Francisco Lucio Serrote.
LA CODOSERA. Personajes Populares. LA RUBIA.
La verdad es que nunca supe el por qué le pusieron este apodo. Su nombre era Francisco Lucio Serrote, una persona delgada y erguida
de tanto trabajar. Vivió soltero toda su vida. Su padre fue durante años el
enterrador oficial y vivían en una casa muy cerca del cementerio.
Sacando agua del pozo.
Le tocó vivir los años duros. De pequeño, como muchos de los niños del pueblo, con diez o doce años ya le habían adjudicado una ocupación. Trabajos duros ya que maquinarias no había y cualquier actividad se hacía a brazos y con fuerza. Quizás por vecindad con la familia Rolo, comenzó de peón con ellos y de ahí, de peón, nunca ascendió. Su maestro fue Marcelo el Rolo, uno de los mejores profesionales que había.
Hablamos de los años cincuenta, cuando las escaleras que
utilizaban los albañiles para subir el material a las partes altas de la obra,
eran de palos y, de cuando la argamasa se transportaba en un “tablacho”, lo
que es un cuadrado liso de madera, que el peón lo utilizaba de un lado para
otro o incluso cargaba con él subiendo escaleras, apoyado en su cabeza. Pues ese es el trabajo que
le encomendaron.
Tuvo la mala suerte que su maestro Marcelo murió mientras
trabajaba, pero no de un accidente laboral, no. Al echar un trago de agua con
el botijo, una avispa se coló en su boca y le dio un picotazo en la garganta.
Estaban en la pedanía del Marco y coches no había. El maestro notaba que la garganta se
le estaba inflamando y que respirar le costaba. Ya no podía ni tenerse de pie. Los
compañeros, pidieron una carreta, lo tendieron en ella y lo trajeron al pueblo,
que es donde vivía el médico. Pero fue imposible. Falleció en el trayecto.
Pobre hombre.
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