martes, 7 de enero de 2025

 






LA CODOSERA Y SUS EMIGRANTES.- “Goyo Tavares"

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    Hoy nos llega la fotografía de uno de los hijos del pueblo que emigraron en los años sesenta como lo hicieron mas de la mitad de la gente joven del pueblo.

    Por entonces los que pudieron pusieron rumbo a diversos puntos de España unos, ciudades donde se construían los polos de desarrollo  y otro al extranjero. Goyo, que era un joven con inquietudes solo pensaba en labrarse un porvenir y estaba seguro que en el pueblo le iba a ser difícil lograrlo..

    De pequeño vivió en la Casa Grande, la que hoy es de Beni y  que está junto a la parroquia. Esta casa siempre ha estado llena de gente. En una parte de los bajos, durante muchos años se abrió al publico la primera Lonja y así fueron conocidos los miembros de esta familia, como "los de la Lonja" . Este casoplón era propiedad de la familia Caballero, donde tenían acondicionadas unas habitaciones la planta baja para cuando venían al pueblo, pues eran vecinos de la pedanía de Benavente. Con anterioridad fue posada con salida para las caballerías por la calleja de San Pedro y mucho antes, por las letrs que recientemente han aparecido en su fachada, un colegio.  La familia de Goyo vivía en esta vivienda y ocupaba  una  de las plantas y la otra estaba habitada por la familia de un herrero que tuvo la fragua en la calle Santa Maria, pegada junto a los muros de la iglesia parroquial.

     La madre de Goyo fue una de las mejores modistas de su época en el pueblo  y creo un taller escuela, a la que asistieron un grupo de  las chicas jóvenes de entonces, Junto a ella también trabajaron  su  hija Maruja y  la otra mas pequeña.

    Goyo era muy inquieto desde pequeño. Importante fueron los tiempos cuando le compraron un traje nuevo con gorra de plato  y entró a formar parte de la banda municipal. Nos cuenta que iban a todas las ferias y que el apenas sabia solfeo, pues lo que hacia era bulto en la formación. También fue monaguillo con don Juan el Cura, y por el verano, cargaba con una garrafa de corcho vendía los helados recorriendo las calles de los que hacían en la casa del que fue alcalde Agustín Costo.

    A Goyo todo esto no le gustaba, ya tenia una medio novia con la que los domingos, después de oir la Santa Misa, se iban a pasear por la carretera hasta llegar a la Cruz de los Caidos donde daban la vuelta, pero sin dinero y con ganas de triunfar no se lo pensó  mas y puso sus ojos en Madrid. Escribió a su tia  y gracias a que esta le envio el dinero, pudo sacar un billete de tren y llegar a la capital.

    En Madrid había mucho trabajo, pues obras las había por todas partes. Los emigrantes que marcharon a trabajar a Europa enviaban dinero y los bancos podían financiar los proyectos que no paraban de crecer. Goyo tuvo la suerte de encontrar trabajo en una industria gráfica donde confeccionaban y dibujaban  manualmente los carteles publicitarios. El dibujo se le daba bien, pues  había visto en su padre como movia los pinceles cuando decoró el altar mayor de la parroquia pintando los angelitos de las columnas. Al maestro Varanda, todo el mundo lo conocía por este gesto hermoso.

    En esta empresa cada vez había mas trabajo y las máquinas gráficas comenzaron a llegar. A  Goyo le iban bien las cosas y pudo traerse con el a vivir, a su madre y sus dos hermanas, para entonces  dejó de dibujar las figuras a mano y comenzó a familiarizarse con las nuevas tecnologías, donde no le falto nunca el trabajo y posteriormente cuando su hijo creció allí comenzó su carrera como dibujante técnico,  hoy profesor en una escuela industrial y dueño de una academia en Madrid.

    Hoy ya jubilado sigue viviendo  en Madrid como viudo y de su matrimonio tuvo un hijo y una hija, pero al pueblo nunca lo ha olvidado. Durante estos años ha venido varias veces y ahora con internet ha descubierto las ventajas que tiene el poder compartir vivencias con viejos conocidos u otros como yo, que escribe historias de las que el no ha olvidado. Hablar con el de La Codosera es darle alas para viajar en el tiempo y recordar viejas añoranzas. A pesar de sus años posee una memoria privilegiada. Hoy nos ha enviado esta fotografía donde seguramente la gente mayor, los que ya hayan cumplido algo mas de ochenta años, seguro que lo recordaran.  

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