lunes, 25 de noviembre de 2024

LA CODOSERA y la Caseta del Faro.


 



LA CODOSERA, UN PUEBLO CON MUCHA HISTORIA. “La Caseta del Faro”.

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La Codosera en un pueblo con muchos caminos que surcan su término municipal. Caminos, ríos, afluentes, montañas, sierras y Parques Naturales. Piscinas Naturales, Fronteras, aldeas y pedanías. Restos arqueológicos por descubrir, castillos, obras de artes y ruinas por catalogar. Iglesias y muchas ermitas,  santuarios y devoción mariana y muchas cosas mas que no acabaríamos en toda la noche de enumerarlas.

En su amplia historia, con acontecimientos ocurridos  dentro de su territorio municipal, entre otros, se encuentra entroncado con la historio de Portugal, pules en el Tratado de Alcañices sirvió como moneda de cambio para delimitar la línea divisoria en la construcción de la frontera mas antigua de  la vieja Europa, con Portugal.

Fuimos portugueses y por decisión y por el bien del rey de Castilla, nos hicieron españoles. El pueblo sabe mucho de guerras, presiones, necesidades y de olvidos.,

Siempre el poder nos ha utilizado para una cosa o para otra, sin recibir nada a cambio. Se llevaron parte del agua del rió Gevora a San Vicentes, sin contraprestaciones, nos eliminaron gran parte de los servicios que la administración prestaba , y nada recibió.

Pues igual sucedió cuando en   1945, en el termino municipal, en la Sierra de la Lamparona, junto a la ermita de la Virgen de la Lapa, y por tal motivo, llamada Sierra de Laparona, por ser un lugar privilegiado para la navegación aérea española, se instalo el mayor faro para orientar a las naves que surcaban nuestros cielos en su viajes trasatlánticos hacia el Nuevo Mundo. Todo muy bonito, precioso, pero en nada se benefició el pueblo. Pasaron los años, la ciencia avanzó y con los pilotos automáticos, los faros dejaron de ser necesarios.

Un equipo de técnicos de la Base Aerea de Talavera la Real se desplazó hasta el lugar donde estaba construida la caseta que albergaba la maquinaria necesaria para que el faro pudiese funcionar, y en sus camiones, se lo llevaron todo. Todo menos las piedras. Las paredes y las tejas se quedaron aquí. Pasaron los años, y ya nadie iba por allí. Pero con el bum turístico las rutas procedentes desde lugares distantes a muchos kms., les encantaba y lo siguen haciendo, visitar el lugar, por sus vistas panorámicas que desde allí se contemplan, no pararon de llegar. Y las tejas iban desaparecieron, y las puertas y ventanas lo mismo, y como consecuencia,  la caseta se iba quedando desnuda de sus elementos principales. Un abandono total. Hoy sus paredes deslucidas nos muestras los nombres rayados que algunos de los turistas han labrado sobre el lucido de sus paredes. Solo eso nos recuerda una historia que fue y que ya poca gente recuerda que toda esta vieja historia sucedió en  la Sierra con la cota mas alta del municipio, 596 metros de altitud. 

 

 

lunes, 11 de noviembre de 2024

LA CONSTRUCCION DEL PRIMER ALTAR EN CHANDAVILA.








El primer altar construido en Chandavila. Año 1945


Sin lujos, con pocos materiales, con el esfuerzo generoso de un par de albañiles, uno del pueblo y el otro del caserío de El Marco, se pudo construir el primer altar en Chandavila para que los devotos de la Virgen le pudiesen rezar en sus visitas al lugar. 

La primera imagen, regalo de un matrimonio madrileño que atraído por apariciones milagrosas que en aquellos dias no paraban de suceder, a su vuelta a Madrid, adquirieron la imagen, la cual aún continúa todavía  sobre un pedestal a la entrada  del recinto sagrado del lugar. 

El escenario que nos muestra la fotografía, en principio en blanco en negro y hoy, gracias a las nuevas tecnologías recuperado el color,  no puede ser mas emocionante, Detrás del altar, se observa el tronco ya seco del castaño hasta donde descendió la Santísima Virgen en varias ocasiones..

La construcción del altar nos da una idea de la pobreza con que en aquellos años de posguerra todo comenzó.. Paredes justas, lo mas elemental para que el sacerdote pudiese celebrar aquella primera Misa de campaña el dia 4 de septiembre del mismo año,  que fue pedida por la Virgen a Marcelina Barroso, hoy  Sor María de la Misericordia de la Cruz, 

Cuatro niñas de rodilla frente al altar y junto a ellas, el párroco local y gran devoto de la Virgen, don Juan Antonio Galán y Galán, gran valedor en aquellos primeros años para que el lugar se fuese engrandeciendo hasta llegar a lo que hoy es, un Santuario majestoso y lleno de encanto, hasta donde llegan peregrinos procedentes desde otras partes de España, de Portugal y de otros lugares del mundo atraídos por la belleza del lugar y para darle gracias a la Virgen por los favores concedidos. 


Hermoso paraje de Chandavila actualmente. 

viernes, 1 de noviembre de 2024

MARCELINA BARROSO y la historia mas hermosa que vivió en La Codosera.

 


M

Marcelina Barroso muy joven, 


Nacida el dia 10 de enero del año 1935. En aquellos años, cuando la fotografía en no estaba tan desarrollada como ahora, y fue vista por primera vez por el periodista del Diario Informaciones de Madrid, José de la Cueva, quien  la describía como una niña rural, de cara redonda, un poco baja para su edad, de nariz un poco respingona, como si fuese una de las niñas que en cuadros pintara el conocido artista extremeño, Eugenio Hermoso, boca graciosa, ojos mas bien pequeños pero bonitos y vivos, pelo negro y peinada como una niña de su edad, pues aquella niña, hoy dedicada a la vida contemplativa cumplirá dentro dos meses los noventa años de edad y, aunque actualmente no resida en el pueblo, todo el mundo la recuerda y la quiere,  no solo los de aquí, si no en otros muchos lugares, dentro y fuera de nuestra región extremeña, pues su vida está relacionada con las apariciones de la Virgen María en Chandavila, cuando contaba diez años de edad. Esta que les inserto,  es la historia que todos conocemos y que, ahora, a los casi ochenta años transcurridos de aquellos momentos vividos, en los cuales fue la primera protagonista, los hechos recobran una dimensión mundial dentro del mundo católico,  pues todos hemos recibido con júbilo como, la Santa Sede ha reconocido a través de una carta dirigida al Arzobispo de Mérida-Badajoz, Monseñor José Rodríguez Carballo, la riqueza espiritual que supone el Santuario de Nuestra Señora de los Dolores de Chandavila, en la localidad de La Codosera. La carta, que lleva por título “Una luz en España", está firmada por el Papa y por el cardenal Víctor Manuel Fernández, Prefecto del Dicasterio para la Doctrina de la Fe. En ella, tras referirse a las “experiencias espirituales que Marcelina Barroso Expósito y Afra Brígido Blanco vivieron separadamente”, anima a que “el Santuario de Chandavila, heredero de una rica historia de simplicidad, de pocas palabras y mucha devoción, siga ofreciendo a los fieles que quieran acercarse, un ámbito de paz interior, consuelo y conversión". Esta es la primera declaración oficial de la Iglesia, en sus más altas instancias, acerca del Santuario de Ntra. Sra. de los Dolores de Chandavila, después de casi ochenta años en que surgió esta devoción en el entorno de La Codosera, a partir de las experiencias espirituales de estas dos mujeres sencillas y tras décadas en que se ha consolidado esta popular  devoción a la Virgen, que ha convertido este lugar en un verdadero foco de peregrinaciones. Esta es la historia de, 

las aparicones marianas de la codosera.

    en el paraje denominado Chandavila, cerca de la población pacense de La Codosera, distante algo mas de dos kms.donde, en 1945 se produjeron las apariciones milagrosas que acapararon la atención de los vecinos de la época y de gente venidos fuera de nuestras frontera, incluso desde Portugal, los testigos de estas apariciones marianas fueron dos niñas, Marcelina y Afra.

A las tres de la tarde del 27 de mayo de 1945, Marcelina Barroso, de diez años de edad, iba camino del caserío El Marco junto a su prima, Agustina González para cumplimentar un encargo de su madre. No habían recorrido más de dos kilómetros, cuando, al pasar por la zona conocida como Chandavila, Marcelina reparó en un extraño y oscuro bulto que se divisaba a unos sesenta metros sobre un castaño. No haciéndole demasiado caso pensó que a la vuelta repararía si aquel extraño objeto continuaba allí. A la vuelta la pequeña Marcelina muerta de curiosidad volvió a mirar sobre el mismo castaño y cual fue su asombro al distinguir claramente a la Virgen María, con manto negro, se encontraba envuelta en unos rayos luminosos y elevada sobre la mitad del tronco, estaba de perfil mirando hacia el pueblo con las manos juntas y un rostro bellísimo reflejaba una divina tristeza. Desaparecida al cabo de unos segundos la visión Marcelina echó a correr hasta el pueblo, junto a su prima, a pesar de que Agustina no había visto nada. Al llegar a casa, pensó en guardar silencio, pero no pudiendo tenérselo callado se lo contó a su madre y el hecho se extendió como la pólvora por todo el vecindario.

Lejos de olvidarse aquel extraordinario acontecimiento, ocho días después, el 4 de junio por la mañana volvió a aparecerse la Virgen a Marcelina pidiéndole que volviese por la tarde, ya que tenía que hacer un sacrificio en presencia de los vecinos. Habiéndose corrido la voz tras esta segunda aparición más de un millar de personas de La Codosera y alrededores se congregaron en Chandavila. Sucedió que, estando Marcelina a unos sesenta metros del castaño, pronto se manifestó en el cielo Nuestra Señora de los Dolores, que, poco a poco fue descendiendo hasta posarse delante del árbol, como lo hiciera la primera vez.

La Virgen invitó a Marcelina a que caminase de rodillas hasta llegar a Ella, pero la niña al ver que el suelo estaba lleno de piedras de punta, espinos y terrones resecos puso reparos, la Virgen le dijo que no temiera y le aseguró que por el camino que fuera andando iría colocando una alfombra de juncos y hierbas. Marcelina comenzó a avanzar de rodillas abriéndose camino entre la multitud y se paró frente al castaño, donde permaneció unos diez minutos arrodillada en estado de éxtasis. Posteriormente contó que durante el tiempo que estuvo ese tiempo vio como se entreabrió el castaño y apareció detrás de él, adornada de lámparas preciosas, una hermosa iglesia, en su altar se hallaba la Virgen María que le indicó que mojase sus dedos en la pila del agua bendita y se santiguase. Tras esto la aparición bajó del retablo y le preguntó si quería irse con ella. Al contestarle: "Sí, Señora, ahora mismo", la Santísima Virgen la sonrió, la abrazó y la besó en la frente, sintiendo la niña sobre su cara el roce del manto de la Madre de Dios. Además, le expresó su deseo de que en el mismo lugar se levantase en su honor una capilla. Al volver del éxtasis, Marcelina, no tenían señal ni rasguño alguno en sus rodillas a pesar de haber caminado sesenta metros por el suelo pedregoso. Ella fue la única persona de los presentes que pudo contemplar a la Virgen, debido a su estado de éxtasis. Marcelina, posteriormente tuvo más encuentros con la Virgen, en unas ocasiones estuvo acompañada de su maestra, doña Josefa Martín y en otras de su amiga Afra.

De forma paralela a estos hechos narrados, se produjeron las visiones de Afra Brígido Blanco. Afra, de diecisiete años, a las tres de la tarde del 30 de Mayo de 1945 (festividad del Corpus) fue con sus amigas al paraje de Chandavila. Era la misma hora en que Marcelina vio la aparición. Nada más llegar al lugar le pareció ver, entre unas nubes, algo que parecía una capilla y una silueta con la forma de una cruz. No dándole demasiada importancia, volvió al día siguiente y a esa misma hora se sentó frente al castaño de las apariciones, y vio salir de entre las nubes un objeto oscuro, que al irse acercando, dejó perfilada la imagen de la Virgen Dolorosa, con el rostro vuelto hacia la derecha. A causa de la fuerte impresión, Afra, se desmayó y al volver en sí, muy asustada corrió hasta su casa. A los pocos días de sucederse este hecho falleció su abuela paterna, Afra se vistió de luto y durante unos días apenas salio a la calle. Pero la insistencia de sus amigas la convencieron para volver a Chandavila Era el 17 de Junio, y sentada al pie de uno de los castaños volvió a ver la aparición de forma idéntica a la vez anterior. Entró en éxtasis y comenzó a andar de rodillas en dirección a la Virgen por el regato. La Virgen le pidió que se levante, y continuase andando hacia Ella. Al llegar allí se arrodilló, y entabló una conversación con la Virgen. Ésta le dijo que siempre estaría a su lado, le comunicó un secreto, le predijo grandes sufrimientos y al final le mandó un beso para Marcelina (que estaba allí presente), y le pidió que se persignase. En otras apariciones posteriores, la Virgen pidió el rezo del Santo Rosario y la construcción de una ermita en aquel lugar, así como que cantara en la misa solemne del día 4 de Septiembre.

Posteriormente, desde el domingo, 21 de Julio, hasta el 24, víspera de Santiago, Afra estuvo junto a unas amigas, entre las que se encontraba Marcelina, en Villar del Rey visitaron la ermita de Nuestra señora de la Encarnación. Durante varios días acudieron al templo mañana y tarde, en una de sus visitas, concretamente en la que se produjo el lunes, día 22 y cuando estaban realizando el Vía Crucis, Afra, entró en éxtasis en la XI estación, delante de un cuadro de la Santísima Trinidad, colocado al lado de la Epístola, casi en el centro de la ermita, y vio el calvario de Nuestro Señor Jesucristo y su crucifixión, sintiendo un dolor muy agudo en las palmas de las manos. A raíz de este hecho le salieron unas llagas en las manos, con incisión en el centro, después otras llagas en el costado, que chorreaban sangre, produciéndole un dolor insoportable, y finalmente llagas en los pies. Las llagas de manos y pies con el tiempo fueron haciéndose más grandes. La sangre le brotaba principalmente los viernes, Afra fue sometida a exámenes médicos y a diversas curas por parte de un enfermero, sin conseguir que las heridas cicatrizasen.  Cuentan que era curioso el olor que despedían las llagas, un olor perfumado y agradable.

A pesar de que, como hemos visto, las apariciones en Chandavila comenzaron a "oficializarse" en 1945, ya setenta y cinco años antes se había producido una posible aparición. En aquella época, concretamente en junio de 1870, una niña aseguró ver a la Virgen en "Valleseco", cerca de Chandavila. Con tal motivo, los vecinos del pueblo acudieron al lugar, muy cerca de donde ahora se levanta el Santuario de Chandavila y el párroco de entonces, Agustín Rubio Mero, ofició una misa de campaña en el lugar de la presunta aparición.

Tras ver estas apariciones Marcelina estuvo en un colegio de religiosas de Villafranca de Los Barros para posteriormente ingresar como religiosa, en la Congregación de Hermanitas de la Cruz, el 2 de Agosto de 1.975, en Sevilla, dedicándose al cuidado de enfermos, huérfanos, pobres y ancianos, tomando como nombre Sor María de la Misericordia de la Cruz. Por otro lado, Afra vivió y trabajó en un hospital, en Madrid, dedicándose a obras de caridad, hasta su muerte el 23 de Agosto del 2008, a la edad de 80 años, tras una larga y penosa enfermedad.

Las obras de la construcción del Santuario, sufragado con aportaciones de los fieles devotos, comenzaron el 27 de Mayo de 1.947. El complejo religioso está compuesto por una pequeña capilla que cubre y encierra el tronco del castaño donde se manifestó la Virgen, y un santuario  presidido  por la imagen de Nuestra Señora de Chandavila.



El santuario de Chandavila, actualmente es el templo posicionado en segundo lugar mas visitado dentro de Extremadura, detrás del de Ntra Señora de Guadalupe.