viernes, 8 de noviembre de 2013

Festividad de San Carlos Borromeo

 

Paisaje de la Raya.

                       El pasado día 4 de Noviembre, festividad de San Carlos Borromeo, patrón de los empleados de la Banca, la asociación de jubilados de Badajoz, coincidiendo con dicha efeméride,  programó una visita a La Codosera, un lugar cercano a la capital, que muchos de los compañeros no conocían. Para tal fin conectaron conmigo para que les acompañara en el viaje y les explicara someramente la historia de este bonito pueblo rayano.

Caserío de El Marco. Puente internacional más pequeño del mundo.

Don Juan Antonio Jimenez Lobato 

La expedición estaba formada por algo más de sesenta personas, a las que acompañaban el capellán don Juan Antonio Jimémez Lobato, quien ofició una misa en el Santuario de la Virgen de Chandavila, como primera visita de la jornada, acompañado por el párroco del pueblo, don Antonio Núñez.

Santuario de Chandavila

Terminada la Santa Misa, y en las escalinatas del Santuario, tuve el honor de exponer como y cuando se produjeron las apariciones de la Virgen en este lugar, allá por el 1945, cuyos hechos conmocionaron a la opinión pública de la época, siendo varios los medios que desplazaron a sus reporteros para dar a conocer cuanto aquí ocurría.


El pueblo


Antonio Rodriguez, persona muy ligada a la Cofradía de la Virgen de Chandavila, a continuación, mostró a los asistentes las obras de arte expuestas en el Museo del Santuario, tallas donadas por el escultor Lázaro Gumiel, así como cuanto material de interés se exhibe en sus instalaciones.

De Chandavila pasamos a visitar la cercana aldea de El Marco, donde pudieron contemplar, sobre las aguas  del arroyo Abrilongo, el puente fronterizo que dicen es el puente internacional más pequeño del mundo. 


El Marco. Puente para llegar al buzón de correos.

Para entonces ya eran algo más de las dos de la tarde y por tanto buena hora para reponer fuerzas. El lugar elegido fue el ya famoso restaurante "Brasería Portuguesa", situado en una de las aldeas codoseranas, La Rabaza, situada junto a la frontera portuguesa y a 9 kms. del casco urbano. Era un día típico de otoño. Las nubes nos acompañaron durante el recorrido y en algún momento la llovizna hizo su presencia. Ante nosotros el paisaje llano junto a la población quedaba atrás y aparecían las pendientes montañosas que nos acercaban a las estribaciones de San Mamede, cercana a las de San Pedro.


Ermita de Chandavila y en su interior el castaño de la Virgen.

 El paisaje verde aparecía salpicado de pinceladas blancas, por la cantidad de viviendas que conforman esta bella campiña rayana.



Vistas del entorno del pueblo

Brasería Portuguesa es un restaurante cuyo prestigio profesional, dando al público un esmerado servicio calidad-precio, traspasa nuestras fronteras. De sus fogones salen a la mesa lo mejor de la gastronomía local, matizada con platos procedentes de la vecina portuguesa. Recetas de cordero, buena ternera, ibérico y cabrito, abundantes en la zona, compiten con las mejores de bacalaos de la cercana portuguesa.



Momentos de la comida

De vuelta al pueblo, una parada obligada era visitar las instalaciones de las Piscinas Naturales, un buen momento para darse un paseo desde la carretera a las orillas del Gévora y contemplar este ejemplar complejo turístico que causa sensación en los meses estivales. Gracias a que las compuertas estaban abiertas, por estar fuera de temporada, fue una delicia contemplar las cristalinas aguas del río y escuchar el sonido del torrente rozando las piedras del lecho.


Piscinas naturales sobre el cauce del Gévora

La tarde terminaba y llegaba la hora de la despedida. Santos Ramos, anfitrión y organizador del evento, aprovechando las instalaciones de este hermoso lugar, nos tenía preparada una nueva sorpresa. El día había sido bien aprovechado y los componentes de la expedición estaban contentos. Después del paseo una copita no vendría mal. Por allí apareció una cesta de mimbre repleta de productos de la tierra. Perrunillas, mantecados y otros dulces, mojados por el anís de la Tierra de Barros, fue un buen broche de despedida. La noche caía y los autobuses partían camino uno, hacia Cáceres capital y el otro a Badajoz.


La hora de partir rumbo a Badajoz. 












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