lunes, 2 de abril de 2018

LA CODOSERA y El Aleluya





Parroquia de La Codosera



LA CODOSERA, “CRÓNICA DE UN DESENCUENTRO”.


                      Ayer, Domingo de Resurrección, terminó la Semana Santa en toda España, menos en La Codosera, un pueblo donde los actos religiosos finalizaron el Viernes Santos, donde este año, por culpa de la climatología, los pasos no han podido procesionar. Pero, al igual que en el Vaticano, en la madrugada del Domingo de Resurrección, cada año, el Santo Padre celebra la liturgia de la Vigilia de Pascua de Resurrección, en La Codosera, hasta la llegada del nuevo párroco,  la Vigilia Pascual también se celebraba a la misma hora. 

Iglesia parroquial.

                        La Codosera es un pueblo con raíces y costumbres muy arraigadas, algunas de las cuales centenarias, quizás, por su similitud con otros pueblos de la Raya, procedentes de la época en la cual estas tierras de las vegas del Gévora hasta llegar a las cumbres de la Sierra de San Pedro, fueron portuguesas.




                De su pasado portugués debe ser la  festividad de la que hablamos,  conocida como de "El Aleluya". Os diré que comenzaba a la misma hora en la cual, dentro de la parroquia se celebraba la Vigilia, mientras que en la plaza de la Iglesia el público, creyentes o no creyentes, se congregaban, la mayoría de ellos portando campanillos o cencerros, para escuchar cómo, en el momento que el oficiante entonaba el canto del Aleluya anunciando a la comunidad cristiana que Cristo ha resucitado entre nosotros, las campanas de la torre repicaban a Gloria y ellos los campanillos.



                               En ese preciso momento, el sacerdote hacía un alto en  la liturgia y permitía a los fieles congregados en la plaza para que, junto con sus campanillos entrasen en el templo, deseosos de glorificar a Dios y gozar participando de ese momento tan sublime como es la Resurrección de Cristo.



                             El momento del repique de campanillos y cencerros solamente duraba unos pocos minutos, pero era tan espectacular que las personas de mas edad, hoy día, narrado por ellos mismos, mueren sin olvidar lo, de tal manera que, muchos de ellos, emigrantes en tierras lejanas, hacen cientos de kms. cada año, para volver al pueblo por estas fechas y revivir esta sensación de felicidad.

En el Hogar de Mayores

       La felicidad en la casa del pobre dura poco. Y efectivamente, a los mas pobres, las clases mas humildes de la localidad junto al resto del vecindario le estropearon la Fiesta del Aleluya, como aquí se la llama.




                           A los dos años de estar con nosotros, el buen párroco, un Domingo de Ramos, después de la bendición de ramas de olivos y palmas, anunciaba a la comunidad de vecinos que había decido suprimir la Vigilia Pascual de la programación de la Semana Santa. Horror!!.De poco valieron las protestas de los máximos responsables del Ayuntamiento, presentes en la celebración de la Santa Misa., El no era no. Acababa de cargarse el encaje de una de las tradiciones más populares del pueblo, el Aleluya.  La fiesta de los campanilleros se quedaba sin el momento cumbre de la misma y por la cual se celebraba, precisamente el momento justo en el cual Cristo resucita. Eran momentos inenarrables, la alegria inmensa y las sonrisas se reflejaban en los rostros de los presentes, mientras el tolón tolón de los campanillos que con sus manos repicaban  hasta más no poder. Con la suspensión de la Vigilia ya no era igual. Falta como si en un bautizo la pila bautismal estuviese vacía. Como si a los devotos de la Virgen del Rocio le cierran las puertas de su ermita, donde veneran a su Blanca Paloma.



              La postura de este hombre es difícil  comprender y la última versión dada a conocer, poco creible. DonJoaquin Tejero, nuestro alcalde, le justificó el daño tan tremendo que le estaba haciendo a este pueblo con su actitud, una especie de castigo que le aplica  por no sabemos que, con lo desolador que resulta para explicar a los pequeños, aquellos que llegan a la pubertad y que no hay palabras para convencerlos,  después de casi ponerse de rodillas y pedirle que por favor, que pidiese las ayudas que necesitase, que el ayuntamiento estaba muy dolido con su aptitud y que estaba dispuesto a modificar cualquier cosa que pidiese, contestándole que la decisión  la tomó por motivos de salud, que se asustó al oir el estruendo de los campanillos y que casi se muere del susto. Para esto del sonido supongo que soluciones hay las, se baja un poquito el tono y no pasa nada. 

Campanilleros.

       En fin. Eso fue el miércoles Santo. El Jueves Santo, el diario Hoy informaba en su  edición matinal, a todos los extremeños y a los de La Codosera tambien por si no se habían enterado, que  en sus páginas se podía leer la noticia sobre este caso.

Protesta durante el Aleluya. 


                   Eso ocurrió el Jueves, pero entre el Viernes Santo y el Sábado, los noticieros de la región y algunos de tirada nacional, incluidos los portugueses, ya se hacían eco de la noticia. Además del Hoy, lo hacían el Periódico Extremadura, el ABC, la Crónica de Badajoz y la Agencia de Noticias EFE, que además de en España tiene reporteros desplegados por medio mundo. La Codosera era noticia por el malestar del pueblo, con su alcalde al frente, por la supresión del párroco, de don Antonio Acedo, por suprimir la Vigilia Pascual. El Sábado Santo, a las 17,30 llegaban a la plaza de la Iglesia las cámaras de TV de Canal Extremadura y comenzaban a grabar la noticia con entrevistas a varias personas presentes entre el público. A las 20,30 horas, el Telediario de dicha cadena se estaba emitiendo en directo desde La Codosera, el párroco estaba ilocalizado y el malestar entre los presentes era latente, mientras que las cámaras de TV no dejaban de enfocar las puertas de la parroquia que permanecían cerradas a cal y canto.


                    Y llegó la noche y entre el vecindario el comentario generalizado era mas de lo mismo de lo que hemos comentado. La gente cenó y quizas hablaron poco, pudiera se que no lo hicieran ni con los vecinos, pero todos sabían que había que dar una respuesta a este agravio. Muchos mirarían el reloj observando como las horas pasaban y don Antonio no aparecia por ninguna parte, pensarían que este hombre creiria  algo así como si la procesión no fuese con él y que, seguramente,  que al ver en su móvil la cantidad de llamadas que los periodistas le hicieron, sentiría alguna sensación interna y, la noche avanzaba, mientras que,  los vecinos seguramente después de cenar vieron la tele y esperaron, muchos de ellos no acostaron a los niños, porque sabían que, aunque pequeños, también debían dar testimonio con su presencia. Y así esperaron mucho rato hasta que las campanas del reloj del viejo ayuntamiento dieronlas doce campanadas, entonces tocaron sin parar los campanillos como solo ellos saben hacerlo, en orden, dialogando, sonriendo y de la mano de sus pequeños. El momento lo requería y sabían que las cámaras iban a estar en las calles del pueblo para dar constancia de su protesta.

Depues de esto, solo resta esperar. 

¿La solución  a este desencuentro, nunca mejor dicho?  Ahí estamos, esperando que a este buen señor el corazón se le ablande, que si alguien le ha ofendido que lo perdone, que el perdonar es de buen cristiano y Dios lo agradece y después de la Pascua, después de tener a Jesus otra vez con nosotros, debemos de llevar felicidad a nuestros semejantes que con querer tener razón, con la soberbia no se va a ninguna parte, y que lo bueno es dialogar, sentarse en una mesa y escuchar a su parroquia a su gente. El glorificar a Dios en la Vigilia Pascual no ofende a nadie y el dejar entrar en la iglesia que, como tantas veces le hemos oído repetir, es de todos, que lo demuestre, que las puertas se abran y que todo el que quiera pueda hacerlo. Si alguien rompe, roba o calumnia, para eso esta la justicia.

Nota.- El siguiente video fue grabado el año 2012 antes del comienzo de la Liturgia Pascual, que aquel año se le cambió el horario a las 8 de la tarde, en lugar de su horario de siempre de las 12 de la noche,  por cuyo motivo, el pueblo, gente de todas las edades y condición,  se dirigió al templo a tocar los campanillos. El relato anterior que acaban de leer, corresponde al año 2013, cuando comunicaron la eliminación de la liturgia pascual, justificando el mal comportamiento de algunos de los campanilleros, algo que no se ha podido demostrar tal como se puede comprobar en el siguiente enlace del video, pues todo el mundo entra en el templo con respeto y educación. 

https://www.youtube.com/watch?v=BJvCUOe5ZqE

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