viernes, 6 de noviembre de 2020

LA CODOSERA TIENE UN CASTILLO.

 





LA CODOSERA TIENE UN CASTILLO


Hace de esto unos ochenta años, llegó al pueblo un importante personaje que, posteriormente, fue muy conocido tambien por aquí, se llamaba don Genaro y se enamoró del lugar, sobre todo de Chandavila y de su Virgen y como era un gran escultor y uno de los mejores imagineros del país, se  ofreció a realizar la imagen de la Virgen y a contribuir económicamente en la construcción del Santuario.

Tenía su estudio en Madrid y durante el tiempo que duraron las obras, periódicamente pasaba largas temporadas en el pueblo. Era un vecino más, por ello y por su generosidad, fue nombrado hijo adoptivo.

La imagen le quedó preciosa y del Santuario ya ni os digo. En su interior todo lo que allí relumbra, de su fina mano ha salido y sin cobrar ni un duro.




En el pueblo estaba lo que más quería y un día decidió cambiar su residencia y venirse a vivir aquí, donde montó el taller de trabajo como escultor. Por ello, se compró los terrenos donde estaban las ruinas del Castillo medieval, por lo menos nueve huertos de olivos, y lo acondicionó para vivir, reconstruyó la torre principal y en lo más alto ubicó una colosal imagen del Corazón de Jesús.





Pasó el tiempo y, como era un hombre soltero y sin familia cercana, pensó que lo mejor era dejar solucionado su patrimonio y quienes serían sus herederos. Por ello decidió que lo mejor era hacer un Fundación y que sus beneficiarios herederos fuesen los vecios  del pueblo de La Codosera y así lo hizo constar  ante un Notario Madrid, cuyo documento tenemos por ahí. Su repentina muerte dejó a todos sorprendidos. Le hicieron el entierro y posteriormente sus restos fueron trasalados para que reposaran en el interior del Santuario de Chandavila, tal como fue su voluntad.




En los últimos años de vida, uno de sus amigos intimos, sacerdote salesiano secularizado, llamado don Victor, pasaba largas temporadas en el pueblo, ganándose la confianza del escultor y este le dio poderes para realizar las obras que se habían programado en el Castillo, un Centro de Formación de Artes Popularas que nunca vieron la luz.




Un dia, de repente, de un infarto, el escultor falleció y nadie preguntó ni se informaron de cómo estaba su patrimonio o su herencia. Esto sucedió, como cuando se derrumbó el arco central del Puente Medieval, que los gobernantes locales miraron para otro lado. Igual. Cuantos menos lios mejor, pensarian. Al tal don Victor, este no proceder le vino de perilla y, por ello, el dinero de don Genaro, en vez de invertirlo en La Codosera, se lo gastó en construir una residencia para que regresasen los represaliados españoles, de nuestra Guerra Civil, que quedaban en Méjico, un país donde, en su época de sacerdote, había vivido como cura.





El tiempo transcurría y don Víctor continuaba como el señor del Castillo donde, la antigua asistenta de don Genaro, la tenía contratada para las tareas del hogar. Fatalidades de la vida, lo que mal anda mal acaba, y el buen hombre, don Víctor, al cabo de unos años murió.  Los gobernantes locales no movieron ni un papel, mientras que, la señora asistenta se quedó viviendo en el castillo, pues ningún responsable le pidió información para ver en qué situación se encontraba, ni cualquier cosa por el estilo.

 Por lo que me han dicho, cuando ocurren estos desaguisados, la justicia es quien marca el rumbo a seguir.

Aquí tenemos el caso de un señor que ha fallecido y que ha dejado un patrimonio, el cual hay que repartir para quien o quienes le corresponda. La Fundación ya no existe Hace años se dieron de baja y en el registro de la Propiedad las posesiones siguen figurando a nombre de la misma.  Nosotros tenemos un documento notarial donde el testador lega sus bienes a los habitantes del pueblo de La Codosera, luego no creo que haya muchas dudas al respecto. Aquí parece que hay miedo a pedirle las llaves a la persona que allí viva o ir al Juzgado y presentar la demanda para que el juez decida.

Esto lo escribo porque me he acordado de la cantidad de pueblos en Extremadura que celebran sus “Acontecimientos históricos” y es que, nosotros, en relación con el Castillo, tenemos un evento muy importante y además está documentado por el grabado que nos dejaron los portugueses en el año 1642. “Codiçeira sitiada por el ejército portugués” en la Guerra de su Independencia.




Estamos de acuerdo que la guerra la ganaron ellos, pero eso ahora no es obstáculo. Somos hermanos, nos llevamos muy bien entre nosostros y ya no importa quién ganó o perdió la contienda, el caso es recordar la historia, lo nuestro, y que la gente venga al pueblo, que haya mucha fiesta y se lo pasen bien.





Rescatar el Castillo no creo que sea muy difícil. Limpiarlo adecentarlo e iluminarlo y prepararlo a una función que muy bien podrían ensayar la Compañía de Teatro local, los cuales estarían encantados. La indumentaria, seguro que nuestros vecinos de Marvao, expertos en estos tinglados, nos las prestarían y seguro que también accederían a contribuir con lo que fuera menester.  Y, nada más. Que haya suerte.




 

miércoles, 23 de septiembre de 2020

LA CODOSERA y Manolo "Estrella", el último mochilero.

                  Manolo "Estrella", el último mochilero.
                    

                 
                     Así es la vida. Llegó el mes de septiembre y el pasado día ocho, fallecía un buen amigo, MANOLO MARGULLÓN, conocido por todos como “ESTRELLA”, un gran personaje popular. Nuestras condolencias a Anita, su viuda y al resto de familiares. Descanse en Paz.

                    Su larga vida no le fue nada fácil, pues ha fallecido a la edad de ochenta y siete años, caracterizándose por haber sido un buen hombre, muy trabajador y amante de su familia.
                     Nació en una época llena de turbulencias populares, dos años antes de comenzar una de las tragedias más terrible que le tocó vivir al pueblo español, La Guerra Civil.  Por tanto, fue uno de los niños llamados popularmente como “los niños de la guerra”. Años muy duros, durísimos, para los habitantes del pueblo y también para el resto de españoles.

                                                   Plaza de la Fuente

                      Vino al mundo en el seno de una familia humilde, Manuel se llamaba su padre, de quien heredó su apodo de Estrella o Estrellina, y su madre Cesárea, de profesión sastra, una especialidad reservada a los hombres sastres, pero que había mujeres capaces de igualarlos profesionalmente.


Plaza de la Iglesia


                       Cuando le llegó la edad, contrajo matrimonio con Anita, su novia de siempre y los casó don José Martín, un cura sevillano que estuvo de párroco en el pueblo varios años. Una boda muy humilde donde al agasajo y al convite no faltaron los invitados. De la iglesia, junto con el acompañamiento, todos marcharon a celebrarlo, como era normal por entonces, a su propia casa, una vivienda alquilada en la calle Rica, donde el aguardiente y los dulces estuvieron sobre la mesa.

                     De esta unión nacieron cuatro niñas, Manoli, desde hace años, emigrante en Palma de Mallorca, Nieves, lo mismo, vive en el Móstoles de Madrid, Toñi, igual, reside en Seseña (Toledo) y Anabel, emigrante también, en Palma de Mallorca.

                      Después llegaron los nietos, seis, Jorge, Noelia, Manuel, Carlos, Eva y Lucía y, lo más hermoso de todo, la suerte de conocer a sus cinco bisnietos: Hugo, Nora, Enma, Zoe y Estrella.

                      Entre sus familiares gente del pueblo muy conocida. Sus hermanas Julia, Antonia y el varón, Federico, los tres ya fallecidos. Federico se dio a conocer en los años sesenta por lo bien que imitaba la voz del cantante Antonio Molina. Y por parte de sus tíos, destacar a la señora, Angelita la Godoa, la cual, con cuatro niños pequeños, durante la Guerra Civil, un 27 de agosto del 36, el día siguiente a la entrada en el pueblo de las fuerzas nacionales, fusilaron a su marido, un obrero del pueblo llamado Modesto Martínez Carballo, en las tapias del cementerio local, junto con otros más de veinte compañeros, por el hecho de ser un hombre con ideas de izquierda.

                       A Manuel, como a muchos críos de su edad, le robaron la niñez y no le quedó más remedio que, desde muy corta edad, ponerse a trabajar. A la escuela no fue y por tanto solo sabía escribir su nombre, que aprendió por su cuenta, A leer y a escribir, nunca le enseñaron. Tampoco un oficio determinado y por ello, tuvo que hacer todo tipo de faenas, siempre, allí donde la situación era propicia. Se colocó, o lo acomodaron, como se decía en aquellos años, en la casa del señor Alonso Mero, al que llamaban “Vega”, una casa de labor de una de las familias importantes de labradores del pueblo, donde la mano de obra necesaria era muy amplia. Allí le mandaban a realizar tareas de todo tipo, a labrar, a segar, a trillar, a sachar, a darle de beber a las bestias, a conducir carros, a trabajar en la huerta, coger aceitunas, etc. etc. incluso aprendió a capar los cochinos. Todo lo que realizaba era del agrado de su patrón, por ello, cada año, en la festividad de San Isidro, la Hermandad de Labradores y Ganaderos de la población, entre sus actos programados, incluían el concurso consistente en echar el surco sobre un terreno baldío, donde se daban cita los mejores labradores del pueblo. La competición consistía en hacer el trabajo con una yunta de bestias, y trazar el surco en un espacio acordado. El ganador era aquel que lograba realizarlo más derecho. Pues bien fueron varios años los que Manuel ganó este galardón.

                   Después de vivir unos años con su mujer, en la calle Ventosa, se cambiaron a otra vivienda, más cerca de sus padres, en la calle del “Teniente de Regulares Gerardo Gómez”, el nombre de esta calle, era la de un militar del pueblo que murió en Cáceres en plena Guerra Civil, víctima del bombardeo de la aviación de la República sobre  las instalaciones del Gobierno Militar, el lugar donde este señor estaba destinado como administrativo.  

                   Y así iban pasando los años en uno de los pueblos donde la vida era de lo más tranquila, pero no por eso aburrida. Como ya hemos indicado, mucho antes de casarse, Manuel trabajaba en una casa situada en la Plaza de la Fuente, el lugar donde, diariamente, desde por el mañana temprano, a por el agua a la fuente, acudían las mozas cargando con los cántaros de barro a la cabeza, que alegraban esta explanada con sus risas y alegrías. Era éste, el lugar de encuentros para la gente joven. El momento de hablar y comunicarse las parejas con un guiño o una sonrisa. Manuel, como joven que era, no era ajeno a este movimiento juvenil.

                         Ya después de casado, una de sus mayores alegrías fue poderle comprar a su mujer la máquina de coser. Conocía profesionalmente a su madre, una gran costurera, y sabía que Anita también aprendería el oficio. A letras mensuales o como iba pudiendo, se acercó al comercio del señor Leocadio Barroso, que era el delegado de la marca Alfa, y la máquina quedó encargada.

                       El tiempo pasaba, la última guerra ya estaba casi olvidada pero el país no tiraba lo suficiente y, por tanto, se ganaba muy poco dinero y pagar la máquina le costó sangre, sudor y lágrimas.  Así, un día le hablaron de engancharse en una cuadrilla de hombres y pasar la frontera con Portugal. Por entonces era muy joven, con veintitantos años y con una hija nacida y otra en camino. El dinero cada vez era más necesario en casa y lo que le ofrecían otros amigos era poder vivir desahogadamente y llegar hasta fin de mes sin tener que endeudarse.

Arroyo Abrilongo, frontera con Portugal. 

                      Después de meditarlo se lanzó a la aventura y comenzó su trabajo en una de las empresas del pueblo donde no era necesario que te contrataran. Todo aquel que tenía valor, era joven, fuerte y audaz, era admitido en el negocio del contrabando.


El abrilongo hace frontera en el Marco 


                      Manuel, o Manolo, como cariñosamente le llamaba todo el mundo, se integró en el grupo de contrabandistas estupendamente y comenzó a destacar por el conocimiento que tenía del posicionamiento de las estrellas en el firmamento, un dato muy valioso que los compañeros apreciaron y que, al estar junto a ellos, en la oscuridad de la noche, sin brújulas que los orientase, encontrar el camino correcto era primordial.  Manolo, echando una mirada al cielo, conocía cada lugar por donde transitaban, localizando sin confundirse, el camino a seguir para llegar al destino marcado.


La Osa Mayor

                    Al igual que lo hicieron los antiguos pueblos por la disposición de las estrellas, Manuel heredó los conocimientos sobre la disposición de las estrellas, que ya su padre adquirió, muchos años antes de su andadura de contrabandista por los parajes fronterizos y que tan útil les fue a otros tantos mercaderes que realizaron travesías durante la noche.





Ruta de los contrabandistas. Parada en el Marco portugués. 

                    Una vez que hemos entrado en la Unión Europea y las fronteras han desaparecido, ha sido ahora cuando los vecinos han valorado el esfuerzo tan sobrehumano que realizaron estos hombres mochileros durante la época de posguerra para llevar un sueldo digno a casa. Manuel durante los últimos años de su vida no ha parado de contar a la prensa, incluida la televisión, lo arriesgado de este oficio, donde ellos llevaban calzadas en los pies unas alpargatas para correr mientras que,  los guardias, que los perseguían, iban bien pertrechados y además con armas para dispararles.

Paquete de café de 1 kg. con envoltura de papel. 


                   Y todo esto ocurría por las tensiones habidas entre los dos países, España y Portugal. Franco y Salazar, durante los cuarenta años que gobernaron ambos países, no firmaron ni un solo convenio comercial. Ni se compraban unos a otros, ni se vendían sus mercaderías. La frontera fue durante estos años, un muro infranqueable de pobreza para que a nadie se le ocurriese pasar ilegalmente. Ni el café se podía vender legalmente en España ni el pan de trigo, que fabricaban los panaderos del pueblo, podía ir para allá. Pero, ni el café dejo de faltar en los desayunos de los vecinos de aquí, ni el pan blanco de harina (ya que ellos solamente tenían harina de centeno de color negro), faltó en los hogares portugueses próximos a la frontera. Yo recuerdo como cada día salían de la panadería de mis padres las bestias con sus angarillas, cargando los panes, con destino a las cantinas, bares y lonjas, que se habían ubicado estratégicamente en el lado español, muy cerquita de la Raya, donde se los vendían a los portugueses.

                    El negocio del contrabando duró varias décadas y quizás los que transportaron las mochilas a cuestas, como Manolo Estrella, fueron los que menos dinero ganaron. Sufrieron lo indecible y vivieron siempre con el miedo en el cuerpo, ante la presencia de tantos civiles como en el pueblo había, para tratar de cortarles el paso, cosa que no siempre ocurrió.


Atardecer en La Codosera. 



                 En este último periodo de su vida, Manolo recordaba con mucho cariño sus andanzas y correrías y así se lo expresa a los medios de la prensa que requerían su presencia. No hay duda que, lo mismo que él, el resto de hombres que también entraron en este negocio, se merecen un respeto y hasta un homenaje, como han hecho en algunos pueblos fronterizos, donde le han dedicado un grupo escultórico situado en un lugar céntrico de la población. El mochilero ya es historia y nosotros hemos tenido la suerte de haber tenido a un vecino de excepción que nos la ha contado de viva voz, Manuel Margullón, conocido como Manolo Estrella.

viernes, 11 de septiembre de 2020

LA CODOSERA y su forma de hablar.




Puerta principal del Castillo de La Codosera. 


EL HABLA DE LA CODOSERA (LA RAYA)                      

Continuación…

                          Con su forma peculiar de hablar, en La Codosera, como dice el refrán, "se habla de otra manera".

                        Al ser un pueblo con raices portuguesas hay palabras de este idioma, mal traducidas, que se han incorporado, como "A Varzea" (La Vega), que se pronuncia como La Varse, otro nombre, como "Chao da Vila" (Suelo de la Villa) , que ha derivado a Chandavila o, por poner otro mas, "Vao de Covo" (Baden de la Gruta), que se conoce como Bacoco.

                         El seseo, al igual que, como se habla en buena parte de Extremadura, cambiando la ce o la zeta por la ese, es otra de sus características, igualmente es omitir la ese final de los plurales. La terminación de los participios de los verbos en ado o ada, se ha transformado por el ao en los masculinos y el á, en los femeninos. A las escritas con hache, éstas, se cambian por la jota, tambien omiten en la mayoria de las palabras, la consonante final y, aparte, se incorporan nuevos vocablos portugueses, como hortelana por hierbabuena, un gorrión es un pardal, una tórtola es una rola o petiscar por merendar, por poner algunas.
      Curso años 71-72. Escolares que hoy estan a punto de jubilarse. 



                     Así es la ralea familiar en esta la mi tierra, de la mi gente. 
                      
                     Donde las madres disen del chico de la casa que no pué jasé vide del.
 Que están jarta de oílo berrear to el día; que ni pa comé se limpian la boseras. Antié, uno dello, se dió un voleo y acudió con un bolsao de malagatones. Tresantié lo llevé a que lo miren los dientes que los tie votos. É un bujío. ¿Cá semos?. Tas fijao, lo que catca la vesina?. Menú cuaje tie!. El sofoco que tie la chica, que le han salio cabras en las piernas. Ét mu friolenta.  Labrá cogio un mal aire. Que te paje a ti?. Tiene jeito. Había un alabán de gente. No me vengas con jangás!. Me da daqúe desiselo. Yo me queé arruchi. Al dal lao le jarreó una jabatá. Aupa que te alcanso. Pi ¿porqué?. Lo cai coí!. Endipués tamos an cá el Manué. A salto mata. 
--------
          
                      Aquí naidi iba o va al colegio pero tóc sapuntan a la ecuela.  No te invitan a una fiecta, te convidan. No te afisionas, te empica. No te entretiene, te enrea. No habla, parlotea, No sales ajilas pa juera. No entra, pasa pa entro. No empuja, arrempuja. No abrasa, achucha. No te asfisia o te atraganta, te ajoga. No pocpone, lo eja para endispué.  No t acuecta, te arrecuesta o te quea tracpuesto o clisao. No te despierta, te despabila o te espabilan. No te desnuda, te encuera. Tampoco te queda en pelotas, te quea pelete o te empelota. Aquí las pareja no van agarrao del braso, van de brasete.Porque aquí, los mosos y las mosas se ajuntan y se desajuntanHacen amistad, los querindongos y las querindongas. Otro se ennovian, se arejuntan o se desapartan. Cuando los chonchos y las chonchas se encalientan, es decir, se ponen barracos, se arreglan  pa salir, se arriscan, se avían, se escamondan, se ajilan, se emperifollan, se atusan el pelo, se pinturrejean, se atiscan lo pingo que llevan puesto 

 Aquí no trabaja naide en nengún sitio, ni se apean, se abajan de la tallesa. Lo que son escapá, se suben, se encaraman a un árbol o a las pareles. Los caminos de los que trasmontan, no se acortan, se atrochan por las verele. Aquí no se suele desasé nada, se desfaratan o se defarrumban. Cuando se acoscan que están mal jechas, tampoco se desordenan, se barullean. No se lanzan ni se tiran, se jundean. No se escupe, se espurrea y no se rien, se descuajaringan o se tronchan de risa. No se critica, se alcagüetea. Ninguno se atraganta pero se añugan o agañotan, eso si, todos ajocican con las consecuencias. Si te dicen que corras, juye. Si estas alilao es por ser alto y delgado. Si contestas allá allá, es que vas tirando. Si te dicen que vayas ancá, es a la casa de. Al columpio le llaman blansaero. Endispués es todavía y si algo es cierto, dicen equilicuatri. Al mediodía le llaman meyodia. Resbalar es refalar y una sacaiña es un continuo sacarte algo. Pero a un gasto contínuo, le llaman sangraero. Velahí, es algo que se sabía y un vensejón es un tirón. Al hielo le llaman yelo y una trola e una mentira. Un malagatón es un melocotón. Endilgarte es jacerte un encargo.  Acuquinar es pagar tu parte como to quitqui, un cancho de piedra roá ec un gorrón y una canujía, algo que dura mucho.

Sierra del lugar, Peña La Niña y Castillo La Beltraneja. 


                    Badajoz  es Badahó, y nojotros semo asina
                     daquí de La Codosera.
                    Nasimo en la frontera, al finá de Extremaura,
                    y lustros en Portugá.
                    Tenemos nuestra cultura, 
                    paisajes, mucha agua,
                    buen yantar y buen cundío,
                    que más quieres?. Casí !! 


Cultura rayana. En La Codosera bailando "as saia", de procedencia portuguesa


Comentario: Este trabajo solamente es un fragmento del amplio vocabulario que en esta zona es común para sus vecinos. Fomentarlo en la actualidad ya es una obligación impuesta por Naciones Unidas y la U.E. por ello, en nuestras manos está el dejar atrás viejos tabúes y valorar  y  enorgullecernos de nuestra amplia y rica cultura, heredada de siglos, para que en el futuro perdure. 


                                           Verbena popular en La Codosera



martes, 12 de mayo de 2020

Una historia de amor en la frontera del Marco.




LA CODOSERA. Una historia de amor en tiempos de guerra, en la frontera del Marco, (Portugal).



Maria Guardado, nieta del Jefe de Carabinero de la Codosera, su marido João, portugués y sus dos hijos.


En la mayoria de los paises del mundo, la forma de gobierno ha sido y es la Republica pero en España, las dos que hemos tenido a lo largo de la historia, hemos terminado a tiros. La primera en 1873 y duró un año. La segunda en 1931 y duró ocho, hasta el 1939.


João F. Gonçalves.


Nuestro amigo João, que ha sido quien nos ha proporcionado la información sobre el presente trabajo y, al cual vemos en brazos de su madre en la fotografía de arriba, nos hace un relato sobre los hechos ocurridos a su familia en La Codosera cuando las fuerzas militares tomaron el pueblo a comienzo de la Guerra Civil Española en agosto de 1936. .


Carabineros de la época. 


Su abuelo Gonzálo Guardado Cristo, con la graducación de alférez, era el Jefe, comandante del puesto de La Codosera, de la Sección del Cuerpo de Carabineros y, jamás de los jamases, se imaginó que su destino en esta parte de suelo extremeño, iba a ser tan tràgico.




El general Franco y el Tte.Coronel Yagüe, a su izquierda, en el año 1936


Sucedió que, la Guerra Civil española, lo que se llamó el Alzamiento Nacional, iniciado en el Norte de Africa, comenzó encabezado por un grupo de militares sin apenas medios materiales, mientras que, el potencial político y militar de la Republica Española era enormemente superior. Al mando de uno de los jefes sublevados, el Tte. Coronel Yague, una columna de legionarios y militares, partiendo desde Sevilla, avanzaron por la carretera, lo que hoy es la A-66 y pueblo a pueblo fueron reduciendo en cada localidad, los mandos politicos y militares dependientes del gobierno de la Republica. Zafra, Los Santos de Maimona, Almendralejo, Merida y por último Badajoz, fueron cayendo. En Badajoz la batalla fue cruel ya que, al estar la ciudad amurallada, ambas fuerzas tuvieron que enfrentarse a fondo con toda la artilleria e incluso, por parte de los atacantes, con el apoyo de la aviación. Esto ocurrió el 14 de Agosto del 36.




El Viejo Cuartel de la G. Civil en el año 1936

Las fuerzas del orden, destinadas en los cuarteles de la Guardia Civil situados en los pueblos y ciudades, eran las encargados de salvaguardar la ley, de acuerdo con el juramento hecho a la República al ingresar en el cuerpo policial. Por tanto, las ordenes recibidas del Gobierno de la Nación sobre el estado guerra declarado, era las de hacerles frente a las fuerzas sublevadas.

En La Codosera, milicianos y carabineros, las ordenes que recibieron de sus superiores, desde el puesto de mandos en Badajoz, iban en el mismo sentido, hacerles frente y no rendirse. Por ello, en el pueblo, en la esquina del edificio de lo que hoy es la calle General Primo de Rivera con General Navarro, en los altos, habia una cafeteria, una especie de Casino, donde por las tardes los hombres echaban la partida y tomaban café. El bar de la cafeteria lo regentaba el señor Francisco "Batane" el cual recibió ordenes de las autoridades de tener que abondarla, al quedar confiscada, por el ser dicho establecimiento el lugar idóneo donde, en sus terrazas o balcones, se montarian piezas de artilleria para hacerles frente a los militares considerados como insurrectos. El pobre hombre tuvo que recoger su cafetera y demas utensilios e irse a su casa.


El capitán Quintanilla, junto con sus subordiandos, fueron los encargados de tomar el pueblo el 26 de agosto de 1936.


Pero la situación cambió radicalmente a raiz de la matanza humana que se produjo en Badajoz una vez ocupada la ciudad el 14 de agosto del mismo año. Mas de 5000 personas fueron fusiladas, entre guardias civiles, militares y paisanos, en los dias posteriores a la entrada de las tropas nacionales. Esta horrible masacre humana fué quizás la espoleta que hizo cambiar de opinión al jefe de la plaza de los carabineros de La Codosera, y por ello, una vez que se rumureaba que la llegada al pueblo de los nacionales era inminente, seguramente para el 26 de agosto, como así ocurrió, para que no hubiese enfrentameniento ni corriera la sangre, don Gonzalo reunió a sus hombres y les propuso que la mejor solución era abandonar el pueblo, traspasar la frontera por el paso del Marco, para entregarse a las autoridades portuguesas. Y efectivamente, así ocurrió, aquel mismo día, en dos camiones cargados de falangistas y guardias civiles y algunos militares, despues de dar un par de vueltas por los alrededores del pueblo, desde el Potril a la Tapá La Era, entraron en el Ayuntamiento, encontrándolo sin resistencia alguna, completamente vacio En los dias posteriores hicieron una limpia y detuvieron a veintisiete vecinos del pueblo, todos ellos por el solo hecho de estar afiliados al Partido Republicano o ser sindicalistas. Unos eran concejales, tambien el alcalde y algún que otro simpaticizante, como el médico titular, don Diego Calderon que, en pijama, lo sacaron de la cama por la mañana temprano, delante de su familia, lo detuvieron y lo llevaron hasta Alburquerque, donde lo fusilaron. De los veintisiete vecinos, todos desaparecieron, unos los asesinaron en las paredes del cementerio local y del resto nunca más se supo.Cada tarde llegaba al pueblo una especie de camioneta que la llamaban del "Campanillo", por el cencerro que hacía sonar para llamar la atención como bocina. Su misión era la de cargar a los presos que por la mañana habían detenido y que se encontraban en la cárcel y desaparecer por no sabemos donde, mientras que por las calles del pueblo, los falangistas que patrullaban, exigian a los propietarios mantener las puertas abierta, mientras que reinaba el mayor de los silencios.


Puente sobre el Abrilongo en el Marco.

El alférez don Gonzalo, con los hechos trágicos acaecidos en Badajoz, ya intuia lo que les podia suceder, por ello aquella mañana, junto a su esposa, su hijo varón y sus tres hijas, acompañados de todos sus hombres, a caballo se dirigieron al Marco portugués donde, al cuidado de una familia del lugar, dejó a su familia, a la que ya nunca volvería a ver, mientras que ellos continuaron hasta la Esperanza donde se entregaron al jefe de mando del puesto de los guardias portugueses, donde todos ellos fueron detenidos al carecer de pasaportes y trasladados a la ciudad de Elvas, donde ingresaron en prisión.





Puente del Marco por donde cruzaron la frontera y edificio del Cuartel de los guardias republicamos donde fueron detenidos.

Los dias que pasaron en prisión debieron de ser terribles. Las noticias que les llegaban desde Badajoz, por su proximidad con la frontera, no eran nada alentadoras. El teniente coronel, jefe de la 13 Comandancia de Carabineros de la ciudad, junto con la Plana Mayor habian sido fusilados, ademas de políticos y milicianos. Los atacantes, vencida la resistencia, entraron en la ciudad y, casa por casa, buscaron a los hombres despojándolos de su camisa y, todo aquel, que en el hombro tenía señales de haber estado disparando con un fusil, fue detenido, llevado a la Plaza de Toros y en los dias posteriores fusilados.

El teniente coronel Yague, una vez que abandonó la ciudad, en su avance con sus hombres hacia Madrid, manifestó que: "No iba a dejarlos vivos para que fuesen detrás nuestra y nos matasen".

Para entonces, el primer ministro de la Republica Portuguesa, Antonio de Oliveira Salazar, un gran dictador portugués, se habia hecho amigo de Franco con el que posteriormente firmaria el Pacto Ibérico de no agresión, comprometiéndose por tanto a devolver a los militares republicanos, a los comunistas y a los sindicalistas españoles que pisaran suelo portugués, durante todo el tiempo que durase la Guerra. Por ello, los carabineros de La Codosera, a través de la frontera de Caya, fueron devuelttos y entregados a las autoridades de Badajoz, donde los encarcelaron, los juzgaron y los condenaron a muerte.



Caserio del Marco. 

En el Marco portugués, las cosas tambien se movían. Una vez enterada doña Felicia, esposa de don Gonzalo, recordó que su marido anteriormente, en tiempos, cuando estuvo destinado en Gibraltar, por los servicios prestados y en reconocimiento a sus valores, el Rey Jorge VI de Inglaterra, le había premiado, condecorándolo con una medalla.

El alférez, comandante de puesto en La Codosera, don Gonzalo Guardado Cristo y su esposa en el año 1935.

Por ello, se traslado a Lisboa, lugar donde se encontraba la Embajada Inglesa, para hablar con el embajador y pedir ayuda para su esposo. Y efectivamente, gracias a las gestiones diplomáticas realizadas por parte de los británicos, le condonaron la pena de muerte por años de cárcel, aunque preso estuvo poco tiempo, ya que murió enseguida en la la cárcel de Badajoz, privado de libertad.




         Enterados los ingleses, las autoridades se desplazaron hasta el caserio del Marco para ayudar a su viuda y tambien a sus hijos, ofreciendoles la oportunidad de trasladarse a Inglaterra donde serían bien recibidos. Todos marcharon menos una de sus hijas, Felicia, toda vez que durante el tiempo que llevaban viviendo en el Marco,  habia conocido a un joven, con el que mantenía relaciones,  Francisco Lucas, conocido como "Xico Lucas", un agricultor de la zona de la Raya, tambien vecino de la misma pedanía, con él que ya esperaban una hija, la que luego seria madre de nuestro amigo João. En tiempos de guerra, una española, vecina de La Codosera, como tantas chicas del pueblo les ha sucedidó, sin imaginárselo siquiera, habia encontrado el amor de su vida aquí, junto al  fronterizo Abrilongo, cuyas aguas, desde siglos atrás, han sabido formalizar relaciones entre parejas enamoradas, sin leyes ni corta pisas impuestas por gobernantes políticos, de uno y otro lado de la frontera. Después del nacimiento de la niña a la que bautizaron con el nombre de María, con el tiempo, hubo  otró otro bebé más, Pilar. La abuela de João, Felicia, rechazó la oferta de Londres y deseó vivir el resto de su vida en este rinconcito de la Raya, rodeada de  huertas, junto a la ribera, con sus aves de corral, Su bisabuela tambíen, cuando los tiempos fueron favorables, dejó Londres y marcho a su ciudad natal, Alicante, desde donde se trasladaba periodicamente a La Codosera para visitar a su familia. Llegaba en tren hasta Badajoz, donde tomaba el autobús de La Estellesa que la conducía hasta La Codosera, allí, su familia la esperaba, marchando todos juntos al Marco.  Los vecinos del caserío tambien la recuerdan. De ella, comentan que era una señora muy educada y elegante y que, de pequeños, les agradecían los regalos y chucherias que les traían cuando eran escolares en la escuela primaria del caserio, donde tambien estudiaban sus bisnietos.

              María, la madre de João, se casó con un guardia fiscal con el que, durante su matrimonio, viajó por diferentes pueblos y ciudades, viviendo siempre en cuarteles situados proximos a la frontera con España. Degolados, Campo Maior, Elvas etc., para que, al final y una vez jubilado éste, fijar su residencia en una población cercana a Lisboa. Allí vive tambien su hijo João junto con su familia, hoy ya tambien jubilado. Al igual que su abuelo Gonzalo, carabinero español, el tambien quiso tener su misma profesión, guardia fiscal. Amante de las motos, cada vez que puede, le gusta desplazarse por estas tierras de La Raya, ya sin fronteras, en completa libertad, para visitar a sus amigos de la infancia y al resto de los familiares que aún residen en El Marco. 










martes, 28 de abril de 2020

Río Abrilongo.

EL RIO ABRILONGO.



En numerosas ocasiones nos referimos a este rio que, por ser fronterizo, la mitad  nuestro y la otra de Portugal y por lo cercano que lo tenemos, además de ser interesante por la de noticias que genera a raiz de la inauguración del nuevo puente sobre sus aguas a su paso por el caserio de El Marco, y por este motivo haber alcanzando en el Guinnes el título de "Puente Internacional más pequeño del Mundo"


Popularmente, en el entorno de La Codosera, es un rio cargado de historia, sobre todo en el aspecto del contrabando, una de las fuentes de ingresos mas importantes que hubo por aqui en los años de posguerra, por cuyo motivo nació el caserio de El Marco que, a través de los años, fue creciendo con viviendas situadas a ambos lados, junto a las orillas del mismo. Esta convivencia de gentes rayanas conocedoras del terreno, para poder comercializar los productos en un sentido o en otro, según el mercado conviniese, hizo que a las autoridades fiscales de ambos paises, les fuese casi imposible acabar con el negocio del contrabando.


Para los vecinos de La Codosera, el entorno del cauce del Abrilongo en el tramo comprendido, que va, desde La Tojera hasta El Marco, es bien conocido por su cercanía y por la cantidad de fincas y viviendas asentadas en todo el recorrido, muy próximas a la carretera pero, sin embargo, aguas abajo del Marco, una vez que entra en el termino municipal de Alburquerque, ya no lo es tanto. Por este motivo, hace unos dias, un amigo de Alburquerque, Juan Antonio Robles Duran, me ha enviado un trabajo muy interesante y ameno que ha realizado sobre el mismo rio, totalmente desconocido para los vecinos del pueblo,  el cual me gusta compartirlo con vosotros y espero que os guste:

"Rio Abrilongo. Alburquerque.

De entre las acepciones que he encontrado me quedo con la siguiente, de origen celtíbero: “hbar-longh”, que quiere decir “pozo de la alegría o pozo de la delicia”, donde el agua es vista como deliciosa y/o abundante. Veremos a lo largo de la entrada, que la presencia del agua es de suma importancia por estos lugares.


Para comenzar esta ruta, que hoy os propongo, deberemos desplazarnos hasta el Barragem de Abrilongo. Un pequeño embalse situado a ambos lados de la frontera y al que se llega por la pequeña carretera que une las aldeas alentejanas de Ougüela y Degolados. Allí podemos dejar nuestro vehículo y, al pie del pantano, comenzar nuestra ruta.




Son estas zonas de “reyerta”, un territorio que fue común para Alburquerque, Arronches y Ougüela y que era destinado para pastos comunes del ganado (de sol a sol).
En los alrededores, donde predomina la roca calcárea, se instalaron hasta 5 hornos, donde ésta se transformaba en cal para darle a las fachadas alentejanas el aspecto que tenían.
Al tratarse, en su mayoría, de fincas privadas, es recomendable (siempre que no se cuente con el permiso adecuado) caminar junto a la orilla del río. Apreciaremos una sucesión de marcos fronterizos que delimitan ambos países (T.M. de Alburquerque y Campo Maior). En esta primera parte del camino podremos observar la avifauna existente, compuesta por cormoranes, aguilucho lagunero y algún milano que otro. Al otro lado de la orilla, la portuguesa, declarada ZPE (Zona de Protección Especial), podemos observar avutardas y río abajo, grullas que llegan en invierno.
A medida que el camino avanza, un auténtico bosque de galería se va acrecentando en todo el curso de nuestro río, con presencia de fresnos, chopos y sauces, y en las zonas que está sometido a más estiaje con adelfas y tamujos.
Muy cercano al río, apreciamos las ruinas de un antiguo cobertizo. Suponemos que era utilizado para almacenar los productos de las cercanas huertas existentes.




Del mismo modo, en la parte española se abre una enorme extensión de terreno, que sabiamente moldeada por la mano del hombre, se ha convertido en un productivo olivar y, desde hace unos años en una maravillosa plantación de almendros.
A partir de aquí, la cosa se complica un poco, dado que llegamos a la parte más sinuosa del camino, acrecentado por la maleza existente alrededor del río, que hace muy complicado proseguir. Es entonces cuando el río se vuelve de una belleza extraordinaria. Rápidos y cascadas se suceden, en una parte del río, que raramente se queda sin caudal. De pronto, una cueva, nos sorprende. Lugar ideal para hacer un alto en el camino.




Mientras uno da buena cuenta de la “chasina” alburquerqueña, imagina por un momento, aquellas historias de contrabandistas y carabineros, poniendo la vista en lo que queda de una antigua “caseta de carabineros” que asoma en lo alto de la loma. Memorias de un pasado portugués y español de pobreza, hambre y escasez. El contrabando surgió como una solución engañadora para cambiar las difíciles condiciones de vida. La frontera era custodiada por la brigada fiscal y por los carabineros que, escondidos en el matorral, sorprendían con disparos a los contrabandistas de café. ¡¡Carabineros, carabineros!! (CIAA)



Puede el caminante dar por finalizada la ruta y volver por sus pasos y en otra ocasión, comenzar en El Marco, la pedanía donde se unen (en el Río Abrilongo) Alburquerque, Arronches y La Codosera) y llegar hasta este punto.
Como decíamos, el agua es el elemento importante en este trocito de Extremadura y Alentejo. La presencia perenne de las aguas del Abrilongo y el Gévora (o Xévora) configuran estos lugares como zonas fértiles y propicias para diferentes cultivos.
En un radio de acción, relativamente corto, se encuentran los manantiales de agua mineral de Los Riscos de Higüela (de extenso recorrido y acreditado reconocimiento) y de Las Abejeras.
Muy próximo, en plena fortaleza de Ougüela, encontramos la Fonte da GraÇa, que desde hace varios siglos, es considerada por la sabiduría popular como idónea para fines curativos, entre ellos, antiguamente se decía que expulsaba la “solitaria” y de una sucesión de coquetas fuentes muy bien conservadas que jalonan el territorio.


Seguiremos.....