Navidades en La Codosera

                                       Los templarios entraron en Portugal en tiempos de la condesa Teresa de León, madre del rey mencionado, en 1127 a cambio de su colaboración en la Reconquista. En Europa fueron una de la más poderosas órdenes militares cristianas de la Edad Media y se mantuvieron activos durante poco menos de dos siglos, hasta que los rumores en torno a la secreta iniciación de sus componentes crearon una gran desconfianza en el rey de Francia, quien dirigiéndose al Papa Clemente V, logró que gran parte de sus componentes fuesen apresados e inducidos a confesar bajo tortura y posteriormente quemados en la hoguera, mientras que su orden fue disuelta. Su brusca erradicación dio lugar a especulaciones y leyendas que han mantenido vivo su nombre hasta nuestros días.



                                Tras la bula papal ordenando su disolución, los reyes portugueses fueron sus valedores y grandes defensores, por cuyo motivo cambiaron el nombre  por el de la Orden de Cristo, siendo este nombre en la actualidad y en la vida política del pais vecino,  una de la condecoraciones más importantes que el Jefe del Estado concede a  personalidades que destaquen en cualquiera de las facetas personales, políticas o militares.



perfil humano

                             Con todos estos antecedentes de los hechos históricos acaecidos en estas tierras, reconocemos que la construcción del templo-militar de la iglesia codoserana fue mandado construir por dichos caballeros. Así nos lo confirman las marcas labradas en los rosetones graníticos que enlazan los nervios que soportan la bóveda sobre el Altar Mayor. Donde observamos, en uno de ellos,  un rostro masculino, que pudiera ser el prior de la orden.

la cruz


En dos más, uno, situado en el centro de la cúpula y otro en uno de los extremos, la Cruz de la orden.

la rosa

En otro se ve perfectamente una rosa. La rosa es por excelencia el símbolo del secreto guardado,  y fueron los Templarios, entre otras sectas, quienes la utilizaron como emblema. 


la estrella en el templo de La Codosera.

          Y por último, observamos la última roseta donde aparece una estrella de cinco puntas

De la misma forma, en el Alentejo portugués tambien existen algunas de estas marcas, como  las que les muestro en la siguiente fotografía captada en  la entrada de la iglesia Matriz de Jurumenha, (Portugal),  una población cercana a Olivenza, un territorio donde la presencia de los Templarios fue importante. 

Marcas en el portal de la iglesia Matriz de Jurumenha. 


                             Al respecto de esta estrella, para conocer mejor el significado de la misma,  a continuación,  les muestro una fotografía de un edificio que se encuentra en Pontevedra. En la actualidad en este viejo caserón se encuentra el Archivo Provincial y anteriormente su propietario fue Javier Pintos-Fonseca quien lo mandó construir en el año 1910 con el fin de establecer la sede de una hermandad heterodoxa: la teosofía, Sociedad de Estudios Teosóficos “Marco Aurelio”, donde se reunían los miembros de la misma para debatir acerca de cuestiones espirituales y esotéricas. Observen que en la fachada de este edificio, en la parte superior, mandaron colocar una estrella exactamente igual que la que existe en el templo de La Codosera. Dicho edificio es conocido por los vecinos de esta ciudad gallega como “casa de los masones”, y todavía conserva este elemento mencionado que causa asombro a quienes lo contemplan. Ha sido casual que este signo en el edificio gallego haya permaneciese  inadvertido durante la época de la dictadura franquista para los censores del Régimen, quienes trataron de eliminar las huellas de la masoneria de todas partes visibles. 


fachada gallega con estrella 5 puntas


                            Esta estrella de  cinco puntas es conocida con elnombre de pentalfa, o mal llamado Pentagrama, (emblema de todo ser que piensa), aunque  su significado es muy variado según los grupos que a lo largo de la historia, desde los tiempos del rey Salomón hasta nuestros días, la hayan tenido como distintivo.
Las creencias de la historia de los Templarios en Europa son muy variadas y hasta existen corrientes que defienden que jamás se disolvieron y que los masones son sus sucesores secretos. Según la historia practicaron ritos y creencias paganas y fueron condenados por ello. Las marcas labradas, desde hace cientos de años, desde su construcción,  en esta iglesia, corresponden a sus señas identidad y confirman su presencia en una Codiçeira antaño portuguesa, cristianizada y gobernada por dicha Orden.





domingo, 7 de diciembre de 2014

LA CALLE DEL REGATO.









LA CODOSERA.- CALLES CON HISTORIA.  LA CALLE DEL REGATO.





Paraje del "Molino"




La Codosera en fiestas.

 El agua es un bien natural que los codoseranos desde tiempos remotos han sabido valorar y sacarle provecho para obtener notables  beneficios al poner en valor sus tierras de labor más productivas. En La Codosera el agua es algo normal verla correr por sus campos y, hasta hace algunas décadas, también por sus calles. En la actualidad el agua en este pueblo contribuye al bienestar de naturales y forasteros gracias a las instalaciones deportivas y recreativas creadas en los aledaños del río principal,  como atractivos turísticos. 



La Codosera. Piscinas naturales en el Gévora.

A partir de los años sesenta muchas familias de aquí emigraron. Fueron tantas que algunas calles se quedaron casi sin vecinos.  Por este motivo y durante un tiempo era frecuente ver algunas puertas y ventanas cerradas, sin vida en su interior, hasta que los que marcharon  decidieron venderlas y con ello comenzaron a llegar otras familias diferentes, muchas de ellas procedentes de los caseríos y casas aisladas diseminadas por la campiña cercana a la frontera con Portugal.


La calle del Regato vista desde la plaza

Por entonces,  las calles eran conocidas por nombres diferentes a los que hoy figuran en los rótulos de cerámicas que el Ayuntamiento ha mandado colocar en cada esquina. En una de ellas, los vecinos no vivían en la calle General Primo de Rivera, por ejemplo. No. Vivían en la calle del Regato.


Calle conocida como del "Regato".


Por donde terminan los coches aparcados, cruzaba el regato.

Esta calle era la más importante de todas. La que partiendo desde la plaza de la Iglesia, junto a la del Ayuntamiento, el lugar donde se asentaban los principales bares y comercios, algunos talleres artesanos,el cuartel de los carabineros, la estafeta de correos y el casino del pueblo, entre otros,  y además, en mitad de la calle, un regato de agua que, procedente de la  sobrante de la fuente principal, mantenía un caudal  al aire libre, constante las veinticuatro horas del día, que cruzaban casi saltando niños y mayores, y no por hacerlo nadie protestaba. 


Trampilla con acceso al Regato, hoy encauzado bajo el pavimiento.

Era ésta una calle empedrada, como casi todas, sin apenas acerados. Escasas lanchas de pizarra grisácea, colocadas irregularmente a voluntad de los propietarios, y algún que otro trozo encementado, aparecían salpicados a lo largo del recorrido. 

Portón de Manuel Tojera


Antes de abandonar las calles del pueblo un ramal del regato se adentraba por la parte de atrás en los corrales de esta casa que aparece en al foto, propiedad del señor Manuel Tojera, donde regaba el jardín y desde aquí, saliendo hacia la calle Arrabal, continuaba calle abajo para dirigirse a la huerta de los Mero, ya próxima a la callejina de los Nogales.


La Fuente.


 Una de las viviendas cercanas al regato era la de Julio Barroso Palacín. Apenas tres portales más arriba estaba situada su casa, y fue precisamente gracias a este regato cuando en los años cincuenta se pudo sofocar un pequeño conato de incendio ocurrido en su casa. El mayor de sus hijos, estudiante por entonces, sin permiso de sus padres, fumaba a escondidas en su habitación. La llegada inesperada de alguien le hizo esconder el pitillo encendido en uno de los bolsillos de su chaqueta y al poco tiempo colgarla en el armario creyéndolo apagado. No fue asi y al poco rato las llamas prendían en el resto de la ropa allí colgada. Las vecinas se movilizaron y, unos con cubos y otros con cualquier recipiente, corrieron al regato a por agua con la que lograron solucionar aquel grave problema.


El la planta de arriba estuvo situado el Casino.


El agua del regato de la fuente antes de atravesar  la calleja de San Miguel.

Con una extensión de su caudal,  aproximadamente  más de un kilómetro, el regato, una vez que recorría parte del casco urbano, donde nadaban  gansos y patos y bebían el resto de animales y otras aves  de corral sueltos por las calles,  tal como narra en el siglo XVII el cronista portugués Aires Varelha, el agua de esta fuente era la joya del pueblo y gracias a ella se regaba una gran huerta cercana a la población donde se cultivaban excelentes hortalizas. “Tem aquelha vila uma abundantísima fonte que fertiliza a muytas e agraçadas hortas que acomodam con regalo aos moradores”.  La gran huerta ha de referirse a lo que en la actualidad son las tierras de regadío, situadas en lo que fue la Calleja de los Nogales, extendiéndose hasta las proximidades del Potril y cercanas a las parcelas lindantes con el rió Gévora.



Casas reformadas en la misma calle. Antiguo Bar Farrangalla


lunes, 20 de octubre de 2014

Los Puentes del Gévora.

LOS PUENTES DEL GÉVORA


 

                       Hace muchos años que el hombre,  para cruzar a la otra orilla, cuando el caudal lo permitía, utilizaba las piedras que encontraba no lejos del lugar. 

 


Pasarelas en el tramo de La Codosera

    Los habitantes de este lugar, desde tiempos remotos, han utilizado el caudal de sus rios como aporte principal de su medio de vida. La agricultura, ganaderia, industrias y para su uso personal contaron desde siempre con el beneficio necesario de sus aguas.  

    La mayoria de los vecinos de este lugar, buscaron su asentamiento en casitas aisladas junto a la tierra productiva y alejadas del casco urbano. 

    Aprendieron a badear los rios y a utilizar pontones para atravesar desde una orilla a la otra. 

    








·         
Puente de Carrión de construcción reciente. 
      


            Gracias a sus manantiales que se prodigan por doquier, está enclavado en un espacio natural de gran belleza con abundante vegetación gracias al soporte generoso que aportan las aguas que, desde aquí, van formando la cuenca del río Gévora y sus afluentes en su recorrido  por las tierras de este rincón extremeño de la Raya. 



El Gévora al entrar en España bajo un manto de alisos. 

                           El rio Gévora puede presumir de ser el más famoso de los afluentes que recibe el Guadiana en la provincia de Badajoz. Lo es por muchos motivos, pero principalmente por ser un río con historia y por eso su nombre  en letras doradas figura escrito, junto al resto de batalladas  ganadas por Napoleón,  en las paredes del Arco del Triunfo de París, porque fue en las inmediaciones de su desembocadura en Badajoz, el 19 de febrero de 1811,  donde se libró una cruenta batalla por las tropas napoleónicas contra el ejército hispano-portugués  por la conquista de la ciudad, una batalla corta que duró varios dias y que al final fueron los franceses  quienes ganaron la posición, ocupando la plaza, donde permanecieron hasta el año siguiente. 

Río Gévora. Puente de Cantillana.

                       La fama de este rio viene de atrás y sobre el mismo y su valle pusieron sus ojos  reyes castellanos y portugueses, utilizándolo por tanto como moneda de cambio a la hora de delimitar la frontera hispano portuguesa, donde ambos monarcas negociaron contra prestaciones para poner fin a las guerras entre ambos reinos. Entre otros territorios pactados, La Codosera y el valle del Gévora, siendo portugueses pasaron a ser castellanos en compensación de otras tierras, como Olivenza, Ouguela y Campo Maior, que pasaron a ser portuguesas.


La Codosera formando parte del reino de Portugal

 Mas adelante, durante la dominación musulmana, el guerrero árabe Ib Marwan utilizó el corredor del Gévora para llegar  hasta Marvao donde construyó su fortaleza roquera, desde donde comenzó a dominar parte de estas tierras, quedanto el camino explícito para  posteriormente conquistas, como ocurrió cuando,  siguiendo el curso del rio, llegó hasta su desembocadura en el Cerro de la Muela, donde fundó Batalayús,  lo que es hoy  la ciudad de Badajoz.




Piedras en el lecho del río utilizadas para alcanzar la otra orilla "al salto"



Y pasaron los años y las aguas del rio siguieron corriendo y regando  las tierras fértiles de este valle. y sucedió que, allá por el siglo XVIII, según consta en el Interrogatorio de la Real Audiencia, precisamente el dia 8 de abril de 1791,  realizó una visita a La Codosera el enviado de S.M el Rey Carlos  IV, llamado don Juan Antonio de Ynguanzo, del Consejo del Rey, oidor de la Audiencia de Cáceres. Este señor no solo visitó este pueblo, si no que hizo un recorrido  por  cada uno de los distintos municipios que componían la entonces provincia de Extremadura. 


La Codosera en el año 1933. 

               La encuesta tenía por objecto adquirir un mejor conocimiento del territorio sobre el que se habrían de aplicarse las reformas económicas, sociales y administrativas, promoviendo el desarrollo agrícola, favoreciendo las comunicaciones, aumentando la población y por último arrancando a la provincia del atraso en que se hallaba. Aunque la realidad fue diferente, el monarca lo que deseaba era conocer de primera mano la situación en la que se encontraba la economía del territorio, sin duda para aumentar los impuestos a los súbditos y seguir con las guerras abiertas en los diferentes frentes de su vasto imperio.




Puente de ocio en el tramo de La Codosera


                     La reunión tuvo lugar en el Ayuntamiento en presencia  del señor alcalde, Francisco Durán,  el regidor Julián Mero, el procurador sindico general Andrés Barones el señor Cura y algunos señores mas, mientras su ayudante iba anotando la cantidad de ganado ovino, caprino o lanar propiedad de los vecinos, sin ni siquiera olvidar las aves de corral ni las fanegas de castañas, trigo avena o cebada que cada cosecha les proporcionaban las tierras de su propiedad. 

  


La Codosera y, al fondo, la arboleda del Gévora




Puente de madera sobre el Gévora

Sobre  los ríos escribió:" ... en quanto a los caminos reales y de atrabesio no se notan pasos peligrosos, sino el peligro que supone los ríos que no tienen puentes como Jebora para ir a Badajoz, Villar del Rey y otros pueblo, por cuya razon an sucedido varias desgrazias y no seria muy costosa la construczion de ellos por la avundancia de piedra y cal y sitios muy proporcionado para hacerlos."

 

El puente Viejo en La Codosera. 




El puente Galindo

Y pasó el tiempo y también los años, incluso siglos transcurrieron, y de los puentes ni se acordaron de construirlos. Ni los construyeron ni evitaron que los que estaban en uso, debido a la falta de mantenimiento, se derrumbaran, como fue el caso del Puente de Galindo, que unía a este caserio con los de Valdescargar y Benavente. El puente se cayó parcialmente  y sus consecuencias fueron que,  las aldeas mencionadas quedaron casi despobladas. 


 "En la CARTOGRAFÍA MILITAR DE ESPAÑA, HOJA 9-29 (727), escala 1:50.000, ALBURQUERQUE, del año 1959, se recoge, en la cuadrícula 42-43, 65-66, aguas abajo del molino del Suizo, un puente sobre el río Gévora que unía los caseríos de  Valdescargás y Benavente, situados en la margen derecha, con Galindo, en la margen izquierda. Aguas abajo se encontraba el molino de Las Lobas y el lavadero del mineral de las minas de antimonio.

Sin embargo, el MAPA TOPOGRÁFICO NACIONAL DE ESPAÑA, HOJA 727-III, (17-58), escala 1:25.000, año 1998, LA CODOSERA, recoge la existencia de ambos molinos, pero no el puente ni el lavadero de la mina de San Antón, sin duda alguna, los técnicos debieron entender que, por su estado ruinoso, no era necesario mencionarlo."


          En su recorrido, existen pequeños embalses desde donde parten las acequias para el riego. 



                Los consejos del enviado de Rey tuvieron eco muchos años después,  en tiempos de la II República, cuando ya habían pasado 152 años de la propuesta sobre lo que se debería construir. Y fue, en 1933 cuando por fin se construyo un Puente Nuevo, aguas abajo y cerca del Viejo, en la carretera que une a la población con la vecina San Vicente de Alcántara.



Excursionistas ante un puente de madera. 



Los cinco primeros. El alcalde, el cura, el farmacéutico ,el sindicalista y el municipal. 



Este periodo, principio de los años treinta, fue de gran actividad política en España y por supuesto en el pueblo. En la fotografía que les muestro aparecen las fuerzas vivas de entonces, jóvenes junto a personas de más edad, todos posaron para el fotógrafo en un ambiente de amistad y cordialidad. Don Victorianos Barragán y Landa,  Leocadio Barroso, Luis Ochoa, Damián Camacho, José Vélez, Mateo, el municipal Tito Bolo, o Agustín Costo, solo son algunos de  los que reconozco.  


Paraje del Puente


Hasta entonces los vecinos ya estaban acostumbrados a valerse por sus propios medios y atravesar ríos y riberas unas veces utilizando badenes y otras construyendo rudimentarios  pontones de palos, que hacían de puentes, y  de los que actualmente todavia quedan algunos que siguen dando servicio, como los que mostramos en la fotografía adjunta. 

 

 

 Puente improvisado. 

 

Y pasaron más años, algunos muy tristes,  en una España que se destrozaba gerreando por ideales políticos, y donde el principal objetivo de las familias, durante décadas, consistía en lograr nutrirse con  las tres comidas díarias. Nuevamente el tema de los puentes quedó aparcado, mientras  carros y carretas cruzaban badenes, recorrían caminos y cruzaban los rios por pasos improvisados, temiendo en cada invierno encontrarse con la barrera de las aguas por las crecidas de los rios.  



El puente nuevo de Carrión

Dificil situación para los habitantes de cortijos y caserios, cada vez que esto ocurria, al quedarse incomunicados con el casco urbano y carentes de artículos de primera necesidad sin contar los sanitarios que, no pocas veces, ocasionaron verdaderos problemas humanos. 

 

Tormenta en La Codosera


Y así llegamos a los años sesenta, un cambio sustancial en nuestro pais, por cuando el dinero comenzó a fluir y la economía despegó de forma masiva. El turismo, la industria, la construción, la emigración,  todos a una, lograron cambiar la piel de este pais. Y las máquinas de obras pública llegaron al pueblo, donde se quedaron por mucho tiempo, el necesario para hacer un montón de carreteras con sus puentes correspondientes. El Marco, La Tojera y la Rabaza, los tres caserios más importantes situados en la misma frontera con Portugal, vieron como los caminos de tierra mal compactada y tortuosos que les unián con el centro urbano, se transformaron en vias bien asfaltadas de primera orden.  Se  hicieron  carreteras y además tres puentes, el del Codosero, el Gevorete en La Junta y el del Puerto de Marbanejo sobre el Gévora. La carretera con San Vicente de Alcantara  se construyó de nuevo trazado y junto a ella otro puente sustituyendo, aguas abajo, al construido  durante la II República.
























Primer puente en Carrión


La historia de los puentes quedaría incompleta si no incluimos lo importante que, para el desarrollo de la población y su entorno, ha sido y lo sigue siendo,  el puente de Carrión. El puente primitivo era pequeño y sobre el cruzaron los primeros automóviles. Despues llegaron los autobuses cargados de peregrinos camino de Chandavila, y lo hicieron con toda normalidad. Todo esto transcurría cuando cesaban las lluvias,  en los meses de  primavera y en verano, cuando  la escasa corriente del río no creaba dificultades. Al progreso de la época tambien se sumó la creación de  la linea regular de viajeros que unía diariamente a la población con Badajoz.  La Estellesa, que así se llamaba la empresa, pasaba cada dia, ida y vuelta, por encima del diminuto puente a las horas establecida. Hasta que llegó el invierno con sus avenidas cada vez que llovía con fuerza, y los viajeros, mas de una vez,  tuvieron que esperar en tierra esperando que la crecida del río Gévora bajase. Y el pueblo inquieto y alborotado  se preocupaba cada vez que esto ocurría, mientras que las autoridades prometían hacer un nuevo puente pero que nunca llegaba.





 Como ya teníamos prensa regional, como el Diario Hoy,  La Codosera, era noticia cada vez que llegaba el invierno, dando lugar a que la construcción de un puente sólido era cuestión de tiempo y de recursos. La obra se hizo pero icompleta, no se eliminaron las curvas peligrosas antes de llegar, un ancho insuficiente, y con limitación de tonelaje. Con estas desventajas, construir un nuevo puente, en los tiempos actuales, era necesario, puesto que La Codosera es un pueblo con recursos naturales, y con una situación privilegiada por cercania y como paso hacia el país vecinos.



Inauguración del asfaltado de la nueva carretera, en el año 1961  sobre el  Puente de Carrión


              Sobre el puente nuevo, en el año 1961 se inauguraba el asfaltado de la carreera y para ello se desplazaron las autoridades que aparecen en esta imagen obra del fotógrafo Luis Alvarez Pulido. Cortando la cinta, el gobernador civil de la provincia, don Francisco Santolalla de la Calle, el presidente de la diputación, don Adolfo Diaz Ambrona, el subjefe provincial,  don Alvaro del Solar, el párroco de Santa María, don Hipólito Contador y el alcalde de Alburquerque,  don Angel Pasalodos junto al comisario Jefe provincial, el gobernador militar de la Zona y otros. Sin embargo, y hay que decirlo, ni el alcalde de La Codosera ni nadie del pueblo, cuyos vecinos iban a ser los principales beneficiarios de dichas obras, no aparece entre las autoridades mencionada. Estas cosas ocurrían. Al fondo, a la izquierda, puede verse la fachada de la caseta del puesto de frontera de la Guardia Civil. 

El río Gévora a su paso por Carrión

Por ello nos congratulamos que, a pesar de la crisis,  la construcción de un nuevo puente en este lugar es ya una realidad. En la aguas de azud, en el denominado "Charco de la Virgen", los pilares de un moderno puente emergen dando paso a un nuevo tramo de carretera, eliminando curvas y barreras de cualquier tipo, con un mensaje esperanzador de progreso y bienestar para una zona singular, paso obligado para españoles y portugueses que comprueban que la eliminación de barreras no solo se firman en los despachos si no que son realidad. 



Las autoridades pronciales y de ambos municipios, La Codosera y Alburquerque, cortan la cinta inaugurando el nuevo puente de Carrión 




Crecida del río